¡Dlum!... ¡Splash!
- ¡Ay!... ¿qué rayos...?, ¿Reborn?
El mencionado solo levanto una ceja al ver a su alumno paralizarse y mirarlo como si estuviese viendo a un muerto o a un fantasma, y ese tono de incredulidad total con el cual pregunto su nombre no estaba ayudando en lo absoluto... se preguntó mentalmente si debía darle otro golpe con su martillo o no, para ver si salía de su aturdimiento... ¿Para qué negarlo?, esa expresión de no poder creerse lo que tenía en frente junto a ese silencio... no lo estaba haciendo sentir cómodo en lo más mínimo y no creía que fuese saludable para el... no, por supuesto que no lo era... además, sería bastante divertido y un placer hacerlo.
- Oye, apúrate, solo tienes 5 minutos para ir a la escuela.
- ¿Escuela?
Preguntó más para sí mismo que para su acompañante, como si estuviera fuera de lugar. No parecía en lo más mínimo perturbado con respecto a nada de lo que le acaba de decir, aunque tan poco parecía estarle prestando atención mientras se miraba así mismo y a él como si estuviera buscando algo... Extraño, realmente extraño... ¿tendría una pesadilla con respecto a lo sucedido en el futuro de nuevo?, y si no era así, ¿qué rayos soñó entonces?
- Es martes, ¿o acaso no te acuerdas Dame-Tsuna?
Su única respuesta fue una mirada muy perdida antes de mirarse así mismo de nuevo y mirar al calendario, choque escrito en su rostro en grande, que luego se transformó en una pequeña sonrisa... Era claro con eso que estaba soñando con el futuro de nuevo o algo muy similar, aunque esta vez no hubieron gritos ni nada por el estilo, lo cual era aún mas extraño... Considero de nuevo golpearlo al verlo salir corriendo al baño con la leve sonrisa aún plasmada en su rostro... en calma... ¿a dónde se fueron los gritos de miedo y terror por llegar tarde?... Bueno, no era su problema de todos modos... si llegaba tarde, no tendría desayuno y un prefecto lo mordería hasta la muerte, y luego lo castigaría doble por llegar tarde y por perder y no controlar a su familia debidamente... Sin darse cuenta, Reborn sonrió, una sonrisa que cualquiera que la hubiese visto sentía mucha lástima por el pobre desdichado que estuviera en la mira del mejor asesino a sueldo del mundo.
Cuando llego al comedor se asustó, aunque nadie se dio cuenta gracias a su práctica de engaño, era el mejor asesino a sueldo del mundo, no podía verse asustado sin importar la razón o circunstancia, pero honestamente... ¿quién podía culparlo?, Tsuna ya estaba sentado en la mesa completamente vestido y arreglado como si hubiera estado horas alistándose... miro al reloj de reojo... dos minutos se demoró, solo la humedad de su pelo podía confirmar tal afirmación por parte de su reloj... sin embargo nadie pareció darse cuenta de ello, pero no por eso dejaba de estar sorprendido... 2 minutos... ¿qué hizo?, ¿pasar por enfrente de la regadera?
- ¡Lambo-sama tiene hambre!
- ¡Lambo, devuélvele la comida a Tsuna-nii!
Me reí ligeramente en sus jugarretas, realmente los extrañaba... incluso si se estaban robando su comida como si no estuviera allí... No quería despertar, este sueño era muy bonito, prefería mil veces quedarse en este sueño que a despertar y continuar esa rutina de siempre, aquí no estaba solo, incluso si su compañía no era más que su propio subconsciente e imaginación... pero todo lo bueno tenía que terminar tarde o temprano, solo esperaba que fuera tarde... Realmente no quería perder esta vista de nuevo, no le importaba si se estaba haciendo aún más daño así, era un dolor acompañado de un ligero placer al cual se aferraba desesperadamente, incluso si se estaba muriendo o algo parecido no podría dejar de aferrarse a esa pequeña esperanza que lo mantenía en este mundo de los vivos... pero, ¿cuánto tiempo duraría este sueño agridulce?, y ¿qué pasaría una vez que se acabara y no tuviera más remedio que despertar?... esa pregunta era estúpida, lo admitía, claro que sabía lo que sucedería al despertar: lo mismo que los últimos años, eso no cambiaría... no lo hizo en tres años, no lo haría ahora.
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Family of the Past
Hayran KurguUna muerte, una sola muerte para salvar a su familia provoco la destrucción de su vida por así decirlo, aún así, no se arrepentía de lo sucedido. No obstante, un deseo cambio todo...