Extra 1: Si Hibari fuera...

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- ¿Seguro que eso es todo lo que quieres? – Reborn pregunto solo para asegurarse. La mirada de muerte que recibió fue suficiente confirmación. – Lo tendrás mañana por la mañana, a primera hora, Hibari-san. – Con nada más que atender, Hibari salió de la oficina.

Como era de esperarse, el guardián de la nube dio miradas de muerte a todo aquel que se le acerco. Su objetivo era claro, nada lo detendría de llegar a él. Era un día hermoso, un día perfecto, e incluso si no lo fuera eso no lo detendría. Después de todo, era un trabajo de todos los días y solo podía confiar en su personal entrenado de primera mano. Todos los demás eran un asco, y la perfecta excusa para apalear a alguien. Eso le recordaba que aún no había mordido a nadie hasta la muerte en lo que iba del día, había que solucionar eso. 

- Buen día jefe. – Saludo el único en quien en verdad podía confiar para dejarle todo si salía una misión. El único. – Todo esta listo como lo ordeno, las-¡puff!-piedras han sido removidas, se han puesto las cercas tal y como dijo… 

El joven Hibari arqueo una ceja ante toda la explicación. Estaba molesto, que su pelea fuera interrumpida por esta estupidez… Ya mordería a alguien hasta la muerte cuando volviera, por segunda vez. Sino iría a molestar al bebé para un combate. Debía de haber alguien en todo… un momento…

-…y como puede ver todo ha sido podado a la medida justa. – El hombre siguió como si nada, sin notar el horror del joven Hibari al ver bien en donde estaba. – Las infracciones han sido severamente corregidas, y aquí está la lista por si quiere asegurarse usted mismo de que no vuelvan a ocurrir jefe. – Culmino el hombre, calmadamente, como si no pasara nada del otro mundo.

Mientras tanto, justo en frente de él, había un joven que había perdido todo color y parecía estar viendo una pesadilla hecha realidad. A sus pies había abono, paquetes de semillas, flores y arbustos y arbolitos en maceta, madera, palas…

Un hermoso jardín impecable, perfecto a los ojos de muchos. Ni un error, ni un grano de suciedad, todo a la medida. Bancos y cercas perfectamente limpias, recién pintadas incluso. Césped verde y hermoso. Flores por doquier como si fueran racimos preparados para una boda. Árboles frondosos, amplios, perfectamente podados, ni una hoja fuera de lugar. Las fuentes de agua también estaban impecables…

De hecho, no había ni un animal. Ni uno. Todas las aves estaban en la pared con la cola del otro lado, hacia afuera del jardín, mirando con anhelo dicho jardín. Una paloma decidió bajar a tomar un poco de agua, pero al posarse tenía la punta de una pistola en la cabeza.

- Ensucia algo y te mato. – Esas fueron las palabras de un jardinero, porque el traje y las herramientas no podían decir otra cosa, que apareció aparentemente de la nada.

No hace falta decir que la paloma tomo unos tragos bajo la mirada de muerte de dicho jardinero y salió como alma que lleva al diablo, para nunca más volver seguramente. 

- Esto no puede ser posible… - Dijo el joven Hibari bajo su aliento, sin querer creerse nada de lo que veía.

¡Puff!

- Cuando pregunte si mi yo futuro se metió a la jardinería no pensé que fuera una posibilidad real… - Subió la vista para dar con un cactus inocentemente en una maceta puesto sobre la mesa.

Un cactus voló por la ventana junto con trozos de vidrio. El grito de una pobre alma en pena al recibir el regalo de espinas no fue registrado por el culpable de tal cosa.

De hecho, durante semanas platas volaron por ventanas o fueron arrojadas fuera de los edificios por motivos desconocidos para muchas personas. Preguntar era ser mordido hasta la muerte. Sugerir quemar la planta solo llevo a que la escuela se quedara casi sin plantas. 

Mencionar la palabra jardinería era pedir abrir las puertas del infierno. El único que encontraba toda la cosa chistosa y se metía con el prefecto en juego era un chico que, aparentemente, no tenía miedo de morir y encontraba divertido ver la cara de horror que solo él parecía poder producir del prefecto. Para bien o para mal, preguntarle a este chico era como decir la palabra jardinería…

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora