Navidad

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El salón era enorme, pintado en un color verde pantano, con un gran ventanal que daba a la ciudad, decorado con guirnaldas en tonos dorados y plateados, el árbol navideño blanco y decorado en amarillo y rojo, la gran mesa cubierta en un mantel burdeo con velas y centros de mesas.

Todo estaba hermosamente decorado, los platillos eran servidos para la cena de aquella misma noche, habían sacado de la bodega los mejores vinos y como extra, un licor añejado más de mil años, especial para aquellos demonios que gustaban quedar un poco tocados.

La familia Taisho se preparaba, Irazue vestía un precioso vestido plateado con brillantes, tacón negro y un recogido afirmado por peineta de plata, Toga usaba un traje azul marino de tres piezas, su cabello como siempre atado en una coleta y de su brazo, iba Izayoi, vestida con blusa de tirantes y pantalones de piernas anchas, muy elegante y en ella se veía hermosa, su cabello suelto y adornado con una diadema de rosas.

Sesshomaru usaba un traje gris oscuro, camisa roja y sin corbata, Inuyasha llegó un poco tarde, envuelto en un traje rojo y Kagome vestía un precioso vestido ajustado rojo mate, todos se saludaron y tomaron asiento.

Con los minutos la charla comenzó a volverse algo pesada, la tensión en ese lugar podría fácilmente cortarse con un cuchillo, Sesshomaru e Inuyasha peleaban por que Toga tenía pensado dejar la compañía en manos del menor ya que este se comprometeria con la mayor de los Higurashi.

–¿No se pueden callar?– todos voltearon a ver a Kagome, su rostro estaba rojo, sostenía la ¿novena? No, quizá décima copa de vino y parecía estar haciendo efecto– no hacen más que pelear, ya nos tienen con dolor de cabeza.

–Kag, ¿Estas bien?– Inuyasha preguntó dejando de lado a su hermano– quizá debas dejar de beber.

–¡No!– gritó tomando de golpe el contenido, Irazue miraba divertida a aquella humana, también bebia de su copa disfrutando el espectáculo– ¡quiero más!

–Deberías controlar a tu mujer– añadió Sesshomaru mirando mal a Inuyasha– ¿O es que ni eso puedes hacer bien?

–¡No me provoques maldito!– ambos se levantaron y tomaron sus camisas.

–¡Sessh!– Kagome se tiró a los brazos de su cuñado ante los expectantes ojos de todos, Toga aguantaba sus ganas de reír o seria la nueva víctima de sus hijos– ¿nos divertimos como la otra noche?

Inuyasha dio dos pasos atrás, pronto todos dejaron sus copas y pedían explicaciones.

–¿Para que mentir? ¡hip! Si nos acostamos por que nos gustamos– dijo sonriente y luego sintió como le tiraban el brazo– ¡Tu no me toques! No me amas.

Todos la vieron llorar, Inuyasha enojado fue contra Sesshomaru y comenzaron a pelear, lo que había comenzado como la mejor de las cenas, era un desastre, la comida en el piso, los hermanos peleando y los padres de ambos temían meterse a la pelea para no salir lastimados.

–¡Ya me tienen harta, me largo!– gritó Kagome tambaleándose y yendo a la entrada.

–¿Donde vas?

–¡Con Naraku! ¡Seguro el querrá estar conmigo sin pelear como idiota!– los presentes esperaron todo, menos aquellas palabras, y antes de que pudieron moverse o hablar, Sesshomaru había llegado a Kagome y la cargaba en su hombro– ¡bajame!

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora