Extra 4: Helado

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No le gustaba este lugar, era muy oscuro, muy caliente, olía mal y no podían moverse casi nada. Tenía mucha hambre, quería salir.

Se escondió de nuevo con mamá ante las horribles criaturas que les gustaba atormentarlos con ruidos, golpes y el olor a comida. Mamá gruño, pero luego solo oyó algo muy fuerte y quejidos de mamá. Fue agarrado por algo y antes de verlo venir estaba en un espacio muy, muy pequeño.

- Tu nos vas a dar mucho dinero pequeña bola peluda. – Su espalda protesto y sus oídos resonaron. Todo dejo de moverse luego de un rato, para entonces no había mas que negro y por más que llamo mamá no respondió.

En otro lugar, muchas horas después...

-... encantara, mira-¡Bam!

Un cuerpo cayó al suelo como un saco de papas y una mujer se estremeció de arriba abajo, sintiéndose asqueada. No pasó nada más que manos en lugares en que no deberían estar, muy cerca de ser inapropiado. Tal vez podría considerarse inapropiado como tal. Eso y que habían intentado propasarse, besarla a la fuerza...

La mujer se volvió a estremecer, segura de que no había nadie. Ya había hecho lo que tenía que hacer, pasaría un par de horas antes de que se dieran cuenta que el que dirigía todo esto tenía la cabeza lejos de su cuerpo. Al igual que todos los que estaban en la oficina con él.

Y tenía la llave, eso era lo importante. Solo había venido por una llave. Que se le fuera la rabia al techo era otro tema diferente. Bueno, un sitio de subasta de cosas... cuestionables menos. Más le valía no volver a perder algo así otra vez... La llave a una bóveda de armas mafiosas no era asunto de risas.

Arqueo una ceja al ver muchas jaulas. Había entrado en una... ay rayos...

- Pero que te han hecho... - El animal en la jaula no respondió.

Abrir la jaula no fue exactamente fácil, pero no valió de nada. No podía salvarlo, el daño era muy extenso. Le dio fin a su sufrimiento mas bien. ¿Que planeaban hacer?, ¿vender el cadáver?

La gran mayoría de las jaulas estaban vacías, pero las que tenían algo le dio dolor de ver. No necesitaba saber que también subastaban animales exóticos con poca comida en sus cuerpos y enseñados a tenerle miedo a los humanos.

- No hagan ruido. – Era mucho pedir, lo sabía.

Para bien o para mal, los animales no hicieron pio. La única razón por la que no lo atacaron o huyeron de él fue gracias a sus flamas. Era un truco barato, pero no iba a quejarse con lo que funcionaba.

No podía creer que iba a tener que organizar un transporte especial y más visitas a zoológicos. A este punto ya debía de ser-

- La estrella, es hora de la estrella~

¿Había otro animal por aquí?, ¿dónde?

- ¿Listo para darnos mucho dinero estúpida bola de pelos? – Quedo frio, pero no de buena forma.

El hombre, a lo mucho, fue capaz de atormentar al animal un par de veces más antes de sentir una presencia detrás de él. No hace falta decir que los animales se encogieron ante otro cuerpo que cayó al piso, sin cabeza.

- No hay nadie más por aquí, ¿o sí? – Pues no, no parecía ser así.

Poner a un animal en algo tan pequeño y luego meterlo en un closet... Como si atormentarlos no fuera suficiente crueldad, tenían que hacerle algo así a una cría.

- Auch... - Tenia los dientes afiladitos... - Ssshhh, no te preocupes, no volverás a ver este lugar... - Ninguno de ellos.

La cría no debía de tener muchos meses, era muy pequeña. Debieron de habérselo arrebatado a su madre sobre su cadáver. Probablemente sus hermanos fueran vendidos ya, o quizás los hubieran matado por accidente. Estaba casi seguro que el animal que no logro salvar era su madre ahora.

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora