Capítulo 80

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[ Black ]

Tercera noche desde que Sugar murió.

Podría decirles que Red se ve mucho mejor. Sus heridas sanan, su hombro no duele como podría hacerlo, su rostro vuelve a tener un poco de vida, sus ganas de vivir no volvieron por completo, pero sé que lo hará poco a poco.

Ahora ríe más que los días anteriores, pero aún menos que de costumbre. Lo que si no cambió fue su retorcido sentido del humor. No la juzgo, no es la única que encuentra gracia en las cosas trágicas y los chistes negros.

En fin, por fuera se ve mejor, aunque sé que por dentro cada día es más difícil que el anterior.

Le propuse salir a comer, tal vez pasear, despejarse. No quiso. Le pedí que, aunque sea me acompañará a comprar la cena, también se negó y no sólo prefirió quedarse aquí, sentarse en la sala con su copa de vino y su libro, sino que también tuvo el descaro de encargarme el postre: helado de su sabor preferido.

No me pidió, me obligó a volver con helado. Si no lo hacía...

Sí, tres puntos suspensivos. Me amenazó diciéndome eso, dejando a mi cabecita libre imaginación de lo que podría hacerme si es que no vengo con lo pedido. Y cómo este idiota no puede resistirse a esos malditos ojos celestes, adivinen que hizo... Claro que sí, aquí me tienen, volviendo con la cena y su helado, mimándola y cumpliendo sus caprichos.

¿Podría hacer esto por alguien más? Claramente no.

Discutiendo con mi yo interior, cómo de costumbre, termino de guardar el auto y bajo para ir con Red. Con la comida entre las manos cruzo el pequeño garaje y me dirijo al patio trasero. Apresuro el paso cuando escucho unos fuertes gritos que resuenan desde el interior de la casa.

Red.

Un enorme nudo se formó en mi garganta al imaginarme la situación y sin darme tiempo alguno para escuchar mejor, corro hasta la puerta. Cuando estaba a punto de entrar dando un portazo, la pequeña ventana de mi lado me advierte de lo que está sucediendo.

Retrocedo unos metros para ver otra vez lo que mis ojos captaron en un segundo, pero que mi mente demoró en procesar. Ella está al teléfono, muy furiosa, gritando y girando en círculos mientras intenta contenerse de no romper todo a su alrededor.

─¡Sabes que no! ¡Eso no era lo que habíamos acordado! ─entre segundos de silencio contesta─ ¡Ella no quería eso y lo sabes!

Y con "ella" quiero creer que se refiere a Sugar...

Esta tarde Ryan nos avisó que ya habían concluido con la investigación de su cuerpo. Supongo que esta discusión será con algún tema respecto a eso.

Sus gritos vuelven a escucharse.

─¡Me importa un carajo lo que quieras las demás Destiny! ¡Sabes bien lo que debíamos hacer, lo que ella nos pidió!

Mejor me quedaré aquí afuera....

Apoyado contra la pared espero a que su llamada finalice.

Creo que necesita espacio o, mejor dicho, le daré espacio porque no quiero salir herido de esa discusión.

─¡Ellas no estaba ahí! ¡Éramos tú, Sugar y yo!

La noche es perfecta, el cielo está despejado y las estrellas brillan más que nunca. La brisa es cálida, acogedora, y la luna se ve hermosa. Brillante, espléndida, formando una perfecta media luna.

─¡¿Entonces ahora cuenta más los deseos de la mayoría que las putas palabras que te dijo en viva la persona que ahora pretendes enterrar?!

Claramente necesita de esta brisa para calmarse.

Mardi Grass || TERMINADA || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora