You in that dress

535 63 61
                                    

El nuevo vestido que le había hecho Hongjoong le quedaba perfecto. Mingi analizó su reflejo en el espejo enorme que tenía Hongjoong (ese que tenía lejos de su cama porque, según la abuela de Hongjoong, dormir con un espejo delante de la cama no era bueno. La señora ni siquiera quería que su nieto tuviera uno en su habitación, pero Hongjoong lo necesitaba para vivir, o eso le había dicho a su buena abuela). El vestido era de un color rosa muy bonito, con diminutos puntitos blancos. El escote era recto y los tirantes se ataban en dos pequeños lazos que quedaban sobre los hombros de Mingi. No era tan corto como otros que Hongjoong había hecho, pues le llegaba hasta los tobillos y la silueta que creaba le recordaba a Mingi a los vestidos que había visto en el montón de revistas de moda de los sesenta y setenta que Hongjoong guardaba en un cajón.

A diferencia del primer vestido que Hongjoong hizo para él, aquel sí le quedaba bien porque el mayor se había molestado en hacerlo pensando en las piernas largas de Mingi y en sus hombros anchos. Él había crecido en los últimos meses, aunque no se dio cuenta hasta el día que Hongjoong cogió su cinta métrica y se puso a apuntar las medidas para el vestido. Era consciente de su altura, pero parecía no haberse percatado de que había crecido en general. Sus manos se sentían más grandes, algunos de sus pantalones ya no le entraban y pequeñas pero notables estrías le aparecieron en el pecho y en los muslos. Ese día, mientras Hongjoong hacía cálculos sobre la cantidad de tela que debía usar, Mingi se quedó pensando en que se sentía un extraño dentro de su propio cuerpo.

No era un pensamiento nuevo, ni de lejos. Pero desde entonces, no dejaba de invadir la mente de Mingi. Sobre todo cuando se ponía vestidos o cuando trataba de ocupar menos espacio porque aún no se acostumbraba a ser tan alto como lo era, con piernas y brazos que, para él, a veces se sentían kilométricos. También lo pensaba cuando Geonhak hyung le besaba las mejillas y le llamaba guapo tras ver la ropa que llevaba o el poquito de maquillaje que se había puesto. Mingi no quería ser guapo, pero no sabía cómo decírselo a Geonhak, porque no entendía tampoco por qué sentía ese rechazo a adjetivos como ese. Cuando Mingi se miraba en el espejo, veía un tipejo con el pelo rojizo y constantemente revuelto por estar moviéndose de un lado a otro sin parar, dientes torcidos y unas gafas de montura demasiado gruesa. Era simple, para nada feo, pero no era guapo. Mingi quería ser bonito, adorable, bello, más pequeño, delicado... No guapo, ni fuerte, ni alto. No quería ser asociado con una imagen predeterminada de lo que debía ser, quería ser Mingi, que hacía lo que le daba la gana y se expresaba como le diera la gana. Aunque intentaba alejar esas ideas de su cabeza, era casi imposible pensar en otra cosa una vez empezaba. Se intensificaban cada vez que se ponía uno de los tres vestidos que tenía, o cuando Hongjoong le pintaba las uñas, o cuando Geonhak le daba fuertes abrazos y le acariciaba el pelo con cariño.

ㅡ¿Te gusta el vestido, Mingi-yah? ㅡle preguntó Hongjoong, sonriendo al verleㅡ. Te queda bien.

Mingi dio un par de vueltas para ver cómo se movía la falda del vestido y rió, contento.

ㅡEs perfecto, hyung. Muchas gracias.

ㅡDe nada, pero no te acostumbres. Es un regalo adelantado por tu cumpleaños, después de este, los demás te los voy a cobrar. Y no te voy a dar descuentos, así que ve buscándote un trabajo.

Mingi le sacó la lengua, sabiendo que Hongjoong le haría otro sin darle muchas vueltas si se lo pedía. Mingi se sentó en la cama de Hongjoong y se pasó las manos por el pecho, notando que el vestido se le ajustaba bien. De verdad que Hongjoong había hecho un buen trabajo... Su hyung era increíble. El mejor hermano mayor/mejor amigo que se podía tener. Aunque tuviera la cabeza en las nubes y fuera un tanto rarito, Mingi confiaba en Hongjoong con su vida. Y es que el mayor también era muy comprensible y dudaba que fuera a juzgarle... Por eso, mientras contaba los puntos blancos y diminutos en su vestido nuevo, Mingi decidió contárselo a Hongjoong.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora