Don't move

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Por algún motivo, Kim Hongjoong tenía un póster de Big Time Rush en la puerta de su habitación y otro de One Direction en el techo, justo encima de su cama, pegado por las esquinas con pegatinas en forma de estrellas. El de One Direction tenía un corazón pintado con rotulador rojo alrededor de la cara de uno de ellos, pero Yeosang no sabía su nombre. Luego, Hongjoong le contaría que ese era Harry Styles y que fue el amor de su adolescencia. También le contaría que el póster se lo había regalado su padre, años después de que se le pasara la fiebre por ellos. Sin embargo, le pareció tan adorable que su padre se hubiera acordado de sus intereses que no pudo evitar colgarlo en la pared, incluso después de haberse mudado de casa de sus padres. (Hongjoong no dio ninguna explicación sobre el póster de Big Time Rush, así que Yeosang tampoco preguntó). Pero claro, eso sería luego. Ahora Yeosang estaba tumbado en la cama del mayor, mirando el póster con los ojos entrecerrados y preguntándose quién era aquel tipejo del corazón alrededor de la cara, mientras Hongjoong invadía su espacio personal y se acurrucaba a su lado. El pelo rubio y cortísimo de Hongjoong le pinchaba en el cuello y en la barbilla, lo cual le distrajo del muchacho del póster.

Llevaban ahí unas pocas horas, dando vueltas en el colchón, hablando y escuchando la playlist lo-fi de Hongjoong. Yeosang hacía preguntas sobre las figuritas en el estante del mayor, o sobre la impresionante colección de CDs que tenía, o sobre el pulpo azul de peluche con carita triste que descansaba cerca de la ventana. Y Hongjoong, que adoraba hablar de sí mismo y sus intereses, le respondía a todas sus preguntas con entusiasmo. Yeosang no pensaba que hubiera alguien más que él dispuesto a escuchar a Hongjoong hablar y hablar de todo y de nada, por lo que simplemente le dejó hacerlo. Le gustaba ver a Hongjoong hablar y hablar, incluso cuando no entendía ni la mitad de lo que estaba diciendo.

La mente de Kim Hongjoong era un enigma y Yeosang era demasiado lento como para comprenderle. No pasaba nada, el mayor parecía satisfecho con solo ser escuchado, sin demandar opiniones y comentarios por parte de Yeosang.

Cuando Yeosang tenía las ganas suficientes y los pensamientos desordenados en su cabeza se calmaban lo suficiente, él también era capaz de hablar tanto como Hongjoong. Yeosang habló de la poca motivación que estaba sintiendo durante las últimas semanas, habló de las nuevas ruedas que había comprado para su skate, habló de Wooyoung y San, habló de esa canción que había descubierto recientemente pero que ya tenía diez años que salió. Le dijo a Hongjoong que pasaba día y noche escuchándola, porque le hacía sentir cosas. Cuando Hongjoong le preguntó qué clase de cosas, Yeosang parpadeó muy despacio y movió la mano izquierda.

ㅡNo sé, cosas ㅡdijoㅡ. Me recuerda a ti la canción.

ㅡ¿A mí? ㅡHongjoong se echó a reírㅡ. ¿Y de qué va la canción, cupcake? ¿De traseros grandes como el mío?

ㅡNo, creo que va de... De una relación con una persona con ansiedad o algún tipo de adición. O al menos, así la interpreto yo, otros dicen cosas diferentes de la canción ㅡYeosang volvió a mirar al techo, donde One Direction le sonreíaㅡ. No me recuerda a ti por la letra. Sólo me hace pensar en ti, la música en sí... No sé, creo que te gustaría la canción.

I'm not your drinking problem, a hole is in the sky. It's not your heart that you've been thinkin' of, just the feeling like you're gonna die...

Cuando Hongjoong buscó la canción en su teléfono, los dos se quedaron en silencio mientras se reproducía. Yeosang sintió cierta vergüenza porque la canción no tenía nada que ver con Hongjoong y aún así le había dicho que le recordaba a él. Tener a Hongjoong, con la cabeza en su pecho y la mano dentro de su camiseta dibujando círculos en su vientre a la vez que sonaba la canción era un tanto enervante.

Volvió a centrar su atención en las paredes del mayor, decoradas con postales, pegatinas y fotos. Para ser una habitación tan pequeña, estaba repleta de cosas... Como la mente de Kim Hongjoong, se dijo a sí mismo, casi riendo. De colores y llena de disparates que sólo tenían sentido para él y nadie más.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora