Capítulo 3

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[ Red ]

Jueves por la tarde.

Sorpresivamente puedo contarles que hace dos semanas tengo a Peige por las tardes sirviendo café y poniéndome al día con los chismes del lugar, y por las noches a mi lado en el auto o compartiendo con Sugar en el suyo.

Le gustó salir con nosotras aquella vez, y desde entonces todos los días me pregunta a dónde vamos más tarde.

Primero era un poco vergonzosa, no quería preguntarme, no opinaba y sólo se reservaba a reír y amoldarse a los gustos de las demás. Con los días fue adquiriendo confianza, empezó a decirnos lo que le gusta y lo que no, a dónde prefiere ir, y hasta inclusive una vez propuso una fiesta a dónde fue invitada. Está de más decirles que no fuimos, las demás no quisieron y arruinaron su minúscula ilusión, pero me hubiera gustado ir, conocer su entorno, ver a dónde sale o en qué contextos se maneja.

Lo que sí me pareció súper extraño fue la forma en la que se conectó con todas. O mejor dicho, con la mayoría. Si bien la primera vez hubo ciertos choques y desprecios, con el tiempo la situación cambió totalmente y encontró su lugar para poder expresarse y ser ella misma. Pero no sucedió lo mismo con Destiny. La tensión entre ellas sigue igual de fuerte, y de vez en cuando se encuentran misteriosamente intercambiando miradas y ojos asesinos.

Lo más lógico sería pensar en celos por parte de Destiny, pero ella jamás fue así y es lo que más me extraña. Descartando esa opción puedo sospechar que ese resentimiento va más allá del odio y el recelo, y tal vez se asemeja por el lado del deseo o la atracción.

Otra tarde, como de costumbre, me encuentro en la cafetería esperando por las nuevas noticias de Peige.

-¡Ey Red! -exclama Peige por mis espaldas, y se acerca hasta tomar asiento a mi lado.

-Peige, ¿cómo estás?

-Bien, gracias por preguntar -ansiosa responde.

Algo extraño hay en su rostro, ¿cómo un cierto brillo particular en sus ojos? Ese mismo brillo que ilumina su mirada cuando está conteniéndose de contarme algo extremadamente importante para ella.

-Dime que tienes de nuevo para hoy -digo yendo al grano, leyendo su emoción detrás de sus gestos alegres.

-Algo súper interesante. Escucha esto, ¿viste que tu vienes todos los días a la misma hora, al mismo lugar, y consumes el mismo pedido? -asiento con la cabeza como forma de respuesta. - Encontré a tu alma gemela.

"Alma gemela". Mi garganta se cerró al instante en el que sus palabras entraron por mis oídos y llegaron a mi cerebro. Atragantada, intento no expulsar el agua que estaba tomando de mi botella personal.

-No te mueras por favor -opina sorprendida de mis gestos, y ayudando con mi tos que no cesa me ofrece una servilleta.

Preocupada, espera unos segundos a qué el color vuelva a mi rostro.

-¿Escuchas la estupidez que dijiste? -pregunto con voz ronca y todavía en recuperación.

-¿Idiotez? Estoy hablando enserio Red. Hay un chico, muy atractivo y apuesto, de contextura física dentro de los parámetros normales, brazos hermosos, espalda un poco ancha. Podría jurar que sus abdominales son perfectos iguales que sus ojos claros, pero no llegué a observar tanto. Su cabello es claro, largo y un poco ondulado. Parece un poco antisocial, o tal vez es demasiado serio. No sabría bien, pero me da buena espina. Todos los días del último mes, como tú, viene a la misma hora y se sienta junto a la puerta - señala el lugar vacío. - Además siempre pide lo mismo: té verde con tostadas integrales -dice esto último abriendo grandes los ojos, como si fuera algo especial que el chico pida las mismas tostadas que yo. Estoy segura que miles de personas más lo hacen, y eso no significa nada.

Mardi Grass || TERMINADA || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora