Capítulo 4

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[ Red ]

-¡Red! -grita Peige a todo pulmón, haciendo resonar tu voz en todo el maldito lugar.

Disimuladamente observo a mi alrededor. Todas las miradas están sobre mí, por lo que es imposible hacerme estúpida al respecto.

Llega a gritar algo fuera de lugar, les juro que soy capaz de asesinarla.

El chico misterioso, gracias al destino o como regalo del universo, no está observándome. Es más, creo que ni siquiera escucho el grito de Peige.

Para ver qué sucede, avergonzada volteo sólo mi cabeza dejando el resto de mi cuerpo congelado en su lugar. Lista para matarla si eso fuera necesario. Ella desde la barra mueve mi teléfono de un lado a otro para hacerme entender a qué se refiere.

-Que estúpida -me regaño a mí misma. - Claro que iba a olvidarlo, si estaba demasiado ocupada contemplando la vista...

Vergüenza justificada.

Expulso un suspiro de alivio e intento eliminar de mi mente todas las terribles situaciones que podrían haberse dado considerando las actitudes de Peige, pero es ahí, en ese mismísimo intento cuando de repente me sorprende un choque corporal seguido de un fuerte ardor en mis pechos y estómago. Mi mente queda totalmente en blanco e inconscientemente mi cuerpo reacciona dando un pequeño saltito hacia atrás junto a un fuerte grito que no pueda evitar emitir.

-¡Mierda! -exclamo al sentir cómo mi piel se quema lenta y dolorosamente.

Bajo la vista para entender qué carajos está sucediendo. Café hirviendo, eso es lo que sucede. Mi top está totalmente empapado. Las gotas de infusión caen por mi estómago, terminando en mi pantalón en forma de mancha oscura.

Mi mente insulta en seis idiomas diferentes, mientras mis manos sacuden el exceso de líquido con las intenciones de disminuir el ardor, pero lo hago de una manera suave evitando raspar la piel enrojecida e irritada.

-¡Oh, por Dios! -siento una voz grave y profunda que se dirige a mí. - Perdón, lo siento tanto -dice mientras su mano me acerca amablemente una servilleta. - De verdad no vi que estabas ahí.

Enojada, tomo la servilleta de un tirón brusco.

-Si debía ser hombre para ser tan estúpido -agrego en mi alboroto mental.

-Lo lamento en serio -insiste la voz desconocida.

Pero perdiendo la paciencia por completo exclamo - ¡Ya cállate!

-¿Qué puedo hacer para ayudarte? -pregunta arrepentido.

-¿No crees que ya hiciste demasiado? -respondo sin poder controlar mi enojo.

Maldita sea. ¡Esto sí que duele! Respiro profundo, mientras ventilo con mis manos la zona lastimada.

No sé quién carajos fue el responsable, pero ¿sería justo devolvérselo verdad? Y en la medida de lo posible, que sea en sus partes íntimas. Idiota.

De pie delante de mí sigue esperando. Sus zapatillas negras son lo único que puedo observar por mi vista gacha.

Cuando el café empieza a enfriarse vuelve el oxígeno a mi cuerpo y la calma a mi ser. Mi piel está roja y muy sensible.

-Esto no será bueno para el trabajo -es lo primero que pienso. Se verá muy mal, sumado al hecho de que no sé si podré ponerme un vestido. - Está bien Red, solo debes calmarte y salir de aquí. Luego veremos cómo lo solucionamos -intento calmarme.

Respiro profundo y tomando fuerzas para ser una persona totalmente decente y gentil, levanto la mirada en busca del sujeto responsable de este doloroso incidente.

Mardi Grass || TERMINADA || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora