Cuando Kim Hongjoong tenía seis años, decidió que la flauta dulce era un instrumento para bebés y pidió un cambio de inmediato. Kim Hongjoong no era ningún bebé para tener un instrumento de bebés, él quería algo más genial, más impresionante, como una tuba. Después de hablar con sus padres y ser convencido (y sobornado), Hongjoong decidió que una tuba no era para él (sobre todo porque una tuba era como cien mil veces más grande que él). Al final, un clarinete fue su mejor opción. Era como una flauta pero más genial, más chula, iba diciendo Kim Hongjoong por ahí mientras lo presumía.
Cuando Kim Hongjoong tenía trece años, soñaba con ser el mejor clarinetista del mundo. Ya tenía muy claro que no le importaba pisar a sus compañeros para llegar a la cima, ¡Hongjoong tenía que ser el mejor! Además, que se jodiera Lee Changmi, Hongjoong era mejor que ella, mejor que todos en el conservatorio. No era por presumir, pero era muy bueno en lo que hacía y constantemente recibía felicitaciones por parte de sus profesores y sus compañeros le miraban con envidia y admiración. Cambiar su flauta de bebé con seis años por un clarinete genial fue la mejor decisión de su vida.
Sin embargo, con quince años, Kim Hongjoong empezó a perderle el interés al clarinete. Le seguía gustando y seguía siendo el mejor del conservatorio, pero ya no era lo mismo. Tenía otros gustos además, y su vida de señoritingo estirado que dedicaba todo su tiempo a estudiar y tocar el clarinete comenzaba a cansarle. A veces no quería despertarse temprano para ir a clases, a veces no quería ir a los recitales, a veces le apetecía quedarse en su cuarto a escuchar música y teñirse el pelo de colores. Kim Hongjoong seguía siendo el mejor clarinetista de su clase pero ya no sabía si sueño seguía siendo el de ser el mejor del mundo.
ㅡ¿Qué me dirías si te digo que quiero dejar el conservatorio y montar una banda de rock?
Eso le dijo Hongjoong a su amigo, cuando tenía dieciséis años y su pelo ya no era de su color natural, pero no era de colorines como él deseaba. Su amigo, Park Seonghwa, trompetista incomparable, arqueó las cejas y cerró su libreta llena de apuntes. Hongjoong estaba tirado en el suelo de la habitación de Seonghwa y rodó por la alfombra cuando el otro le dio una patadita.
ㅡTe diría que estás perdiendo el juicio y que dejes de pensar en bobadas.
ㅡ¡Oh, vamos Seonghwa! ㅡexclamó Hongjoong, mientras se arrodillabaㅡ. ¡Sería genial, ya hasta he compuesto varias canciones! Tú podrías estar en la banda también.
ㅡA menos que sea para tocar jazz, la respuesta es no.
ㅡJoder, Seonghwa, qué aburrido eres ㅡse quejó Hongjoong, con voz infantilㅡ. ¡Podríamos ser estrellas, tener un montón de fans y mucho dinero!
Seonghwa se miró con desinterés las uñas, bonitas y pintadas con una capa de esmalte transparente. Hongjoong puso los ojos en blanco, irritado por la actitud de su amigo.
ㅡLas fans son molestas. Y dinero no nos falta a ninguno... ㅡSeonghwa se centró de nuevo en él y levantó la barbillaㅡ. Piénsalo bien, Joong. ¿De verdad tienes lo que hay que tener para ir y decirle a tus padres, a tu abuela, que quieres dejar el conservatorio para tener una banda?
Ah, sí. La abuela. En sus delirios con ser una estrella del rock, hacerse piercings y teñirse el cabello, Hongjoong había olvidado por completo el pequeño detalle de la existencia de su abuela. La madre de su madre, a la que Hongjoong quería mucho. La madre de su madre, que también resultaba ser la directora del conservatorio. Hongjoong no había tenido en cuenta ese pequeño detalle, su abuela montaría el escándalo del siglo si su nieto llegara a simplemente sugerir que quería dejarlo. Hongjoong se tiró de espaldas al suelo y soltó un ruido penoso y lleno de sufrimiento. Seonghwa solo pudo reírse de él.
ESTÁS LEYENDO
Afterglow
Fanfiction✨I will fill your heart with afterglow, afterglow✨ One shots y drabbles de Ateez.