Capítulo 60

646 91 12
                                    

Una de las cosas más extrañas de un sueño era soñar que estabas dormido o que acababas de despertar. O al menos eso siempre lo pensó. No es como si recordara la gran cosa de lo que soñaba, o tuviera control alguno sobre ellos. Las pesadillas eran otro tema, algunas las recordaba demasiado bien. No recordaba ninguna despertando en un sofá, con gente hablando y con dificultad para respirar por algo que tenía encima, eso era seguro.

 -… haber dicho algo? - ¿Ah?, ¿un hombre? – Señor, y tú eres su hermano. – Vaya indignación. 

La otra persona, si es que había otra persona, no contesto. Esto no sentó muy bien, eso era seguro. Lástima que no tenía ganas de quedarse allí y oír reclamos y estupideces, ya más que había oído ese tipo de cosas en la vida real, ¿también lo iba a hacer en un sueño?, no si podía evitarlo. Con eso en mente, empujo a quien o que sea lo estuviera usando de almohada y oyó el satisfactorio sonido de algo grande darse tremenda bienvenida con el piso. Al menos el piso estaría bien, esperaba. 

- ¿Qué diablos miran? – Ni que fuera un animal de circo.

Tenía ganas de reírse ante lo callado que quedo todo y ante los ojos muy abiertos de unos cuantos. No tenía razones para no hacerlo, y eso no ayudo a la gente.

- ¿Tsuna-nii? – Alto allí, alto. Hacia bastante tiempo que no soñaba con Fuuta, que recordara al menos. - ¿Te sientes bien?

No se molestó en contestar inmediatamente, no había apuro, ¿cierto?, era solo un sueño. Había hecho a Fuuta crecer bastante, lo único en lo que se quejaría seria en que alguien no había estado durmiendo bien y había estado llorando recientemente. No era así como quería ver a su hermanito, si es que podía llamarlo así. El golpe y el muy posible chichón se lo ganaba por atrevido. Además, no era como si lo fuera a tener por mucho tiempo, eso era seguro.

- ¿No deberías estar en clase? – Por alguna razón, esta pregunta fue como si le hubiera metido una cachetada. Extraño. – ¿No habías dicho que no te daba el tiempo para nada? – Una mano al mentón, una pierna sobre la otra… seguía siendo incómodo. – Espero que esas lagrimas no hayan sido por una chica. – Le había dicho mucho que se concentrara en graduarse lo más rápido posible. Levanto una mano al ver que venía una respuesta. – No quiero saber nada, menos cualquier excusa que pueda darme mi propio subconsciente. – Y si hubiera querido saber, hubiera escrito y no hubiera desconectado los teléfonos personales hace años. No, simplemente no quería saber. Su familia no lo quería, era un monstruo y así estaban bien las cosas. - ¿No podrían haberte hecho más alto?, allí se va mi complejo de ser enano, hasta pareces más alto y eso definitivamente no es justo. – En lo absoluto. Culpaba a sus genes. No había otra cosa que pudiera culpar, honestamente.

No, no era cómodo estar allí. Un aperitivo no caería mal, la cocina estaba algo lejos, sí, pero no era nada y una caminata le caería bien. Mejor que tratar con gente imaginaria, claro está. 

- ¡Hey! - ¿Ahora qué? - ¿A dónde vas?, ¿por qué no pasas un rato aquí? - ¿A qué exactamente? 

- ¿No es lo suficientemente patético que tenga que verlos a todos ustedes cuando se perfectamente que no son reales? – Pregunta retórica. Uh, no había visto a este hombre en… un montón. Eso solo significaba que… ah, sí. Por supuesto que sí. No quería verlos, pero bueno. Ya que. - ¿No puedo soñar con algo bonito por una vez? – Se quejó en voz alta, sin culpa alguna. – Siempre tiene que ser en cuartos blancos o algún lugar de la mansión, como si vivir en ella no fuera suficiente… - Una vez en la playa, en un jardín, no lo mataría…

- En pocas palabras, ¿no estas feliz de vernos así sea en sueños? – Si fuera de verdad, si fuera la Kyoko real, mentiría o se quedaría en silencio. Como nada de esto era real, le valía un colmillo:

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora