Sesshomaru por primera vez no sabía que hacer, ya le había dado de todo a su esposa, desde joyas, adornos hasta una casa, paseos a otros países, un lujoso anillo de bodas y la celebración más grande, tanto de compromiso como el día de la boda.
Se paseaba por su oficina, viendo revistas, podría regalarle ropa, un lindo vestido rojo que resaltará sus curvas y...no, eso parecía más un regalo para él, había llamado a Kyomi, su hija mayor, pero la niña de solo doce años le había dicho que ella al menos, ya tenía su regalo.
Como si un Kami escuchara sus súplicas, Rin apareció por la puerta de su despacho, la que había sido su pequeña, ahora era toda una mujer, incluso dentro de unos meses seria madre, no podía negar que había sentido lo que llamaban "celos de padre" cuando el mocoso Hakudoshi la había conquistado.
–¡Padre!– se tiró tal cual como de niña, solo que cuidando no aplastar su abultado vientre– ¿Estas bien?
–No, aun no se que darle a Kagome– suspiró sentándose y tomando una pequeña cajita– ten, feliz día, futura madre
Rin abrió la cajita feliz, dentro de esta, se encontraba un collar, la figura era de una mujer con un bebé en brazos, volteó la figura notando la escritura en cursiva "La mejor madre", sus hormonas hicieron acto de presencia, lloró de felicidad mientras agradecía el gesto.
–Es hermoso– limpió sus lágrimas mientras desbloqueaba su celular y le mostraba la imagen de un gatito– este, era el gato de mamá cuando tenía cinco años, la abuela dijo que se perdió y ella quedó devastada
–¿Sugieres un gato en nuestra casa?– la sola idea le hizo doler la cabeza– ¿bromeas? Si con Ken y Sei es suficiente
–Harás feliz a mamá– y con esas palabras, se levantó a besas la mejilla de su padre y lo dejó con la duda del que hacer.
•••Había caído en el chantaje, ahora estaba buscando exactamente al mismo gato, un gato Ragdoll, eran lindos, debía admitir, pero no era de criar animales, el único que tuvo en su vida fue un hamster y nada más por experimento, pero deseaba ver la felicidad en en rostro de su amada.
En la tienda, compró arena, comida, juguetes, cama y rascador, puso todo en bolsas de regalo, también puso al felino en una caja, tomó todo y de dirigió a casa. Irazue estaba en la entrada con su nieta, hablando y regando las flores, la mayor recibió a su hijo, ayudándolo con las bolsas y recibiendo un beso en la frente, al igual una bolsita plateada con un moño rojo.
–¿Donde está Kagome?– consulto mirando a todos lados, le era extraño que no estuviera compartiendo con su madre, ya que eran muy buenas confidentes– Quiero darle mi regalo
–Mamá fue con Sei a comprar pastel– habló Kyomi tratando de hurgar entre las bolsas– ¿Que le vas a regalar?
–¿Que te importa pequeña intrometida?– dijo alejando las bolsas– ve a arreglarte
–Rin también vendrá– dijo Irazue abriendo su regalo, este era la fotografía de Toga sosteniendo a Sesshomaru de bebé, era una foto vergonzosa para él, pero la favorita de su madre, y aquella imagen la había perdido hace mucho– eras tan pequeño y tierno– dijo mirandolo con amor– que fue lo que te pasó
–Muy graciosa– evitó verla a los ojos.
Todos entraron, Sesshomaru dejó todo en su despacho, agradecía que el gato fuera silencioso, es más, hasta se había dormido, procuró que no se viera nada, él subió a darse un baño, esperaría el momento adecuado para darle el obsequio.
Kagome llegó media hora después, Sei le había comprado un lindo ramo de tulipanes rojos, chocolates y sin falta, su abrazo y besos. Ken compro una pulsera, donde mando a grabar una linda frase, Kyomi a la par de sus hermanos, le regalo un collar y aretes, tenía el conjunto completo.
Kagome se sentía dichosa, estaba pasando un hermoso momento junto a su familia, incluso su hija Rin había ido, le había entregado su regalo, una fotografía de ellas dos, en un collar de corazón, y en el otro lado, dijo pondrían una fotografía de ellas y su bebé.
Aun no veía a su esposo, eso le preocupo, se excusó y fue al despacho, dejó la copa de vino en la mesa y entró encontrandolo agachado.
–¿Sesshomaru?– él volteó feliz, levantó la caja y se la dio– ¿para mí?
–Y las de allá igual.
Kagome gritó de felicidad, el felino maúlla asustado, lágrimas caían por sus ojos al ver que era exactamente igual al que perdió, besó a Sesshomaru, abrazándolo sin querer soltarse.
La noche siguió entre los presentes acariciando al gatito, felicitando a Sesshomaru por tan maravilloso regalo.
••• ••• ••• ••• •••Un poco corto, espero les guste
FELIZ DIA DE LAS MADRES
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One-shots Sesshome
Diversos•Ambientados en todo tipo de tiempo •Solo Sesshome •Algunos tendrán lemon