Dolor

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¿Sabes cual es el dolor más grande de una mujer?

Perder un hijo

¿Que es lo peor de todo?

Cuando te culpan y no se molestan en saber la verdad.

Cada día despertaba llorando, agitada y su respiración acelerada, cada día se preguntaba cómo fue que pasó todo, un día estaba bien junto a su pequeña y esposo y al siguiente lo perdía todo, su marido la engañó y culpó tras la muerte de su hija.

Su madre, padre y amigos le dieron la espalda, siquiera y una mirada de lástima por su dolor, solo desprecio, odio y rencor contra ella, pero no contra su esposo, aquel que prometió serle fiel y la engañó con su hermana.

El dolor no disminuía con nada, trató de alejarse de todos, tomar pastillas para dormir e incluso no quería salir del hospital, todo para no verle las caras a aquellos que un día le dieron "amor".

Sin algún atisbo de ganas por levantarse fue al baño, se bañó y vistió con lo primero que encontró, realmente muy poco le importaba su apariencia.

Fue por un café y se sentó afuera de la cabaña en la que ahora vivía, sola, en medio del bosque, el único lugar donde podía sentir un poco de tranquilidad.

Su rutina era siempre la misma, bañarse, tomar un café y pasar horas pensando donde comenzó todo a salir mal.

"Yo solo quería estar lejos de Inuyasha, no quería sus escusas baratas y caer nuevamente a sus pies" esos eran sus pensamientos, ¿si hubiera caído nuevamente, su hija estaría viva? ¡claro que sí!, pero...¿el realmente la habría dejado de engañar? No, claro que no, eso lo sabia bien, pues no era la primera vez que la engañaba, incluso al principio del matrimonio el se acostó con su hermana, en su embarazo y los siguientes años era lo mismo.

¡Por kami, el no la amaba y aún así se casó con ella y tuvieron una hija!

Solo un error había cometido, uno que la seguiría hasta el final de sus días, uno que sabía no podría cambiar nunca en su vida, nunca debió sacar a su hija de la casa, conducir enojada, cambiar el camino y jamás debio acelerar cuando había una curva y un barranco.

La imagen de su pequeña la perseguía cada noche, llena de sangre y su carita pidiendo ayuda, pidiendo que llegara a ella, ¿sí ella hubiera podido caminar en aquel momento, estaría viva? No, por muy doloroso que fuera la verdad debía aceptarla, aún llegando a ella nada habría cambiado aquel trágico final.

Por qué ella era consciente que el pequeño cuerpo de su hija no hubiera aguantado el impacto del accidente.

Las lágrimas caían con mayor intensidad mientras caía de rodillas en el pasto, había querido caminar pero los recuerdos no le permitían avanzar, tiró la taza de café y cerró los ojos y llevó las manos a su corazón, aquel que se había roto con el engaño y destrozado con la pérdida de su Ángel.

Su llanto era desgarrador, estaba segura que si estuviera en la ciudad, todo Japón la estaría escuchando, de pronto unos brazos la rodearon dándole calor, levantó la mirada y se topó con unos ojos dorados como el sol, solo que muy fríos, aunque ahora mostraban tristeza.

-Sesshomaru...- se abrazó a el como si nunca en su vida le hubieran dado cariño- por que...¡¡por que!!
-Tranquila- la apretó más contra su pecho y pasó su mano por el cabello azabache- no me iré de tu lado
-¿No me odias? Dime que no por favor- pidió como una niña, con ojos llorosos y temblando- debí hacerte caso, tendría que haber huido contigo
-Si lo hubieras hecho jamás habrías tenido a Hitomi- dijo mirando el bosque- ella te dio felicidad
-Un corto tiempo- Kagome respondió con rencor- le quité la vida a mi hija
-No fue tu culpa
-¿Por que has venido?
-Me preocupo aún por ti

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora