Capítulo 26

13 0 0
                                    

[ Zane ]

–¿Y? –me pregunta Ryan apenas entro al auto.

–Creo que es peor de lo que pensábamos.

–¿Qué?

–La camioneta que entra no es la misma que sale. Entran por una razón, creo que hacen un intercambio.

–¿Qué? ¿Con Max?

Saco el pañuelo lo abro lento y con mucho cuidado, intentando no perder la única evidencia que tenemos.

–¿Dónde lo conseguiste?

–En la camioneta que entró. Creo que teníamos razón con nuestras sospechas.

–¡Mierda! –golpea el volante–. Tenía la esperanza que no.

–Deberíamos enviar esto al laboratorio. Si no nos equivocamos, dentro de unos días debería llegar una denuncia por persona desaparecida.

Otro golpe recibe su volante, pero esta vez acompañado de palabrotas y maldiciones.

–Me aseguraré de encontrar de quién se trata –asegura una vez que logra calmarse–. Estaré pendiente si llega algo, de seguro estas mierdas de locales deben estar involucrados con todo esto. Un par de fajos y a tirar por culo todo tipo de lealtad.

–Está bien. Por cierto –agrego cuando de repente lo recuerdo–. Hay otra cosa más.

–¿Qué?

–Encontré una droga. No sé qué carajos es.

–Dime todo lo que había dentro.

–Tomé una foto antes de irme –saco mi teléfono y abro mi galería–. Marihuana, cocaína y éxtasis –muestro la imagen uno–. Debajo de la alfombra, esto –deslizo la imagen dos.

–¿Qué carajos?

–Tengo una muestra aquí.

–Déjame todo. Iré ya mismo al laboratorio.

–Vamos.

–No, te dejo en casa. Ya hiciste demasiado.

–¿Qué? ¿Desde cuándo me dices que hacer?

–¿Desde ahora?

–Iré contigo así que arranca el maldito auto. Quiero saber qué es todo esto.

–Deberías ir a casa. Tal vez esa mujer esté esperándote –suelta ese comentario tan directo que me toma por sorpresa.

–¿De qué hablas?

–Vamos, ambos sabemos de qué hablo–. Sonríe estúpidamente, mientras arranca el auto.

–No sé de qué mujer hablas.

Negarlo a muerte, eso siempre funciona.

–Parece que es un poco intensa, digo por la forma en la que quedas luego–. Levanta sus cejas juguetonamente.

Lo miro serio, sin nada que agregar, pero tampoco negando sus palabras.

–¿Creíste que no me iba a dar cuenta que andabas teniendo sexo? Se te nota demasiado Zane.

–¿En que se me nota? –pregunto intrigado, sin intenciones de seguir disimulando.

–Lo admites –ríe ante mi confesión–. Estás menos tenso.

Pongo los ojos en blanco y le subo a la música. No estaba listo para su insoportable conversación.

–¡El sexo es bueno amigo! –grita para ser escuchado sobre el volumen de la radio– ¡Libera hormonas!

–Sí, deberías hacer lo mismo. Ya las debes tener como pasas de uva de tanto esperar–. Pero no recibo ninguna risa de su parte. –Fue muy pronto, ¿verdad?

Creo que la cagué.

–No, está bien. Tienes razón–. Un poco sentido se concentra en el camino sin seguir con el tema.

Ryan hace unos meses, o mejor dicho, ya hace un año que terminó con su prometida. No llegaron a casarse, pero ella lo dejó porque supuestamente "su estilo de vida no era lo que ella tenía en mente para su futuro". Pretendía que deje de trabajar en esto y sólo se dedicase a estar detrás de un escritorio. Ya podrán contemplar lo que Ryan le respondió ante su planteamiento....

Sé que la amaba con todo su ser y se arrepiente muchas veces. Le hago recordar siempre que puedo que su decisión fue la correcta. Si una persona no puede aceptarte tal y como eres, con tu pasado y tu estilo de vida, incluyendo tu trabajo, entonces no es la correcta. No digo que esté de acuerdo, puede no estarlo, pero debe apoyarte, más si es algo que amas hacer. Mientras haya amor, respeto y comunicación entre los dos, cualquier cosa puede arreglarse. Ella debería haber hablado con él y haber buscado una solución juntos, y no darle a elegir entre ella o lo que ama hacer.

El auto se frena en la puerta de mi casa y yo vuelvo de mis pensamientos con su voz.

–Hasta aquí llegó el paseo.

Miro a mi alrededor, estacionó en la puerta de mi casa.

–Que tengas una entretenida velada –dice, mientras me hace señas sucias con sus dedos.

–Idiota–. Cierro de un portazo su auto, a propósito.

Él baja la ventanilla y sigue molestando con lo mismo, esta vez gritando gemidos a toda la cuadra.

–¡Sigue envidiando!

Su auto ruge y siento como desaparece detrás de mí.

Gracias Ryan por dejarme pensando en eso. Yo que había encontrado una distracción para sacarla de mi cabeza...

Mardi Grass || TERMINADA || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora