Extra 7: Six Traits of Personality (4/15)

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- Si me disculpan... - Estaba casi seguro de que no necesitaba decir nada o dar ninguna clase de explicación al igual que estaba seguro de que sería seguido. Bueno, no él precisamente.

Su esposa le dio una mirada que decía perfectamente que quería hacer algo más que hacer la vista gorda y esperar. Desgraciadamente no era la primera vez, y si al menos tuviera una idea de cómo podría ayudar... No era la única en querer hacer algo. No era la-

- Dejen que regresen, luego pueden simplemente "emborracharlo" en afecto. - El mejor asesino a sueldo del mundo no se molestó en siquiera darles un vistazo, mirando a la puerta por la cuál había salido el Décimo Vongola hace solo un momento. - No hay más que se pueda hacer. - Si había, si había.

¿Pero cómo le decían a estos chicos que mejor se iban porqué estaban afectando a su padre de mala forma sin darse cuenta y sin tener culpa de nada?, sin mencionar que dicho padre los mataría si lo hacían. Debía de haber una forma más-

- Okay, si tu lo dices... - Una pantera gruño un par de veces más, sin moverse del sitio, haciendo a todos los "Tsuna" fruncir el ceño o arrugar la cara.

- Más bien mucho hemos hecho robandole a esta gente la atención de su padre, ¿no creen? - Y hablaba quién llevaba al menos una hora incierto, inquieto, dándole mirada de reojos al Décimo sin decir palabra. - Sería-

- Vas a dejarme fuera por días otra vez, ¿no? - Colmillos acusó, congelando a Aizen por un segundo. Eso fue suficiente.

- Colmillos, chicos. - Antes de que hubiera un mar de lágrimas mi. Eso no terminaría bien para nadie. - Tsuna-sama ya superó su cuota de verse a sí mismo. - Tsuna-sama lo mataría por ser tan crudo, pero sería una muerte más rápida a que si los encontraba llorando. - Ahora, si me disculpan, voy a ir a asegurarme de que no haga algo tonto. - Esa era la verdad dicha de una forma bonita

Se negó a darle atención a cómo el montón de niños no humanos quedaron quietos y callados y en cómo la mitad de la habitación quería matarlo. Se lo agradecerían. Tsuna-sama no era de jugar cuando alguien se metía con alguien de la familia. Los animales también eran considerados familia.

Se quisiera o no, Tsuna-sama los consideraba a todos familia.

-x-x-x-

Honestamente lo único que le permitió encontrar a Tsuna-sama tan rápido es que no fue el primero en seguirlo.

Un espejo roto, un gran espejo roto, fue lo que lo saludo. Específicamente los pedacitos de las esquinas y la ausencia del resto. Por todo el piso del baño había vidrio, y estelas de sangre aquí y allá. No había nadie a la vista como tal, pero Tsuna-sama debía de estar allí. Era el baño más cercano, afortunadamente. Tsuna-sama era muy bueno en perderse.

No hizo falta que llamará. Al dar un par de pasos una de las puertas de las cabinas fue abierta y una mano no demoró en mostrarse, seguido de un cabello largo y partes de un vestido oscuro. Un momento más tarde, escuchó el agua correr diciéndole que alguien había vomitado otra vez. A este ritmo su jefe no iba a querer comer mañana tampoco...

- ¿Caramelo? - A lo mucho Tsuna-sama solo pestañeo con cansancio hacia ella, usando los brazos de soporte en donde no debía, agua escurriendo por su cara y boca. - ¿O un chocolate?, un chocolate debería ser mejor, y mira, ¡tengo de tus favoritos! - En otro momento su jefe se hubiera iluminado como un sol solo ante la mención de esos chocolates.

- Si mañana quiere comer algo, tendremos suerte. - Lo último que necesitaban era que Akane se sintiera mal por la falta de respuesta y vida aparente de su novio. - Vamos Tsuna-sama, esos lavamanos no son muy estables. - No si iba a recargar la mayor parte de su peso en ellos de ese modo. - Tsuna. - Insistió al ver que no tuvo atención, incluso con la ayuda de su novia.

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora