Capítulo 61

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Se despertó con un bostezo, sin ganas de levantarse. No quería salir de la cama, estaba muy cómodo. Era temprano, así que se quedó allí por un buen rato y quizás se volvió a dormir. El encanto del despertar se murió al salir de la ducha y ver el reloj. La única razón por la cual no se llevó las manos a la cabeza y entro en pánico era por todos los años de entrenamiento y porque sabía muy bien que Reborn lo castigaría por tal cosa. Ganas no le faltaban, eso sí.

- Y allí se fueron mis planes de pasar el día con Ne-chan… - El reloj no le dio respuesta, ni piedad tampoco. Hubiera sido apreciado saber si solo había sido una jugarreta de su mente o una ilusión… - El desayuno también. – Eso no le importaba tanto.

Solo espero que Reborn no piense en darme una mala sorpresa por despertar prácticamente para el almuerzo…”, pensó para si algo bromista, algo decaído, pero mayormente resignado. Resignado a que era la pregunta. Solo Dios sabía que se iba a conseguir cuando saliera por la puerta.

Pues… milagrosamente no había hoyos, explosiones, ni humo ni nada similar. Solo mucha gente comiendo y hablando animadamente. En el caso de algunos, robando o tratando de robar la comida de alguien más. Las amenazas, quejas, y demás lo metía todo junto con “hablar”, ya que, técnicamente, todo era hablar. En otras circunstancias, hubiera estado encantado con esto. Ahora solo estaba extrañado y nervioso. Después de todo, su familia nunca fue exactamente… tan pacífica.

- Creí que también te perderías el almuerzo. – Anuncio cierto asesino a sueldo sin siquiera mirar, concentrado en su comida. 

- Te salvamos un plato. – “¿Salvar?”, la pregunta hizo eco en su mente. 

- ¡Lastima! – Lengua afuera y pucheros. - ¿Por qué no pudiste dormir más tiempo Tsuna-nii?, ¡hubiera sido más para mí!

Por supuesto, como era de esperarse, esto trajo unas cuantas quejas por parte de varios y casi se forma una pelea. Honestamente no sabía cómo Lambo no termino peor, pero suponía que era solo porque fue con él y no con alguien más. 

- Ya veo. – No había más que decir, en su opinión al menos. – Gracias. – Aunque no estaba muy seguro si lograron salvarle algo de verdad. Con Reborn no se podía. Con Lambo era problemático. ¿El resto?, inesperado. 

No demoro en ser prácticamente empujado a su silla y servido, con un leve regaño de que no debería acostarse tan tarde incluso si era fin de semana de su mamá. No fue la única, para su vergüenza interna, pero le llego una ayuda inesperada:

- Déjenlo. – Sin levantar la vista de su plato y llevándose algo a la boca que no tardo en desaparecer, Reborn explico: - Aprendió a entrelazar llamas. – Ya. Eso fue todo. Yay.

Aparentemente esa era la única explicación necesaria, porque muchos asintieron, unos lo felicitaron, solo un par quedo como él sin entender del todo o nada dicha explicación. No iba a negar que esto le trajo malos sentimientos al saber que, por lo visto, era tema básico que hasta Fuuta y I-pin conocían. Hasta Lambo sabia, se dio cuenta con irritación y… algo que mejor no tocaba, cuando solo tomo unas pocas oraciones para que Lambo cayera en cuenta. Quizás, para su vergüenza interna, se notó algo en su cara porque el ambiente cambio y pues… todo se volvió incómodo. No había hecho nada ni dicho una palabra, ni siquiera se había movido, pero ocurrió. 

- Patea a Nono. – Llego la “amable” sugerencia de alguien que, al contrario de la mayoría, sonrió ante el cambio. – Lo que te enseñe es asunto delicado, recuérdalo. – “Por más que lo digas, tengo casi 25 y me voy enterando ahora y Lambo que tiene solo 5 sabe.”, pensó con una mueca interna. – Es normal que estés celoso.

- Que. – Se le salió, sin poderse creer lo que acababa de oír.

- Es de esperarse que te sientas dejado por fuera cariño, celoso incluso. – Esto no lo hacía sentir mejor. Estaba mortificado ya. - ¿Nadie te enseño… ya sabes…? 

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora