El dinosaurio en el lado oculto de la Luna

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Cuando Seonghwa tuvo las suficientes ganas para ir a preparar el desayuno aquella mañana de sábado, se llevó un pequeño susto al llegar a la cocina.

Para sorpresa de nadie, San ya estaba despierto, pues la costumbre de despertarse temprano se extendía hasta los fines de semana. No era extraño ver a San a las siete de la mañana de un domingo viendo la televisión o acurrucado en una esquina del sofá comiendo galletas. Sin embargo, ese día San no estaba viendo la televisión ni en el sofá, no. Cuando Seonghwa entró a la cocina, soltó un corto chillido al ver a su hijo tumbado en el suelo, coloreando en su cuaderno sin ninguna preocupación en el mundo. Qué diablos estaba haciendo San ahí, pensó Seonghwa, mano en el pecho para calmar su corazón. Tenía toda la casa para él y San decidía ponerse a dibujar en el suelo de la cocina. Increíble.

ㅡSan-ah ㅡSeonghwa le llamó, pero su hijo ni se molestó en levantar la cabeza, muy ocupado coloreando de azul oscuro el fondo de su dibujoㅡ. ¿Qué haces aquí? Siéntate en la mesa...

ㅡNo, el suelo está cómodo.

Seonghwa puso los ojos en blanco pero decidió que era mejor no discutir esa afirmación. Después de todo, a San le gustaba esconderse en el armario o apretarse en el diminuto espacio entre su cama y el suelo; la habilidad que tenía de sentirse cómodo en los lugares más variopintos no iba a desaparecer nunca, al parecer. Seonghwa optó por empezar con el desayuno, aunque San estuviera en medio. Ya vería si podía convencerlo a lo largo de la mañana de que buscara un sitio mejor para dibujar.

ㅡ¿Has comido algo ya?

ㅡMmh, me he comido un plátano ㅡrespondió San, aunque parecía más bien que estaba cantandoㅡ. Estaba muy bueno. Me iba a comer otro, incluso lo mordí, pero tenía muchos pedacitos marrones y estaba blandito, ew. Lo he guardado para Jjong o para Joongie hyung.

ㅡNo creo que a ninguno de tus hermanos le guste comerse un plátano que has mordido hace rato.

ㅡBueno, pues comételo tú, o que se lo coma papá. No se puede desperdiciar la comida.

Seonghwa vio el plátano en cuestión en la encimera e hizo una mueca por el color feo que había cogido por estar ahí sabía quién por cuánto tiempo. Sin embargo, San tenía razón, que se lo comiera Yunho. Ignorando el plátano, pues ya no era su problema, Seonghwa fue a abrir la nevera.

ㅡTe voy a pisar si sigues en el suelo ㅡdijo Seonghwa, para ver si eso conseguía que San se movieraㅡ. Además, está sucio.

ㅡNo está sucio, lo limpiaste anoche después de la cena. Está limpio.

ㅡPuede ser, pero el suelo de la cocina no es lugar para estar tumbado, San-ah. ¿Qué pasa si voy con algo caliente y se me cae encima de ti porque estabas en medio, uh?

San soltó el lápiz azul y alzó la cabeza para mirar a Seonghwa, con sus tupidas cejas arqueadas. Seonghwa levantó las cejas también, a la vez que trataba de verse serio, porque la expresión cómicamente solemne de San le hacía un poco de gracia pero tampoco quería reírse.

ㅡNo se te va a caer nada encima de mí. Siempre tienes mucho cuidado con esas cosas. Cuando termine mi dibujo, me levanto del suelo. Pero solo cuando termine mi dibujo.

Seonghwa suspiró.

ㅡCuando el desayuno esté listo, te levantas, ¿de acuerdo?

San se lo pensó un momento, regresando la atención a su dibujo y volvió a coger el lápiz para terminar de colorear el fondo. Cuando hubo pintado un poco más, asintió.

ㅡY cuando termine el desayuno, me vuelvo al suelo.

ㅡEish, como quieras, San-ah... ¿Y qué estás dibujando?

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