Capítulo 57

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Mukuro tenía muchas, muchas dudas en el momento. Algunas eran existenciales, como siempre. Una gran parte era sobre el realismo, las posibilidades, de lo que estaba presenciando. Una pequeña parte era sobre cómo debía de llamar todo esto. El resto eran sobre el estado mental y la cordura de quien estaba en frente. Y de sus allegados, porque nadie decía nada y no sabía si estaban cuestionando toda la existencia como él o veían todo perfectamente normal. Si fuera la mafia, diría que sí, un sí muy dudoso. No obstante, esto no era más que una actividad civil.


- Así que... - Tosió en su palma, tratando de llamar la atención innecesariamente. Por dentro rezaba que no fuera a salir con una mala sorpresa. - ¿porque estamos... siguiendo... eso? – Con eso se refería a una cosa sin igual, a algo nunca visto por la humanidad y probablemente aún más allá.


Caminar en medio de la calle cuando la luna comenzaba a salir a solo Dios sabe dónde, guiados por algo sin igual, único e incomprensible...


- ¿Oh? – Tsuna ladeo la cabeza en confusión, como si no entendiera la pregunta. – Sara es quien sabe el camino Mukuro-chan. – Un tic hizo aparición en uno de sus ojos ante el "chan".


... insecto volador. Un asqueroso insecto volador. Un asqueroso insecto volador con aparente razonamiento humano. Ah, y un humano que no tenía ni un poquito de duda o miedo ante un insecto que aparentemente entendía todo lo que se le decía y actuaba muy distinto a como actuaria una cucaracha normal. Honestamente no sabía si estar aterrado, asqueado, o reírse ante lo ridículo de toda esta locura. ¡Ni siquiera sabían a donde iban!


- Hogar, dulce hogar. – Con una sonrisa radiante e ignorando el humor del ilusionista justo detrás, Tsuna siguió felizmente: - Bienvenido a tu nuevo hogar, todo está pagado, tienen comida en la nevera y hay varias habitaciones donde escoger. Solo pórtense bien mientras no esté, jugué muchas cuerdas y favores y francamente no puedo sacar más por los momentos. – Sonriendo aún más, ataco: - Así que nada de volver locos a la gente con ilusiones, nada de robos, nada de delitos y mucho menos secuestro y asesinato. ¿De acuerdo Mukuro-chan? – Y como si no hablara con el: - Mantenlo a raya Chrome, de por si aún esta delicado y no deseamos que vuelva al hospital, ¿cierto?


Honestamente se sintió como una maleta. La única razón por la cual no decía nada era porque Tsuna lo chantajearía, tenía razón, y la casa era enorme.


-... cualquier cosa me avisas y no dudes en darles una buena patada en las zonas nobles si se propasan contigo. – Contuvo las ganas de querer ahorcar al chico. Esas eran básicamente las mismas palabras que le decía a su querida Chrome. – Espero no oír que fueron malos con ella, no les gustara saber lo que pasara si lo hacen, ¿he sido claro? – La mirada de muerte y lo que llamaría locura de la buena se esfumo para volver al chico sonriente como si nada pasara: - Sara les tendrá un ojo puesto, ¡pórtense bien y cualquier cosa avisan!


No sabía que era lo peor. Que le debiera, que lo chantajeara, que su cordura fuera dudosa, o que:


- Che, ¿ahora nos cree niñitos? – La mala cara de Ken cambio y miro a la casa con una sonrisa: - Al menos tiene estilo, ¿no jefe?


Ah. Pensaba que por fin alguien iba a comentar en el asqueroso insecto volador que iban a tener de niñera de ahora en adelante. Un insecto de niñera. Un-

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora