Capítulo 17

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Solo había una sola palabra con la cuál Tsuna sería capaz de describir su fin de semana: pandemónium. Algunos podrían decir que estuvo en medio de la tercera guerra mundial y que era una suerte que estuviera vivo y un milagro que no tuviera ni una cicatriz mientras que otros dirían que salió del mismísimo infierno solo Dios sabe cómo. Por su parte, Tsuna se reiría de cualquiera de esas personas sin ningún pudor, la única razón por la que parecía totalmente sano era debido a que sabía utilizar muy bien la llama del sol (luego de tantos golpes y demás por parte de Reborn, ¿quién no aprendería?). Y honestamente había pasado por cosas peores, aunque esta no se alejaba por mucho, estaba cansado y con ánimo de horrores...


Menos mal que nadie se había presentado en la casa, solo era Reborn y él, quién sabe qué hubiera pasado si por casualidad alguno hubiera llegado solo para ver tal masacre... A pesar de todo su sufrimiento, dolor e incluso irritación, sentía pena por quienes tendrían que arreglar todo... ¿por qué?, porque todo quedo irreconocible y hecho un chiquero... ¿Qué había dicho Reborn ayer a la policía?, no se acordaba muy bien pero tenía que ver con una fuga de gas y una explosión... aunque en realidad fue dicho tutor barriendo-perdón, haciéndolo saborear el piso... entre otras cosas. Aun no estaba seguro si era algo bueno o no que él hubiera perdido el gusto y la necesidad de comer, pues él no había probado bocado alguno (otra forma de castigo junto con todo lo demás que ni se atrevía a recordar) y debido a eso solo sentía un ligero malestar... aunque también podría ser la falta de sueño.


Tsuna casi podría jurar que su sádico tutor había hecho un mes de castigo entrar en un simple fin de semana porque no tuvo descanso alguno. Solo fue hace 5 minutos que se pudo curar y solo porque ya había salido de los "escombros", de la interrogación policíaca, del ejército de bomberos y vecinos sin nada mejor que hacer que averiguar aparentemente. Solo le quedaban 2 minutos para llegar a tiempo, bien haría enojar a Hibari más de la cuenta porque no iba a amargarse más la vida por llegar a tiempo. Además, llegar a tiempo no haría absolutamente nada para evitar la paliza que Hibari planeaba darle de todos modos...


Aunque por el otro lado mejor no se demoraba demasiado, Reborn debía de estar cerca y no quería enfrentarse a dos demonios al mismo tiempo, ya estaba lo suficientemente irritado como estaba y de seguro estallaría (sin querer) y produciría quien sabe cuántos problemas más a la cuenta. No obstante aún no lograba comprender porque demonios tuvo que volar la casa (lo que quedaba de todos modos) y producir tanto alboroto, si era para utilizar eso como una excusa para avergonzarlo y hacerlo sentir humillado... malas noticias, ya no había casi nada que lo avergonzara más a estas alturas de su vida.


En otro lugar, Gokudera y Yamamoto habían finalmente llegado a su destino, discutiendo como siempre. No obstante, la discusión se acabó abruptamente al darse cuenta de la presencia de cierto prefecto y, sobretodo, ver que dicho prefecto ni siquiera los miró a pesar de haber llegado 32 segundos tarde. Agradeciendo la parte buena del súper raro evento, comenzaron a dirigirse rápidamente a donde debían de estar cuando un fuerte impacto resonó por todo el lugar. Lentamente giraron la cabeza para ver quien había sido el pobre receptor de tal golpe, solo para pestañear al ver lo que pasaba en frente de ellos.


- ¿Ni siquiera me vas a dejar pasar Hibari-san? - Preguntó Tsuna entre divertido y amargo, sosteniendo una tonfa con una mano mientras esquivaba la otra, para luego contraatacar y separarse del prefecto.


- Te morderé hasta la muerte. - Fue lo único que dijo el Carnívoro sin quitar la vista de su presa.

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