[ Red ]
─¡No puedo acostumbrarme Black! ¡No puedo acostumbrarme a que estés ahí para mí! ¡No puedo acostumbrarme a esto! ─señalo nuestros cuerpos─. No puedo acostumbrarme a tus manos, a tu aroma, a tu piel. No puedo acostumbrarme a tenerte. No puedo acostumbrarme a ti, ¿lo entiendes?
─Pensé que eras una mujer de rutina.
─Pero tú no eres una rutina Black. Tú no eres una puta rutina.
─¿Y quién te convenció de que no?
─Vamos Black. No somos niños, ni tampoco estúpidos. ¿Qué piensas que sucederá cuando todo esto termine? ¿Piensas que nosotros funcionaríamos? ¿Acaso te quedarías acá y dejarías tu vida, así como si nada? O espera, tal vez piensas que yo dejaría todo e iría contigo hasta no sé dónde carajos vives ─suspiro profundo, dejo salir el otro por alli─. Piensa Black, sólo piénsalo... Ojalá fueras una rutina. Ojalá lo fueras.
No entiendo porque siento este dolor en mi pecho. No sé lo que significa y no sé porque está ahí. En mi garganta, un nudo me dificulta hablar y siento como si estuvieran apretando mis pulmones y no me dejaran respirar bien. Mi cuerpo empieza a manifestarse a través de dolores y malestares. Quiere ser escuchado, pero no entiendo qué me dice.
Luego de un largo suspiro puedo seguir hablando.
─Sabes que lo que digo es cierto, y sólo no puedo acostumbrarme. No puedes salvarme siempre ¿entiendes? Necesito hacerlo sola. Aprendí sola, siempre lo estuve y eso seguirá así por un gran tiempo, hasta podría arriesgarme a decir que para siempre.
No siento a su cuerpo moverse. Su voz no se escucha. No dice nada.
Creo que pude haber sido cruel, pero necesitaba oír una dosis de realidad. No podemos vivir en la burbuja que estamos creando. No sé en qué momento todo se volvió confuso y complicado, sólo sé que debo detenerlo.
─¿No tienes nada que decir? ─insisto ante su silencio. Volteo despacio para ver lo que está haciendo. Él está perdido con su mirada en el suelo.
Espero unos minutos, tal vez esté procesándolo o pensando mejor, pero cuando pienso que pasó un tiempo considerable acepto que en verdad no tiene nada que aportar.
─Saldré por la cena ─voy hasta la puerta principal.
─No deberías salir Red ─interviene.
─Necesito aire, me siento ahogada.
─No deberías ─insiste.
─¿Ahora quieres decir algo?
Incómodo traga saliva.
Mi comentario fue muy injusto, lo sé, pero no puedo controlarme cuando estoy enojada.
─Saldré por la maldita cena ─repito, y de un golpe cierro la puerta.
Pero cómo si todo esto no fuera suficiente, el jodido karma se encarga de mí. Logro hacer unos cuantos pasos hacia la calle, cuando de un fuerte trueno el agua comienza a caer torrencialmente.
¿Es enserio?
Levanto la mirada al cielo y las gotas golpean mi rostro.
─¡Maldita lluvia! ─grito en voz alta, y enojada y refunfuñando vuelvo a dirigirme a la entrada. Black aparece parado del otro lado de la madera, infartando mi corazón.
─¡Maldita sea! ─exclamo con una mano en el corazón.
Con una sonrisa traviesa, me mira.
─Lluvia ─sonríe, mientras saca su mano para sentir cómo el agua cae en su palma. ─Ajam... sí. Lluvia. Ahora córrete ─lo empujo─. Me estoy mojando.
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Mardi Grass || TERMINADA || +18
AcciónFiestas, deseos y éxtasis. Asi es la vida de Red, una stripper de Nueva Orleans quién conocerá a alguien que cambiará su vida por completo. [+18] ✓Primer libro de la saga: Lo cambias todo. | SINOPSIS en los capítulos | Está expresamente prohibido co...