Mardi Grass || TERMINADA || +18

Capítulo 66

[ Red ]

Sentí a mi pierna quemarse, y a mis brazos arder, pero me sostuve firme y no me solté de la motocicleta hasta que nos detuvimos por completo.

─Maldita sea─ susurro en el suelo, atrapada justo debajo de toda su estructura.

Me solté, tenía mis brazos entumecidos y acalambrados por la fuerza. Mi cabeza no se golpeó gracias al casco que traía puesto. Pero Black...

─¡Black! ─reacciono rápidamente y con mis brazos lo busco detrás de mí.

Pero cómo sabía, él no está ahí.

─¡Black! ─insisto, esta vez más asustada al no sentirlo conmigo.

Intento moverme y sacar mi pierna atrapada debajo del metal, pero es imposible por su peso. Mi respiración se acelera de la desesperación, y el aire comienza a faltarme.

No sé si es un ataque de pánico o algo más sucede en mi cuerpo.

El casco está sofocándome y con mi boca intento tomar bocanadas de aire para calmarme, pero no puedo hacerlo.

─Necesito...Sacar... Esto ─temblando, llevo mis manos al casco y logro quitarlo.

Mientras intento regular mi pánico busco a Black a mi alrededor.

La música que proviene de alguna de estas casas empieza a aturdirme produciendo en mi cabeza fuertes puntadas.

─Creo que alguien está de fiesta ─exclamo sufriendo del dolor, agarrándome la cabeza entre las manos.

La tenue luz que proviene de una de las casas me ayuda a encontrar a Black. Está tirado a unos metros más adelante. Su cuerpo voló, no sé en qué segundo ni con qué fuerza, pero eso es lo que menos importa al ver que su cuerpo no se mueve.

Mi mente pesimista en tan sólo un milisegundo se imaginó lo peor.

─No. No, no, no ─me niego a aceptar que esté pasando lo que pienso que sucede─ ¡Black! ─mi voz desesperada empieza a gritar, mientras lucho con todas mis fuerzas para liberar mi pierna y poder ir hasta él─. ¡Mierda! ─maldigo desesperada al ver que es imposible deshacerme del metal.

Siento mi pie enganchado en uno de los pedales, y cada vez que sacudo un poco el metal el dolor se hace insoportable.

─¡Black! ─insisto otra vez, pero sigue sin responder.

Esto fue una mala idea. No, esto fue una pésima idea.

Busco a mi alrededor algo que pueda lanzarle a ver si responde, pero no tengo nada más que algunas piedras pequeñas.

Mierda Red, piensa.

Busco a mi alrededor analizando la situación. No voy a arrojarle piedras.

¿O sí?

─No─. Su voz dolorida me sorprende totalmente.

Mis ojos abiertos de par en par esperan otra palabra más para confirmar que no estoy alucinando.

─¿Black? ─pregunta confundida.

─Por favor, piedras no.

─¡Black! ─inconsciente intento correr hacía él, pero el dolor me recuerda que no podré ir muy lejos─. Auch.

El aire en mi cuerpo vuelve a correr, y el enorme nudo que empezaba a cerrar mi estómago y mi garganta desaparecen por arte de magia.

─Sé que te gusta llevarme la contraria, pero no pensé que te atreverías a matarme para hacerlo ─dice, con una sonrisa débil.