No es un asesino, por cierto

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ㅡHay un fantasma en la casa.

A Mingi le parecía gracioso escuchar esa frase viniendo de la boca de Kim Hongjoong, quien casualmente era un fantasma en su casa. Ante la sonrisa burlona del adolescente, Hongjoong puso los ojos en blanco y se paró delante de él. (Mingi se tuvo que callar la risa que amenazaba con escaparse de entre sus dientes, pues Hongjoong, en algún momento fue más alto que él pero ahora tenía que flotar un par de centímetros sobre el suelo para quedar al mismo nivel que Mingi. La pubertad había hecho maravillas en el chico y era gracioso saber que con diecinueve años ya era más alto de lo que Kim Hongjoong nunca fue en su vida). Cruzando los brazos sobre su pecho y negando con la cabeza, Hongjoong chasqueó la lengua.

ㅡNiño, estoy hablando en serio. Lleva un mes rondando por aquí y no me gusta.

ㅡNo es para tanto. Siempre hay fantasmas a mi alrededor ㅡMingi abrió su armario en busca de algo que ponerseㅡ. Solo quieren un poco de atención.

ㅡSí, pero esta vez es diferente. Los otros espíritus sí se muestran, te saludan, se quedan dos días y luego se van. ¡Sé qué está aquí y ni siquiera deja que yo le vea! Está tramando algo.

Mingi hubiera querido llevarle la contraria a Kim Hongjoong ex estrella del punk porque era gracioso hacerlo y verle rabiar. Sin embargo, debía admitir que sí había notado algo raro en las últimas semanas. No era nada del otro mundo ser perseguido por espíritus y que alguno tratara de poseerle, sin embargo, nada de eso había pasado. Era simplemente una sensación extraña en su habitación cuando se iba a dormir o una presencia por encima de su hombro cuando estaba estudiando, o una brisa repentina que le asustaba cuando estaba hablando con esa chica que se sentaba a su lado en sus clases. A lo mejor sí tendría que pararse a investigar eso.

Tras encontrar una camiseta decente y que le quedara bien con los pantalones que llevaba, Mingi se puso a dar vueltas por su habitación, recogiendo libros y bolígrafos para meter en su mochila. Kim Hongjoong iba flotando detrás de él, aún con los brazos cruzados.

ㅡ¿Y si es el fantasma de un asesino, te has parado a pensar en eso, Yoo Mingi?

ㅡDudo que sea el fantasma de un asesino.

ㅡEso no lo sabes.

ㅡNi tú tampoco. Deberías dejar de ver películas de miedo cuando estás solo en casa... ¿Por qué no me haces un favor e intentas que el fantasma te hable a ti?

ㅡ¿Has perdido el juicio? ¡No voy a hablar con el fantasma de un asesino que se dedica a soplarte en la oreja y asustarte!

ㅡNo me sopla en la oreja ㅡMingi torció la boca al imaginarse el aliento de un muerto en su oreja y sacó la lengua, en una mueca de asco. Hongjoong puso los ojos en blanco otra vez y Mingi suspiróㅡ. Deja de preocuparte tanto.

ㅡMe voy a preocupar, porque no le tienes ningún respeto a tu vida. Ya te quiero ver cuando estés poseído y matando gente porque quisiste ser un mocoso que no hace caso a sus mayores porque se cree que lo sabe todo.

ㅡCielos, cada día te pareces más a mi padre. Esto no es nada punk de tu parte. ¡Te prohíbo sentarte a su lado a ver la televisión, suficiente tengo con él y sus dramas, Kim Hongjoong! No necesito dos padres... ㅡMingi se bañó con su colonia favorita tras olerse las axilas, ocultó el nido de pájaros que tenía en la cabeza con un sombrero peludo y se colgó la mochila al hombroㅡ. Mira, en el muy poco probable caso de que sea un asesino, a ti no podrá matarte porque ya estás muerto. Le convences de que no me mate ni se meta a mi cuerpo y que se vaya, ¡y todos felices! ¡Bien, gracias Hongjoong, nos vemos esta noche, adiós!

ㅡ¡Mingi-...!

Y se fue, cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria. Hongjoong se quedó con la boca abierta y el ceño fruncido, ¡qué niño más insolente! De poder, Hongjoong hubiera tenido una charla muy importante y seria con los señores Yoo, porque Mingi ya se creía un hombre que no le debía respeto a nadie. Tras farfullar por unos segundos, Hongjoong soltó un ruido agudo. Oh no, ¡se había convertido en el segundo padre de Yoo Mingi, y encima era un padre regañón y para nada divertido! ¡Qué destino más cruel el suyo! Se había muerto, abandonando a su propia hija y ahora era el padre de un adolescente que no le tenía ninguna clase de respeto. Su vida (o su muerte... o lo que fuera) debía ser una broma de muy mal gusto. Navi nunca le hubiera tratado así, o al menos eso quería pensar. Seonghwa siempre tuvo más opciones de volverse el padre aburrido, de todos modos.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora