Capítulo 51

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"Tal vez todo esto no sea más que un producto de mi imaginación o de mi locura...", pensó casi con alarma el Décimo Vongola. La última vez que había tenido una conversación con el prefecto había sido hace tanto tiempo que era un tanto borroso, y fue porque cierto Guardián de la Nube envió al hospital y/o al cementerio al menos mil personas solo porque "estorbaban" en la misión. La verdadera razón era que habían irritado a Hibari con tanta conversadera y pues... lo demás era perfectamente deducible. Su bolsillo y el papeleo en aquella ocasión llegaron a niveles alarmantes, y quizás debido a eso fue que tuvo las "agallas" de citar a su guardián y conversar (quejarse mayormente) sobre las consecuencias de sus acciones. Siendo honesto consigo mismo, Hibari no le dio casi nada de atención hasta que lo castigo con quitarle su te favorito y allí fue en donde inicio formalmente la conversación entre ambos. La única razón por la que Hibari no trato de morderlo hasta la muerte por tal atrevimiento era porque las veces que lo hacía no funcionaban a su favor, y si su jefe estaba de malhumor o en un estado nervioso por todo el desastre y/o papeleo... realmente nadie quería ser "considerado" el responsable de la destrucción de media mansión y de un Decimo Vongola "perdido".


- ¡Lo lamento mucho Tsunayoshi-sama! – El casi grito fue lo que saco a Tsuna de su pequeño viaje de memorias.


Al girarse para ver al causante de tal disculpa y de tal nombre (solo Rukia usaba el sama con su nombre, y era Tsuna-sama), Tsuna solo pudo sudar frio y tomo todo su auto-control no palmearse la frente. Bueno, si antes fueron considerados "raritos" por Ryo y compañía, ahora sí que se llevaron el titulo gracias a Gokudera.


-... Gokudera-kun, por favor levántate. – Solo faltaba que besara el piso, y ni siquiera iba a bromear con eso porque capaz y de verdad lo hacía. - ¿y cómo que Tsunayoshi-sama?, solo Tsuna está bien, T-S-U-N-A. – "Tal vez debería de tener una charla con I-pin, porque a veces creo que hablo chino y nadie me entiende..."


Por culpa de Reborn sabía hablar chino, pero ese no era el punto en ese momento. En realidad, Tsuna ni siquiera quería mirar a su alrededor, temiendo que ahora estaba en medio de algo que se había vuelto público de una forma en la que nadie lo querría... Y por la vista que le estaba dando Hibari desde su sitio alejado y tomando te, sabía que lo mejor sería que no mirara a nadie. El prefecto parecía irritado, y en cierto modo debía de querer morder a alguien hasta la muerte por acabar la calma con algo tan ridículo...


- ¡Pero eso sería una falta de respeto Juu-digo, Tsunayoshi-sama! – Exclamo el Guardián de la Tormenta, completamente ignorando la situación en la que se encontraba... como casi siempre.


- Gokudera-kun, por-


- Vaya, tus pretendientes sí que son raros y se sobre-esfuerzan demás... - Esto lo dijo un recién llegado que había decidido pasar su brazo por los hombros de Tsuna. – Este es el más dedicado del grupo, ¿en dónde lo encontraste Tsuna-chan?, ah, y no lo apruebo, ese tal Hibari se ve mucho más decente y más amigable que este chico que tienes a los pies. – Agrego lo último como no quiere la cosa.


Esto, definitivamente esto, fue lo que causo que todo quedara tan callado como un cementerio. Internamente, Tsuna quería llorar y golpearse contra una pared... el problema es que no sabía si era por culpa de la risa que en cualquier momento no podría controlar, o de la vergüenza de todo el asunto.

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