Capítulo 37

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[ Red ]

No lo puedo creer. Nada de esto parece ser lógico.

Como un zombie viviente, vacío y sin sentido alguno, me dirijo a mi auto. Subo y me marcho rápido del bar. 

Tengo millones de dudas, muchas sospechas y preguntas, pero en estos momentos necesito concentrarme en esto que es lo que en verdad importa. Tomo mi teléfono, el buzón de voz está lleno. Tengo cerca de treinta llamadas perdidas y mensajes de textos.

–¿Qué carajos pasó? –me pregunto mientras marco a Beau y lo pongo al altavoz.

–¡Red! ¡Al fin!

–Cambio de planes.

–¡¿Qué?! ¡No! Estamos esperándote aquí, no podemos cancelar el plan ahora.

–Cállate Beau y escúchame. Si vamos a hacerlo, estoy en camino, sólo que no puedo ser yo la que provoque a Max, tendrá que ser Destiny.

–Max sólo correrá si eres tú.

–Créeme, si me ve lo último que querrá será competir en una carrera.

–Entiendo... –dice, aunque sé muy bien que no entiende un carajo.

–Yo estaré con Peige y me encargaré de sacarla de ahí.

–Está bien, avisaré los cambios. Te espero dónde acordamos.

Una vez que estoy ahí, Beau nos da las últimas indicaciones. Él será nuestros ojos y coordinará todo. A Peige y a mí, nos tocó una de las partes fundamentales: robar la pasta y escapar de Max.

No voy a mentirles, estoy demasiado nerviosa, sin considerar la manera en la que estoy exponiéndome al venir aquí, teniendo a Max tan cerca y en busca desesperada de mi cuerpo, pero sé que no hay otra oportunidad y debemos aprovecharla.

Subidas al auto esperamos nuestra parte del plan.

Debo ser la fuerte. De entre las dos soy la que debe mantenerse cuerda, porque claramente Peige está derrumbándose.

–Llegó Max, va a levantar todo –habla Beau a través de los altavoces del auto–. Destiny debes entrar, ¡ahora mismo!

–Entendido.

Miro a mi lado. Peige tiembla y se pierde en el cristal de enfrente.

–¿Peige? –pregunto suavemente–. ¡Peige!

–¿Qué? –regresa de sus pensamientos.

–Mírame –ordeno, y tomo una de sus manos. Perdida voltea su vista, clavándose en mí–. Te necesito aquí Peige, ¿estás conmigo?

Sin decir palabra alguna asiente con su cabeza.

–Sé que es demasiado para asimilar en una noche, pero necesito que hagas esto último.

–Lo sé.

–Repasemos de nuevo tu parte–. Intento distraerla, asegurándome que en verdad sea consciente de lo que debe hacer.

–Voy hasta la camioneta y distraigo al hombre, luego uso... –se queda callada un momento pensando.

–El gas –digo, impulsándola a seguir.

–Sí, el gas pimienta y de ahí... entras tú. Me subo al auto y nos vamos.

–Bien Peige, lo tienes.

–¡Red! ¡Ahora!–. La voz de Beau revuelve mi estómago, pero no es a la única que afecta. Peige me mira más aterrada que nunca, y luego va a sus manos quienes no pueden dejar de temblar.

Mardi Grass || TERMINADA || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora