Capítulo 84

395 64 12
                                    

- ¿Oh? – Que interesante. - ¿A qué te refieres? – Sabía muy bien a que se refería. Eso no quería decir que se lo iba a dejar en bandeja de plata. - ¿Quizás encontraste algo que no te agrado? – Se enfocó en solo parecer curioso. La verdad era muy diferente, pero no se lo haría saber… aun. - ¿No será que por fin dejaste de verme como Juudaime?, ¿el perfecto Juudaime?, una década 

En ningún momento respondió la verdadera pregunta, y no dio tiempo de que el grandísimo infeliz que tenía en frente procesara ese pequeño detalle:

- ¿Sigo siendo Juudaime?, ¿o en algún punto finalmente decidiste escuchar y llamarme por mi nombre? – Nunca. No lo admitirá a nadie, pero esa era una de las razones por la que siempre hubo distancia entre ellos. – Creo que ya me cansé de recordarle a tu yo de este tiempo que mi nombre es Tsuna, a la final no pasa nada. – Solo por molestar: - ¿Acaso hice algo que no te gusto Gokudera-kun? – No necesito fingir aquí. 

Esa pregunta tenia años en espera. Si quitaba toda la amargura y resentimiento, lo cual estaba haciendo, no había mas que inseguridad. Honesta y sincera inseguridad. De seguro solo lucia como Lambo cuando preguntaba si había hecho algo que no debía y si estaban molestos con él cuando ocurría un accidente. La respuesta era casi siempre sí, pero rara vez se le decía la verdad.

Inadvertidamente para él, la quijada de Takeshi había llegado al piso a este punto porque sabía que estaba ocurriendo. Era una suerte que nadie le estuviera prestando atención.

- Tsuna-sama… - Había quedado como un pez. Y tomado fuera de base. Bien. – Que haya hecho algo que me guste o no lo haga no tiene que importar y no es-

- ¿No es qué? – Ladeo la cabeza un poco, acercándose levemente, simulando que estaba interesado en la respuesta y no podía esperar por ella. - ¿Importante? – Tonto, tonto Gokudera… - Somos amigos, ¿no? – Nunca lo fueron, por más que quiso que fuera cierto. – No quiero hacer nada con lo que no estén bien, ninguno de ustedes. – A veces no había opción, ¿pero que importaba eso?, ¿cierto? – No soy perfecto ni adivino Gokudera-kun, si algo te molesta solo debes decirlo… - Ahora o nunca: - Después de todo, somos familia. – La sonrisa más derrite corazones que podía crear con un detalle… extra.

El sonido de su puño encajar con la quijada ajena era extremadamente satisfactorio. Lo mejor es que nadie lo vio venir y no acabo con eso. Dos simples golpes bastarían. Esperaba. Si seguía no terminaría bien. Era lo malo de tener que aguantar a un hipócrita que no quería ni ver. En realidad, si quería verlo, pero al mismo tiempo no quería… Eh, su estado emocional nunca había estado muy… cuerdo. Ya se le pasaría. Al igual que sus ganas de quererle partir la cara al desgraciado que venía a hablar de cosas que ni sabía.

- ¿Qué? – Pregunto tratando de ignorar como sus mejillas enrojecían de la vergüenza que justo ahora le estaba dando.

Culpaba a Takeshi. ¡Ni que hubiera matado a alguien para que lo mirara así!

- ¡Él lo pidió! – Señalo al desgraciado que, para mala suerte, ya se había recuperado y lo miraba de forma extraña mientras se sobaba los golpes. Tendrían un lindo color morado más tarde si no se curaba. Lastima. - ¡Takeshi! – Se quejó, tratando de no reír el también.

Fallo, por desgracia fallo. Era imposible no reírse cuando había alguien con risas contagiosas. ¡Como arruinar un asunto perfectamente serio!

- En fin…- Rayos, de todo lo posible no pensó que terminaran en risas. – Por algo siempre te pregunte si de verdad estabas bien con esto, que no estabas sujeto a nada, así que… - Pauso, solo para tomar aire. – considera esto como un recordatorio. – Era más que eso, pero no era necesario que nadie lo supiera. 

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora