⚠️So... Este es un os de Mango adolescente y alguien de ONEUS...⚠️
El vestido que había hecho Hongjoong (con mínima ayuda de su abuela) para él no le quedaba bien del todo. Uno de los tirantes era un poco más largo que el otro y se deslizaba por su hombro a cada rato; le apretaba en la cintura, aún si su cintura era casi tan estrecha como la de Hongjoong, también le quedaba un tanto corto. Para ser el primer intento de su hyung, no estaba nada mal, y le podía quedar más como una blusa larga que como un vestido, pero Mingi apreciaba el esfuerzo. Posiblemente se veía ridículo con su vestido de flores que no le quedaba bien del todo, su pantalón verde oscuro hasta las rodillas y con bolsillos enormes, una gorra negra puesta del revés y sus botas de agua. Sin embargo, a Mingi le importaba muy, muy poco lo que podían pensar los demás. El resultado de su extraño conjunto había sido por simple pereza: tras pasar el día ayudando a su padre en la casa, Mingi se había quitado la camiseta que llevaba y la había sustituido por el vestido. Y así pretendía pasar el resto de la tarde.
Llevaba cerca de media hora sentado en la hierba que cubría ese espacio entre su casa y la de Hongjoong, con Sal (su gallina) picoteando el suelo a su alrededor y con Pimienta (su corderito) echando una siesta a su lado. El sol le calentaba las mejillas, los hombros y parte de la espalda, y Mingi no podía estar más tranquilo que en ese momento. Normalmente, Mingi hubiera estado con Hongjoong, jugando a videojuegos o viendo con curiosidad lo que estaba haciendo su hyung. Se lo había planteado antes de sentarse en la hierba, había pensado por varios minutos si debía ir a visitar a su mejor amigo. Cabía la posibilidad de que la tía Kim hubiera cocinado algo rico, y a Mingi le encantaba la comida de la madre de Hongjoong. Después de un rato de consideración, decidió que le apetecía estar solo un rato, para perderse en sus pensamientos.
Además, Hongjoong se ponía muy irritable cuando estaba haciendo sus cosas.
Mingi se rascó sobre una picadura de mosquito que tenía encima del codo, distraído. El tiempo se le pasaba volando en situaciones como aquella; podía estar mirando las nubes moverse sobre el inmenso cielo azul y para cuando quería darse cuenta, ya había pasado un par de horas. Ese era su plan, no hacer nada, tirado en la hierba hasta que su madre le llamara para merendar (o para cenar, no le importaba saltarse la merienda). Sentía que se lo merecía, tras ayudar a su padre, sus piernas dolían y sentía pinchazos en los brazos cada vez que los levantaba demasiado. Se quitó la gorra y se tumbó boca arriba y Sal aprovechó para sentarse en su pecho. Con su gallina en el pecho, Mingi cerró los ojos por un momento y sintió la suave brisa revolverle el cabello. Estaba más largo que nunca y de un suave color rojizo, pues Hongjoong le había usado para probar sus habilidades como peluquero amateur. Había hecho un trabajo decente, pero Mingi no dejaría que su hyung le tocara de nuevo la cabeza, ¡su pelo estaba seco! Lo bueno era que, a su parecer, ese color entre rosa y rojo le sentaba muy bien.
Mingi estaba a punto de quedarse dormido cuando algo le tapó el sol. No le había escuchado venir, y era evidente en su cara la sorpresa que sintió al ver a alguien de pie sobre él, haciendo de parasol. Sal saltó de su pecho y se fue corriendo, al parecer también asustada por el recién llegado (Pimienta seguía durmiendo, tan bonito él). Mingi echó aire por la boca y se incorporó, mientras el chico le seguía mirando con ojos atentos.
ㅡHola, Mingi.
ㅡHola, Geonhak hyung.
Kim Geonhak era un chico un poco más mayor que Mingi que vivía no muy lejos y que de vez en cuando se dejaba caer por su casa para compartir parte de lo que producían en su granja o para ayudar al señor Song con cosas que Mingi no era muy apto a cambio de un dinerillo que se guardaba muy contento en el bolsillo de su pantalón. Mingi, siendo muy poco sutil, le miraba desde lejos a veces. Apoyado en una valla, le veía trabajar junto a su padre, con una sonrisa boba en su cara. No podía evitarlo, el pequeño flechazo que tenía por el otro chico no hacía más que crecer cada día que pasaba. Geonhak era un muchacho estupendo, que no se burlaba de las uñas pintadas de Mingi, que le dedicaba siempre un rato para hablar juntos, que reía con los penosos intentos de Mingi de contarle alguna anécdota que no era realmente graciosa. Y podía ser que Mingi fuera muy obvio con sus sentimientos, tal y como siempre había sido, pero si Geonhak tenía algún problema con ello, no lo dejaba ver.
ESTÁS LEYENDO
Afterglow
Fanfiction✨I will fill your heart with afterglow, afterglow✨ One shots y drabbles de Ateez.