What can I do

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Hongjoong lo tenía pisándole los talones, como si fuera su propia sombra, poniendo sus pies allá donde Hongjoong había puesto los suyos menos de un segundo atrás. Era de noche y el aire de las calles abarrotadas se sentía cargado, sucio, olía a gente de baja clase, perfume barato y mucho tabaco y otras sustancias adictivas. Ni siquiera los filtros de su mascarilla podían ocultar el olor de las calles, pero ya estaba más que acostumbrado. Solo era una mínima molestia entre otras tantas. Hongjoong quería quitarse la mascarilla, el sudor le empapaba la nariz y las mejillas, le caía sin cesar por ambos lados de la cara. Pero no podía, tenía que llegar a su unidad. Llegar a su refugio era importante pero más importante era quitarse de encima a su segunda sombra, que le respiraba sobre la nuca mientras avanzaba sin pausa por los callejones mal iluminados de la ciudad. Hongjoong tocó rápidamente la pequeña pantalla sobre su muñeca y maldijo entre dientes, pues quedaba menos de diez minutos para el toque de queda y su unidad parecía estar tan lejos como lo estaba hacía media hora. Se había entretenido en los túneles, intercambiando créditos por cachivaches que ahora llenaban los bolsillos de su chaqueta, hablando con algún conocido y dibujando grotescas imágenes en las paredes con un spray de pintura roja que le había dejado la punta de los dedos manchadas.

Hongjoong sorbió por la nariz y miró por un instante hacia atrás, aún sabiendo que su segunda sombra no se dejaría ver. Aunque tenía el corazón agitado porque sabía que le esperaba un regaño por parte de Christopher al llegar a la unidad, Hongjoong no pudo evitar la risa que se le escapó de entre los labios. De solo pensar que seguramente tendría que correr para que los guardias no le atraparan, a Hongjoong se le erizaba la piel. No lo escuchó, pero sintió a su segunda sombra reírse de él con burla. Hongjoong puso los ojos en blanco y empezó a caminar más rápido, mientras los minutos pasaban y los avisos del toque de queda que sonaban desde enormes altavoces se volvían cada vez más frecuentes. Si se daba prisa sólo estaría cinco minutos más en la calle. Por mucho que le gustase huir de la autoridad, Hongjoong tenía demasiadas ganas de llegar, deshacerse de su ropa y darse una buena ducha para quitarse de encima toda la contaminación que había acumulado a lo largo del día. Hongjoong terminó el trayecto hasta su unidad con la cabeza agachada y con los brazos cruzados, evitando a toda costa hacer contacto visual con cualquiera que fuera tan imprudente como él y estuviera deambulando por ahí.

Hongjoong abrió la verja que rodeaba aquel complejo de unidades y no se molestó en cerrarla, sabiendo que el dueño de la respiración sobre su nuca se encargaría de ello. Antes de poder poner el código de entrada en la pantalla que estaba al lado de la puerta, su sombra se materializó. Sin darse la vuelta y sin haberlo visto, Hongjoong lo supo, porque la respiración sobre su nuca se había vuelto real y no solo una sensación irritante.

ㅡSeonghwa, ¿puedes dejar de seguirme como un rarito?

Seonghwa rió, despareció y volvió a aparecer entre la puerta y Hongjoong, sonriendo de oreja a oreja. Hongjoong se pasó una mano por la cara, cuando Seonghwa sonreía así, las cosas nunca acababan bien.

ㅡEstoy cuidando de ti, Joong. No sabes las cosas horribles que dicen las otras Sombras de ti ㅡSeonghwa estiró los labios en una mueca infantil, pero totalmente genuina y que no encajaba del todo con su aspecto siniestro y oscuroㅡ. No te preocupes, Joong. No les dejaré que te hagan nada.

Hongjoong no estaba convencido, a veces creía que Seonghwa era más un peligro que las otras supuestas Sombras que le seguían. Al fin y al cabo, las Sombras tenían sus vidas y Hongjoong nunca había tenido ningún altercado con ellas. Nada más con Seonghwa, que se tomaba su poder de sombra de una manera demasiado literal.

ㅡPor supuesto, Seonghwa. Gracias por protegerme de las Sombras que, según tú, quieren hacerme daño ㅡdijo y Seonghwa sonrió todavía más, no siendo muy consciente de que Hongjoong no hablaba en serioㅡ. ¿Me dejas pasar? Christopher me va a patear el trasero, ya llego tarde, no necesito que me hagas perder más tiempo.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora