Te Encontré

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El frío se colaba por su traje mientras caminaba lo más rápido que aquella herida le permitía, miraba cada vez que podía atrás para asegurarse que no la seguían, apretó más la herida en su costado derecho y apretó el arco y la única flecha que le quedaba.

No iba a morir así, no sin antes vengarse de aquellas personas que le mintieron e hirieron, su vista se volvía borrosa a causa del sangrado, caería en cualquier momento, la tormenta de nieve no ayudaba mucho en estas circunstancias.

Cayó de rodillas mientras miraba una figura acercarse a ella, era un youkai, ya no tenía fuerzas como para usar aquella última flecha así que solo miró el suelo y esperó algún ataque o algo, pero solo vio al youkai detenerse unos pasos frente a ella, su estado empeoraba cada segundo, levantó la mirada y lo vio mover sus labios aunque no logró oír nada, cayó en la nieve desmayada.

Delicadamente la tomó en brazos estilo princesa y luego recogió el arco y flecha, la llevó a su castillo y llamó un curandera, su hermano estaba en el pasillo y cuando los vio se acercó a ver a la miko desmayada, hace mucho que no la veían y ahora había vuelto.

Los siguientes cinco días habían procurado sanar su herida, que si bien no era letal, con la tormenta había empeorado un poco al tener la herida  abierta, al tercer día le había dado fiebre, pero hicieron todo lo posible para que le bajara, ahora solo faltaba que despertara.
● ● ●
Sus ojos se acostumbraban lentamente a la luz de la habitación, estaba desorientada y asustada, no conocía el lugar y el costado derecho había comenzado a doler, se levantó a inspeccionar la habitación y al estar de pie notó que solo portaba su hakama y vendaje, se tapó inmediatamente los pechos, buscó con la mirada la parte superior de su traje, se iría hoy mismo de donde fuera que estaba.

Encontró el resto de sus cosas en un taburete, se terminó de vestir y tomó su arco salió se ahí mirando a todos lados para no toparse con nadie, aunque ella no sabía que estaba siendo vigilada.

Llegó a las escaleras y bajó sin dudarlo, cruzó un largo pasillo y vio unas enormes puertas de roble, miraba a todos lados para asegurarse que no había nadie, y eso era extraño, el lugar era enorme y aún no se topaba con nadie ¿sería acaso una trampa?

-Cuando salgas de aquí ¿dónde irás?- la voz sonaba tranquila, detuvo su andar y volteó encontrándose con un hanyo- no sabes que tan lejos estás de una aldea
-Puedo sobrevivir hasta encontrar una aldea- respondió retrocediendo para alcanzar las puertas- no moriré
-La tormenta aún no acaba y tu solo tienes una flecha- tenía razón, pero no podía quedarse en un lugar que no conocía y además repleto de youkai's y un hanyo, eran enemigos por naturaleza, sintió como abrían la puerta tras ella y volteó hasta toparse con la fría mirada de un youkai- ¿qué haremos con ella?
-Se quiere ir- pasó de ella y se dirigió hacia el hanyo- la aldea más cercana está a tres días
-Bien, entonces iré
-La tormenta empeorará y solo hay bosque, nada de cuevas

Miraba sin expresión a ambos hombres, no se veían muy peligrosos hasta ahora, además habían curado su herida.

-¿Quienes son ustedes?
-Entonces es verdad
-Te lo dije- hablaban entre ambos ignorando la pregunta de la azabache- perdió la memoria
-Que mal...- el hanyo la miró y luego miró al youkai- por ti
-¿No piensan responder?
-Soy Inuyasha Taisho
-Sesshomaru Taisho
-Mmm... Taisho- dijo mirando el suelo- me parece conocido

Ambos se miraron alzando una ceja ¿sería posible terminar con todo esto de una vez por todas? Ella era importante, para ambos, de maneras diferentes claro, dos años la habían buscado y ahora estaba con ellos, debían buscar una manera de hacerle recordar todo.
● ● ●
Al final Kagome había decidido quedarse un poco más, quería sanar por completo y también no quería salir con este frío, la tormenta parecía no querer menguar y cada día encontraba que era más fuerte.

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora