Capítulo 15

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[ Red ]

Sus ojos de repente se oscurecieron, tal y cómo sucedió más temprano en aquella fiesta.

Al parecer, un brillo particular se enciende en él cada vez que el deseo y la pasión toman el control de su cuerpo. Su mirada cambia, es más fuerte y poderosa. Salvaje y encendida. Adictiva y excitante.

Temo que, si no lo hago, luego no pueda detenerme.

Sus palabras terminaron enloqueciéndome.

Decidida a romper nuestros límites, me levanto de donde estoy sentada corriendo su mano de mi pómulo. Con mi pierna deslizo la silla hacia atrás, y camino alrededor de él hasta detenerme en su espalda.

Confundido y un tanto nervioso, sigue cada uno de mis movimientos.

-Nadie dijo que debías resistirte -inclino mi cuerpo hacia adelante, susurrando en su oído.

Su cuerpo se tensiona al sentir la proximidad de mis suspiros en su piel.

Sonrío. Es la reacción que estaba buscando.

Continuo, esta vez con mis dedos traviesos. Van desde su cuello a sus bíceps, acariciando lentamente, pasando por su trapecio firme y sobresaliente.

La piel erizada junto al conjunto de venas preponderantes, que bajan por su antebrazo y se hacen presente más que nada en sus manos, hacen que mi imaginación empiece a correr mucho más rápido.

Sus brazos eran rígidos, en mi cintura se sintieron firmes y poderosos. Su agarre no era torpe, pero sí bastante fuerte. Cuando de la cintura me pegó a su cuerpo y abrazó mi espalda con un solo brazo, subiendo mi pierna a su cintura, con esas manos tan grandes y determinadas. Mis pechos cabían en la palma de su mano, y ¡maldita sea! No entiendo cómo podría dudar de sus habilidades. Y es que en realidad no lo hago, estoy muy segura que ES demasiado bueno.

Lentamente, marcando cada paso con mis botas altas, vuelvo a caminar rodeándolo hasta quedar frente a frente.

Sus ojos curiosos observan mis piernas, y poco a poco suben tomando una imagen panorámica y completa de mi cuerpo. Descaradamente se toma unos segundos para hacerlo, y sorpresivamente ese gesto no me molesta, al contrario, eleva mi extasis a otro nivel.

Mis ojos son los últimos en recibir su atención.

Sonríe maliciosamente.

Sé cuáles son sus intenciones, y creeme, ambos deseamos lo mismo.

-Ups, mira -señalo con mi dedo índice su básica negra a la altura de su estómago- ¿Que tienes ahí?

-¿Qué? ¿Qué cosa? -reacciona al instante, y preocupado intenta bajar su cabeza para observar a qué me refiero.

-Tranquilo -detengo su mandíbula con mis suaves dedos- Yo puedo fijarme.

Mi rostro juguetón intenta demostrar mis verdaderas intenciones, y sé que las entendió luego de sonreír jodidamente otra vez.

Maldita sea, creo que tengo cierta debilidad por su sonrisa.

-Creo que necesitaré deshacerme de esto -digo, justo antes de agacharme y ponerme de cuclillas quedando a la altura perfecta de su entrepierna. Innecesariamente, pero lo hago a propósito, para admirar como sus ojos se iluminan al encontrarme cerca de allí e imaginar lo que tanto anhela.

Tomo el dobladillo de su remera que descansa en su cintura, y delicadamente me aferro a ella.

-Necesito observar mejor -justifico, guiñando un ojo.

-Si tú lo dices, entonces, adelante -me concede su permiso, descifrando mis movimientos a la perfección.

Su tono de voz es áspero y grave. Está un poco tenso, supongo que por sentir mis movimientos cerca de su notable y creciente bulto.

Mardi Grass || TERMINADA || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora