Bienvenida al Placer

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Agradezco a Queen_of_Vampires019 por dar la idea para este one-shot y sobre todo por dejarme a mi escribirlo.
Espero te guste.

PD: los vestidos nombrados son los de la imagen.

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Kagome había decidido ya no ser la misma chica que todos creían podían usar o mentirle en la cara, sus últimas dos relaciones fueron un completo asco, tanto sentimental como en la cama.

Lo primero que hizo, fue cambiar por completo su guardarropas, pidió ayuda de Inuyasha y Kikyo, dos de sus amigos más cercanos, estaba ahora mismo doblando su ropa cuando le llegó un mensaje.

Sesshomaru
"Higurashi, necesito tu ayuda"

Kagome no podía creerlo, el orgulloso Taisho pedía ayuda, y nada más que la suya, se sentó al borde de la cama y preguntó que necesitaba, él sólo le dijo que se vistiera bien y pasaría por ella a las nueve de la noche, ella quiso decirle mil y un insultos, pero se desconectó y ella se quedó pensando que se pondría.

•••

Eran las nueve, Kagome esperaba a Sesshomaru es su sala, le abrió la puerta y este al verla, casi cae de espaldas, frente a él, Kagome vestía un vestido muy revelador, podía ver sus pechos, pues solo había una fina tela cubriéndolo, si se podía considerar cubrir aquello, sin mencionar que era muy corto, podía ver sus piernas y casi juraba podría ver el trasero si se volteaba.

–Cámbiate ahora mismo– dijo cruzándose de brazos– no es adecuado para el lugar al que vamos.

–¿No me veo bien?– preguntó con inocencia fingida.

Joder, ¿verse bien? Sesshomaru llegó a imaginarse a él mismo sobre ella alzando la parte superior del vestido y comiendo sus pezones, seguramente rosados y duros ante la excitacion, volvió a insistir se cambiará, Kagome resoplo y fue nuevamente a su cuarto, cerró con algo de fuerza y se cambió.

Volvió a salir, pero llevaba un abrigo encima, Sesshomaru no sabía que clase de vestido había elegido ahora, pero de algo estaba seguro, no llegaría tarde por su culpa, así que solo salieron y él condujo lo más rápido que pudo.

La tensión era evidente, y era una tensión sexual, Kagome admitía que más de una vez fantaseo con tenerlo entre sus piernas, pero bueno, ¿que mujer podría no imaginarlo? Si el condenado parecía dios Griego, y Sesshomaru, había añorado pasar una noche con ella, una mujer que jamás temió decirle sus verdades, pero no era lo que deseaba de ella, quería tenerla a su merced, desnuda y pidiendo por ser follada, duro y sin cuidado, deseaba ella gritara su nombre ante los orgasmo que le hacía tener.

Para su condenada suerte, llegaron, bajó entregando las llaves a un empleado, fue por Kagome y le tendió el brazo, que ella gustosa aceptó.

Sesshomaru se quedó mirando como Kagome bajo ese abrigo no tenía más que un vestido casi parecido al anterior, aún podía ver sus largas piernas, sus curvas marcadas por la tela y se deleitó al notar que no llevaba corpiño, su entrepierna dolió, bajó más la mirada para ver como se marcaba a sus caderas, pero no había algo que indicara usaba bragas.

–Mujer, solo estas logrando provocarme– susurró en su oído al acercarse– si pierdo el control, será culpa de tu exquisito cuerpo.

–Esas son solo palabras– se sentía con ganas de jugar, y ver lo que provocaba en un hombre como Sesshomaru, le dio la fuerza que necesitaba para seguir.

–Primero, he llegado a la conclusión que ese vestido no permite llevar corpiño– subió una mano y sutilmente rozo un pezon– segundo, no hay marca de nada allí abajo, ¿es que has venido sin bragas, mujer?

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora