Capítulo 63

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[ Black]

Algo anda mal, lo presiento.

Sigo derecho por el pasillo en vez de doblar en la cocina. Tengo que ir a la habitación, ahí tengo mis cosas.

─¿Red? ─pregunto más despacio, mientras abro la puerta suavemente.

Ella no está aquí.

Sin hacer mucho ruido voy hacia mi bolso por un arma.

La casa está silenciosa.

Antes me encantaba la paz que sentía solo aquí, ahora me da terror.

Veo mi teléfono, no tengo nada de Red. Voy hasta el baño, la luz está encendida pero tampoco se siente nada. Mientras lentamente abro la puerta, siento de repente un fuerte ruido de vidrios estrellándose en el suelo seguido de su voz.

─¡Auch! ─su grito seca mi garganta y revuelve mi estómago.

Maldita sea.

De repente mi corazón se detuvo.

─¡Red!

Sin demorar un segundo más corro hacia la cocina. Todos mis intentos por no hacer ruido se pierden cuando corro dando fuertes y largas zancadas.

─¡Red! ─aparezco acelerado, con el arma apuntando directo a la cocina, pero lo que encuentro me descoloca por completo.

Su cuerpo agachado recoge los pedazos de vidrio del suelo. Viste una de mis grandes remeras y lleva puesto mis auriculares.

No puede ser.

Suspiro profundo soltando el aire acumulado en mis pulmones. Mi cuerpo todavía en posición de defensa no puede creer lo que está viendo.

Pensé que estaba en peligro. Por un segundo pensé que había llegado demasiado tarde.

─¡¿Qué carajos?! ─ella grita del susto, mientras caen al suelo nuevamente los pedazos de vidrio que había levantado─ ¡Auch! ─mira al suelo luego de clavar sus ojos en el arma que apuntaba su cabeza.

─No te muevas ─ordeno.

─¡¿Qué?! ─grita otra vez, supongo que inconscientemente por el volumen de la música.

Me acerco hasta ella, pasando por encima de todos los vidrios que la rodean. Me agacho levemente y levanto su cuerpo de sus piernas.

─¿Qué haces? ─pregunta, ya con los auriculares fuera.

Ignoro su pregunta y la dejo suavemente en una silla.

En su mano corre un poco de sangre, al parecer proviene de su dedo.

─Quédate ahí sino te seguirás cortando─. Le acerco una servilleta con la que ella hace presión en su dedo.

─¿Por qué estabas apuntándome Black? ─pregunta tiernamente, mientras ve cómo recojo el desastre que hizo.

─No me digas que rompiste la taza del cerdito Pick.

─¿El cerdito amarillo con verde?

─Si ─la miro haciendo pucherito.

─Perdón ─se sonroja.

─Mataste a mi cerdito ─inevitablemente se ríe de mi patética confesión─. Era mi taza favorita.

─¿Destrocé tu único recuerdo de la infancia?

─Todavía tengo mi mantita celeste, tranquila.

─Que imbécil ─vuelve a reír y yo me detengo sólo a observarla.

Mardi Grass || TERMINADA || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora