Just turned 14...

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}...And I think this year I'm gonna be mean {

Tener catorce años no se sentía diferente a tener trece.

Hongjoong suponía que debía ser porque solo llevaba teniendo catorce años menos de un día. En el fondo, esperaba que todo cambiara de algún modo u otro: que la Tierra empezara a girar en la dirección contraria, crecer quince centímetros de la noche a la mañana, que los pensamientos raros en su cabeza desaparecieran. Para su mala suerte, el universo no sufrió una metamorfosis extrema y seguía siendo Hongjoong, pero ahora con catorce años. San se le tiró encima nada más verle aquella mañana y le besó las mejillas, llenándole la cara de saliva. Jongho se limitó a felicitarle y darle un suave puñetazo en el hombro. Yun hyung le dio un abrazo, de esos grandes que hacían sentir a Hongjoong más pequeño de lo que era, de esos que le hacían sentir querido. Hwa hyung, tratando de no llorar, le besó la frente y exclamó lo mayor que estaba, que estaba orgulloso de él y lo mucho que había crecido. Hubieron promesas de pastel para la hora de la merienda, regalos de los padres de Yun hyung que llegarían algún día; hubieron muchas sonrisas durante aquel desayuno, empalagoso y tierno porque Hwa hyung lo había preparado.

El viaje en coche al instituto fue corto, normal. Las primeras horas de clase se pasaron sin él darse cuenta y pronto estuvo sentado en el suelo del patio, escondido del mundo durante el recreo. Hacía frío, incluso parecía que se iba a poner a nevar en cualquier momento, pero Hongjoong no quería estar con los otros alumnos. Ninguno de sus compañeros debía saber que era su cumpleaños, que oficialmente ya no tenía trece años y que el mundo seguía siendo igual que ayer. Hongjoong abrazó sus piernas y suspiró.

Tener catorce años era extraño, pensó. Significaba que el tiempo había pasado, que los días empezaban y se acababan, que todo avanzaba. Pero, ¿por qué él parecía estancado en un punto lejano?

De vez en cuando, se encontraba sorprendido al darse cuenta de que ya no tenía ocho años. Que al despertar, estaba en una habitación enorme y bonita que compartía con Jongho. Que al despertar, ya no estaba en esa otra habitación pequeña y oscura. ¿De verdad habían pasado seis años ya? ¿Seis años desde la última vez que vio a mamá? No parecía real.

Qué lejos había llegado.

Cuando estaba con mamá, Hongjoong no pensaba en el futuro. La idea de tener catorce años era extraña, imposible casi. ¿Hubiera llegado a los catorce de haber seguido con mamá? Posiblemente no. Posiblemente mamá le hubiera asfixiado con una almohada con nueve años, o le hubiera dejado morir de hambre con once. O, a lo mejor, hubiera llegado a los catorce, quién sabía. Hubiera llegado a los catorce y mamá estaría de buen humor aquel día, y le abrazaría como hizo Yun hyung y le besaría la frente como hizo Hwa hyung. Hubiera hecho feliz a Hongjoong, le hubiera hecho creer que le quería...

Intentando no llorar en el patio del instituto, Hongjoong se limpió los mocos con la manga del abrigo y sacudió la cabeza.

Pensándolo bien, tener catorce años sí se sentía un poco diferente a tener trece años. Pero sobre todo, se sentía diferente a tener ocho años. Porque ahora Hongjoong se despertaba todos los días en una habitación enorme y bonita que compartía con Jongho, y cuando iba a desayunar, Hwa hyung estaba ahí para arreglarle el uniforme y preguntarle qué tal había dormido. Porque ahora, cuando era su cumpleaños, Yun hyung le abrazaba tan fuerte que parecía que sus cuerpos se iban a fusionar, y era un abrazo que le dejaba saber lo mucho que le quería. Mamá nunca le abrazó así, ni siquiera en sus días buenos, cuando sonreía y no gritaba ni maldecía. Con ocho años no tenía hermanos pequeños que le besaban y querían pasar tiempo con él.

Con ocho años, Hongjoong no sabía de verdad qué era el amor.

(Si mamá te hubiera querido, nunca te hubiera hecho daño).

Ahora que tenía catorce años, empezaba a entender mejor las cosas. Con catorce años, Hongjoong estaba enfadado con el mundo y su indiferencia. Estaba enfadado con mamá, y con papá, y con todos los que nunca le felicitaron por su cumpleaños. Porque cumplir años era una tontería, pero... ¿Qué costaba mostrarle cariño en ese día? ¿Por qué era tan fácil para Hwa hyung y Yun hyung quererle, cuando parecía una obligación para su mamá? Tenía catorce años y estaba enfadado.

Y mientras los primeros copos de nieve le caían sobre la cabeza, decidió no pensar más en su madre. No se merecía ocupar tanto espacio en la mente de Hongjoong aquel día. Era su cumpleaños, su día. Pensaría en los besos babosos de San, en el pastel que se iba a comer por la tarde al volver a casa, en los regalos que algún día llegarían. Pensaría en Jongho, en Hwa hyung y Yun hyung, en Kang Yeosang que venía corriendo hacia él desde el otro lado del patio.

Pensaría en lo genial que era tener catorce años, y no ocho.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora