You and me

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La habitación de Seonghwa no era demasiado grande, la cama y un estante estaban repletos de dragones, osos y conejos de peluches, y la pared llena de fotos suyas con sus amigos y familia y pósters de sus cantantes favoritas. El cuarto tenía toda la personalidad de Seonghwa reflejada en sus cuatro paredes, cada cosita, cada disparate que te pudieras encontrar gritaba Park Seonghwa por todos lados. Incluso olía a él; era como si Seonghwa hubiera pintado aquella habitación con un poco de sí mismo. Era extraño para Yeosang a veces, porque la habitación de Seonghwa era tan él. No muy grande, tierna, poco intimidante y bonita. La madre de Yeosang solía decir que tener a Seonghwa alrededor había suavizado su personalidad. La bruja lo podía entender, estar cerca de Seonghwa, estar en la habitación de Seonghwa con él hacía que Yeosang bajara la guardia porque se sentía seguro a su lado. Aunque existían ocasiones en las que Yeosang no podía soportar al mayor, también podía afirmar sin duda que Seonghwa debía ser su persona favorita (después de su madre. San no contaba, él estaba en otra liga diferente).

Una vez más, Yeosang se encontraba en la habitación de Seonghwa. No estaban haciendo nada especialmente interesante, sólo hablaban de lo primero que se les pasara por la cabeza. Sobre cómo el piercing en la lengua de Yeosang se había curado al fin, sobre las clases y el fracaso de Seonghwa en el último examen de matemáticas, sobre Yeosang queriendo tatuarse el nombre de Satán entre los pectorales. (Eso era en parte una broma. Sí quería tatuarse algo en el pecho, pero no el nombre de Satán. Ya suficiente tenía con ser una bruja con un demonio por familiar, no necesitaba ser desheredado por su madre después de tatuarse el nombre de ese señor con catorce años). En cuanto pudiera hacerse con una máquina para tatuar, sería el fin. Yeosang estaba esperando con ansias que llegara ese día.

Entonces, una conversación sobre un tema cualquiera llevó a una charla sobre novias y novios.

ㅡSalimos como por dos semanas, pero era agradable. Besaba bien.

Seonghwa estaba tumbado sobre sus almohadas, con las manos bajo la cabeza y moviendo los pies. Le estaba hablando a Yeosang de su última novia (o lo que fuera que era, porque Seonghwa nunca se refirió a ella como su novia). Seonghwa había dejado de buscar a su alma gemela de manera obsesiva un tiempo atrás, después que Yeosang se enfadara con él y le gritara como por media hora que debía vivir su vida sin pensar a cada segundo en su alma gemela. Que su existencia no se podía resumir en ser un pervertido que miraba la tripa de la gente en la playa o a llorar cuando pensaba que nunca iba a encontrar a su persona, porque quien le gustaba resultaba no ser su otra mitad. Si la Diosa le había destinado a tener a alguien, ya llegaría. Seonghwa no podía ser impaciente y debía esperar a que llegara el momento. (Ese día, Seonghwa acabó llorando porque Yeosang, según él, daba mucho miedo cuando gritaba. Yeosang pensaba que Seonghwa era demasiado sensible).

ㅡ¿Sólo tienes que decir de ella que besaba bien? Qué superficial eres, Seonghwa.

ㅡ¿Qué más quieres que te diga de ella? ㅡSeonghwa rió y tocó con el pie a Yeosangㅡ. No salimos ni un mes y la mayor parte del tiempo que pasamos juntos fue para besarnos.

ㅡAburrido. Me esperaba algo más.

ㅡQué le voy a hacer si ninguno de los dos quería más que eso.

ㅡNo me puedo imaginar en tu posición ㅡYeosang cruzó los brazosㅡ. ¿Cómo te acercas a alguien para sólo besarte con ella por dos semanas?

Seonghwa se sentó y pasó un brazo por los hombros de Yeosang. La bruja tomó aire por la nariz y cerró los ojos, mientras se acercaba un poco más.

ㅡNo sé, sólo pasó.

ㅡRaro.

ㅡ¿Ya has tenido tu primer beso, Sangie? Nunca me hablas de quién te gusta, o si quieres tener una relación con alguien. Ni siquiera sé si te gustan los chicos o las chicas. O los dos.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora