Capítulo 39

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En su cómoda y espaciosa cama, Daisuke roncaba suavemente, soñando con (posiblemente) darle una paliza a un gran grupo de personas si su sonrisa de satisfacción indicaba algo. Daisuke estaba en paz, disfrutando de sus sueños y de lo cómodo que estaba... Al menos así fue hasta que fue rudamente despertado por un corrientazo eléctrico de alta potencia.


- Levántate, son las 10 de la mañana y tu aun durmiendo... - Se quejó Rukia con el ceño fruncido, cierto camaleón riéndose un tanto divertido y subiéndose a su cabeza a descansar.


- Rukiaaaaaaaaaaaaaaaaaa~ - ¿Por qué siempre tenía que despertarlo de alguna forma medieval y/o sádica?, ¿no podía simplemente tirarlo de la cama como su padre, o despertarlo de forma normal como su madre y la mayor parte de la población humana?


- Arriba perezoso. - El chico prácticamente salto fuera de la cama, evadiendo a duras penas un martillo gigante, cortesía de nada más y nada menos que Rukia y León.


- A veces juraría que me quieres matar... - Esto fue un comentario, no era la primera vez que lo decía, ya estaba un poco más que acostumbrado gracias a su padre... aunque él no lo despertaba de ese modo tan brusco.


- Tal vez, soy una asesina, ¿recuerdas? - Suspiro un poco decepcionada al ver que lo esquivo, pero siempre había otra oportunidad, no había que desanimarse tan pronto.


- Aprendiz de asesina querrás decir... - Por simple reflejo, Daisuke esquivo una bala directo a su frente. - Que agresiva... - Otra más. - Ya, ya, ¿qué paso?, ¿por qué estas molesta ahora? - Al menos quería saber porque su amiga quería matarlo tan temprano...


- Mas tarde, ahora ayúdame a encontrar a los gemelos, llegaron en la madrugada. - Daisuke bostezo, internamente haciendo una mueca, porque si hacia la mueca externamente Rukia trataría de golpearlo de nuevo.


- Dame 5 minutos, no voy a salir así. - No iba a salir en pijamas, desarreglado, el pelo revuelto, con cara de sueño al 100%, y sus derivados.


Antes de que Rukia pudiera contestarle, el chico ya había agarrado una muda de ropa y se había encerrado en el baño. De mal humor, un poco realmente, Rukia se sentó en la cama y comenzó a jugar con León ahora que estaba sola. León solo parecía sonreírle, y le sacaba la lengua de vez en cuando. No importa lo que dijeran, León era genial y nada podría hacerla cambiar de opinión al respecto.


- Listo. - Anuncio Daisuke saliendo del baño, aun con cara de sueño. Bueno, nada era perfecto en esta vida... - ¿Para qué quieres a los gemelos?, son un dolor de cabeza la mitad del tiempo...


- Mas tarde, no quiero decir lo mismo dos veces. - Odiaba repetir...


- Los pobres deben de estar durmiendo si llegaron en la madrugada...


- Lo dudo, y si están durmiendo solo hay que despertarlos. - Tomando en cuenta como Rukia lo había despertado a él, sentía un poco de lastima con aquellos dos. Solo un poco...

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