Asesinos

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Nota: el siguiente one-shot cambiará el sexo de Kagome, un yaoi, espero les guste.

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La música sonaba algo fuerte, movía su lápiz en la hoja tratando de escribir o dibujar algo, pero nada, las ideas no llegaban, Kagome dejó caer los audífonos y tiró la cabeza hacia atrás suspirando desanimado.

Cansado, se levantó al balcón y encendió un cigarrillo, la ciudad se veía hermosa, escuchaba los autos yendo de aquí para allá, la risa de los niños al jugar en el pequeño parque que se encontraba justo debajo, y algunos gritos quizá de los vecinos.

–Valla lugar para inspirarse– habló apagando la colilla y medio cerrando la ventana corrediza, odiaba el calor que hacia en las noches así que un poco de viento no caería mal– bien, mañana seguiré.

Fue a darse un baño, se puso unos simples pantalones y se metió en la cama tratando de dormir, cuando sintió que al fin su cuerpo cedería al cansancio, el ruido de algo caer en su comedor lo alertó, se levantó creyendo algún gato había entrado nuevamente, pero solo vio un arma apuntándole.

–Deberías cerrar mejor, ¿no niño?– la voz la conocía, el destello dorado de aquellos ojos le trajeron tranquilidad, fue hasta él y le dio un abrazo– no me gusta el contacto físico.

–Si, lo siento Taisho– retrocedió y encendió la luz– ¿que haces aquí?

–Él desea que vuelvas– le tendió un sobre, Kagome dudó pero al final lo tomó– si decides volver, solo abre el sobre, si no, quédate aún aquí cuidándote.

Sesshomaru caminó al mismo lugar por donde llegó, alcanzó a ver los garabatos que escribía o dibujaba, si tan solo hubiera encontrado a otra persona, él tendría un futuro distinto.

–Te enviaron a asesinarme– no fue pregunta,  volteó para negar, pero Kagome fue más rápido, tenia un cuchillo en mano y apuntaba directo a su yugular, aquella mirada la conocía, era de un asesino despiadado– dile a él, que volveré solo si mi hermano queda fuera.

Se alejó tirando el cuchillo a la mesa, cerró la puerta de golpe y Sesshomaru se fue también, Kagome en su cuarto temblaba mientras caía al suelo de rodillas, todo el terror que vivió aquellos años volvió a su mente, el maldito error que cometió y lo llevó a donde estaba, aún pasaba en cámara lenta cada día.

–Debes ser fuerte, debes serlo– repetía una y otra vez golpeando su cabeza, un minuto más tarde quedó mirando fijamente su cama, levantó el colchón y tomó el celular.

Había un mensaje, aceptando el trato, no respondió, simplemente tiró el aparato contra la pared y se durmió.

***

Terminaba de poner su corbata cuando tocaron la puerta, encendió un cigarrillo y abrió, dos hombres lo miraban de pies a cabeza, luego entraron y tomaron sus cosas para llevarlas al vehículo estacionado.

Pagó el arriendo por el tiempo que estuvo allí y se fue, lo llevaron a su antiguo hogar, donde vio a Bankotsu sacando sus cosas y vestía como un civil común.

–¡Ban!– gritó eufórico, su hermano volteó y se acercó simplemente a darle un puñetazo en el estómago– eso...lo merecía.

–¡Claro que si idiota, no sabía dónde diablos estabas!– lo tomó del cuello de la camisa– ¿se puede saber por qué me dejan fuera?

–Tendrás un hijo, ¿es este un trabajo seguro para que vayas a casa como si nada?– le golpeó las manos y arreglo la chaqueta– vete, yo seré quien haga el trabajo sucio.

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora