There is a better world

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ㅡ¡Seonghwa, escúchame! ㅡexclamó Hongjoong, yendo detrás del adultoㅡ. ¡Seonghwa!

Seonghwa no le hizo ningún caso, siguió caminando hasta el aparcamiento, con San agarrado a la manga de su camisa. Era la tercera vez en un mes que a Seonghwa le llamaban del instituto donde Hongjoong y San estudiaban, y todo porque Hongjoong no dejaba de meterse en peleas. Seonghwa estaba seguro de que la próxima vez que le llamaran, Hongjoong acabaría siendo suspendido una semana, o peor, expulsado definitivamente. Seonghwa era consciente que muchas veces Hongjoong no podía evitarlo, los otros chicos también lo sabían y a veces provocaban a Hongjoong para hacerlo explotar. Hongjoong, que no necesitaba mucho para enfadarse, no dudaba en pegar puñetazos y patadas incluso a los chicos más grandes que él que les gustaba molestarle o decirle cosas sólo para enojarle. Sin embargo, se lo había prometido. Hongjoong le había prometido que intentaría, por mucho que le costara, no perder el control así. No había pasado ni una semana desde que se lo prometió y ahí estaban de nuevo, en la misma situación que se repetía demasiadas veces para el gusto de Seonghwa. Lo peor de todo, es que en aquella ocasión, San había estado en medio del lío y una de las profesoras le había llamado casi en pánico porque San se había tirado al suelo a gritar y llorar y no dejaba que nadie le tocara. A Seonghwa se le rompía el corazón con pensar en el estado que había encontrado a sus dos hijos al llegar: Hongjoong en una esquina con el labio roto, el pelo hecho un nido de pájaros y el uniforme desarreglado y rasgado en algunos lados, y San tumbado boca abajo en el suelo de la pista de baloncesto, lloriqueando, porque nadie había podido moverlo de ahí por mucho que lo intentaran.

ㅡSube al coche, Hongjoong ㅡdijo nada más abrir la puerta del vehículoㅡ. No quiero escucharte ahora mismo.

ㅡ¡Seonghwa, por favor! ¡E-estaban molestando a San, no podía quedarme quieto!

Seonghwa abrió una de las puertas de atrás y ayudó a San a ponerse el cinturón, intentando que no le tocara demasiado el cuello porque eso le ponía nervioso. San se había tranquilizado desde que Seonghwa llegó, pero Seonghwa sabía que seguía inquieto y cualquier cosa podría mandarle al estado anterior. No queriendo que San se pusiera a llorar y gritar en el viaje de vuelta a casa, Seonghwa le puso unos auriculares y le dejó la tablet que siempre traía en el coche sobre su regazo para que pudiera escuchar música o ver vídeos para distraerse. Al cerrar la puerta y disponerse a subir a su asiento, Seonghwa vio que Hongjoong aún no había entrado y estaba de pie con los puños apretados.

ㅡSube al coche, Hongjoong. No me hagas repetirlo otra vez.

ㅡ¡No hasta que me escuches! Seonghwa, por favor ㅡHongjoong suplicóㅡ. De-déjame explicarte... ¡Me vas a entender en cuanto te lo cuente, nada de lo que te han dicho los profesores es verdad!

ㅡComo no te subas al coche, te vuelves andando Park Hongjoong.

Hongjoong suspiró derrotado y se montó en el asiento del copiloto. Seonghwa subió también, se puso el cinturón y arrancó sin decir mucho más.

ㅡHwa ㅡdijo Hongjoong, tras un rato en silencioㅡ. Seonghwa...

ㅡHablaremos cuando lleguemos a casa.

Hongjoong no insistió más. Por suerte, San pasó el viaje con tranquilidad, soltando algún comentario en voz baja sobre lo que veía en la pantalla o dando alguna patada al asiento de Seonghwa. Hongjoong se dedicó a mirar por la ventanilla y tirar de la goma elástica que llevaba en la muñeca, hasta que Seonghwa le hizo parar pues se estaba dejando la piel roja e irritada.

ㅡ¿Y Jongho? ㅡpreguntó el adolescente, cuando estaban a punto de llegar a la casaㅡ. ¿Está con Yunyun?

Seonghwa asintió.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora