Capítulo 63

537 71 12
                                    

- Eeehhhhh… - Se estiro perezosamente en la silla, dejando los libros a un lado. Sonrió un poco. Era mucho pedir poder estudiar bien cuando apenas salía de varias reuniones. - Como pasa el tiempo, Tsu... – Murmuro para sí, con cansancio. – La verdad, no sé si saludarte con un abrazo o caerte a golpes… - Dejo de sonreír, sueño y cansancio olvidado.

Un dedo paso lentamente por las fechas de un calendario, más por hacer algo que un significado en especial. Se sentía aliviado de poder ver a Tsuna así solo fuera por cámara, pero también sentía mucha desdicha y frustración. Quería quejarse, quería demandar explicaciones, quería saber porque fue cortado como muchos otros. Quería noquear cada uno de los responsables del estado de su mejor amigo. ¿No eran sus guardianes?, ¿no eran familia?, ¿no deberían de haber estado allí en lugar de desaparecer por años?, no era tonto. Nadie era tonto. Tenía informantes, estaba atento, siempre estaba atento. En cualquier momento perdería la paciencia y se aparecería en aquella mansión, que las consecuencias se pudrieran. 

- ¿Te molestarías si tirara todo al viento? – Quizás esa era una de las cosas que aún lo detenía de hacer una estupidez. - ¿Estarías feliz de verme Tsu-kun? – Nadie iba a responderle. Nadie nunca lo hacía y si lo hacían… no sería la persona que quería oír.

- Siempre fuiste un tonto… - Lo que antes lo hubiera hecho sonreír y reír, ahora solo le dolía. – Dar, dar y dar… - Dejo caer la cabeza contra el escritorio, mentón sobre brazo. Tiro el calendario con un dedo. - ¿y recibir?, ¿qué paso con recibir Tsu? – Ya eso no importaba. Ver el reflejo de lo que solía ser su amigo solo lo hacía querer secuestrarlo, Simón podía hacer un mejor trabajo que Vongola por creces. – ¿Que paso con que si necesitabas ayuda, me buscarías? – Internamente corrigió: ¿nos buscarías?

Por más injusto y molesto y herido que se sintiera, no estaba solo. A menos que Tsuna creyera que lo estaba haciendo perfecto y no necesitaba ninguna ayuda, había roto aquella promesa. 

- Tsu, Tsu, Tsu… - Suspiro profundamente, y por un momento debatió quedarse así.

No lograba nada. No lograba nada preguntándose el porqué, como había terminado todo así, o simplemente recordando como solían ser las cosas. Nada de eso serviría. No. En este tipo de momentos lo mejor era buscar a alguien para hablar, distraerse o hacer cualquier otra cosa. No podía darse el lujo de deprimirse. No ahora.

- Idiota. – Le dijo a una de las figuras en la foto que guardaba en la primera gaveta. Su lugar era el escritorio, pero no podía tenerla allí. – Eres un idiota. – Con eso, cerro el asunto. – Un-

¡Puff!

¿Humo rosa?, eso fue lo que pensó, extrañado y entrando en pánico. Cuando se dispersó un poco se sintió muy fuera de lugar. Arqueo una ceja, dando un vistazo a lo que parecía ser una habitación de un chico común. Tenía aspecto civil. Pestañeo ante un papel que cayo lentamente en frente de su cara, tomándolo con la mano por inercia. Curiosidad tal vez, no estaba seguro y no iba a ponerse a discernir eso justo ahora. 

Una sonrisa se abrió paso a sus características, una que no decía nada bueno. Era una fortuna que nadie estuviera allí para verlo. El papel en sus manos se hizo cenizas, borrando toda evidencia de lo que su yo de este tiempo quería que supiera. Unas simples palabras que decían mucho para quien pudiera entenderlas. 

- Oh Tsu, esta vez no te me vas a escapar~ - Quería reírse, quería reírse con ganas. 

Hacerlo era una mala idea. No podía darle aviso a Tsu de que estaba aquí, ¿cierto?, eso arruinaría la sorpresa. No quería arriesgar a que se le escapara, o a que preparara excusas para salirse de la situación o de alguna cosa que no quisiera responder… Después de todo, su tiempo era limitado, ¿cuántos minutos eran?, ¿10?, no lo sabía, pero tenía que aprovecharlos al máximo. Ahora, ¿en dónde podría…?

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora