[ Red ]
Estuve observando por unos días a la mesera de la cafetería.
De verdad me dejó muy intrigada con la actuación de aquella tarde. No pude dejar de pensarlo. Su personalidad, su carácter, su manera de actuar y desenvolverse con los demás no me dejan dudas alguna de lo genial que podría ser con nosotras.
Podría pensar que por la manera en la que se animó a enfrentarme, tal vez sería un peligro para mí con lo que respecta a su rebeldía, pero en realidad esa cuestión es la que menos me preocupa en estos momentos.
Leí más allá de unos resoplos y quejas, de suspiros de cansancio y falta de voluntad. Sé que hay algo más allí dentro, y puedo ver como utiliza el enojo y la idiotez como enormes capas de protección, con el fin de no dejar pasar a nadie más a esa parte de ella que tanto intenta proteger y, que supongo, que estará muy lastimada.
Rezongona y con un dejo de pereza se acerca con mi pedido. No me hizo falta repetir lo que quería, claramente ese día lo entendió muy bien. Ahora sólo me dedico a entrar y esperar en mi lugar.
–Aquí está–. Baja lentamente las cosas de la bandeja a la mesa. Primero la taza, luego las tostadas. Siguiente el pequeño dulce, con el correspondiente vaso de agua y el jugo de fruta exprimido. –Que lo disfrute –agrega con un tono despreciable antes de marcharse.
No es como si en verdad lo deseara, simplemente lo dice por obligación y normas de la cafetería.
–¡Ey! –de un suave grito la detengo, evitando que se vaya.
Podría llamarla por su nombre, pero jamás me lo dijo y la pequeña tarjeta en su pecho está en blanco.
–¿Qué? –responde volteando solo su rostro.
–¿Cuál es tu nombre?
–¿Qué quieres? –pregunta de mala gana, decidida a no revelar su identidad.
Pude observar que vive a la defensiva, cómo si pensara que todo el mundo tiene intenciones de atacarla o están en su contra.
–Ven–. Con mi pierna deslizo el pequeño taburete de mi lado mostrándole el lugar. –Siéntate.
Sus ojos van de mi rostro al asiento que moví para ella.
–Tengo trabajo –se excusa inmediatamente.
–Sólo serán dos segundos –intento convencerla.
Con su ceño y cejas fruncidas se toma unos segundos para leer mis intenciones. Claro que iba a dudar, ¿la misma mujer que me insultó hace unos días atrás ahora me invita a tomar asiento? Yo también lo hubiera pensado dos veces.
–Vamos, no muerdo – le guiño el ojo para disipar un poco la tensión del ambiente.
Todavía dudando se acerca a sentarse.
–¿Ves? No era muy difícil–. Sonrío, mientras ella coloca la bandeja en sus piernas y confundida me observa. –¿Hace cuánto trabajas aquí? –pregunto intentando ser amable.
–Hace unos meses, pero estaba en la cocina.
–Con razón nunca te vi.
–¿Y a ti que te importa desde cuando estoy aquí? –vuelve a tratarme con ese tono repugnante.
No tolero escuchar que me hablen así, pero tranquila Red –me digo a mí misma– Esta vez respira.
–¿Cómo te llamas? –digo entre respiraciones profundas.
–¿Por qué quieres saber mi nombre?
–¿Por qué no me lo dices?
–No me gusta compartir información con personas que no me agradan.
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Mardi Grass || TERMINADA || +18
ActionFiestas, deseos y éxtasis. Asi es la vida de Red, una stripper de Nueva Orleans quién conocerá a alguien que cambiará su vida por completo. [+18] ✓Primer libro de la saga: Lo cambias todo. | SINOPSIS en los capítulos | Está expresamente prohibido co...