Miraba atenta la libreta, verificando que todo estuviera bien anotado y con su respectiva descripción, mordió el lápiz y notó un error, la carne quedaría mejor con una reducción de vino tinto, escribió la nueva idea y dejó la libreta junto a la computadora, sintió una mano sobre su hombro, Inuyasha Taisho le regalaba una sonrisa.
-Creí que no vendrías- dijo el joven, quien vestia un traje de salón- no esperaba que también te hicieran venir
-Lo mismo digo- limpió sus manos y sonrió falsamente- creí que estarías debastado
-Lo estoy, por dentro también sufro Kag- aseguró tocando su pecho- pero tu, podrías no haber venido, se que estas mal
-Hay una gran diferencia entre nosotros Inu- cerró sus ojos y los abrió solo para voltear a mirar a la pareja que los miraban celosos- a mi me están pagando, quiera o no estar aquí, no puedo dejar que mi negocio muera- tomó la mano de Inuyasha y acarició lentamente- tu eres quien tenía opción.Sin esperar respuesta, soltó su mano y caminó hasta la puerta de la cocina.
-¡Tienes razón!- todos los invitados voltearon a verlo, susurrando entre ellos, Kagome lo miró por sobre el hombro- tu siempre tienes la razón.
Fue hasta ella y la abrazó, antes de despedirse le dio una cadena de plata, tenía las iniciales BBF en cursiva y bajo esas siglas el apodo Inu, lloró al saber lo que significaba, se iría y no regresaría, Kagome se quitó su cadena y la puso sobre la mano de Inuyasha, ella entró en la cocina y se dejó caer en la puerta.
-¿Estas bien?- uno de los ayudantes de cocina le ofrecia la mano, la aceptó y también tomó el vaso de agua que otro le ofreció- si gustas, puedes ir a tu casa
-Estoy bien, gracias- sonrió aguantando el dolor de su pecho- terminaré los platillos y después me iré
-Como guste, Chef- ambos se miraron y la vieron marchar hasta la despensa- Ginta, ella está mal
-Ya lo sé Hakkaku, no debes mencionarlo- fueron a sus respectivos puestos y comenzaron a ordenar los platos sobre el mesón- debemos hacer todo bien, al menos, así una parte de ella estará contenta.Kagome cortó la carne, dejándola en medallones y después aliñandola con especias, prendió la plancha y comenzó a preparar todo, mandó a Yura para que hiciera la reducción de vino, después Yuumi se encargaría de la decoración y por último, el camarero llevaría los platos a las mesas.
Durante toda la velada, Kagome se concentró en preparar los mejores platillos, también hizo postres, hechos exclusivamente como los pedían los padres de los novios.
Aún cuando su corazón dolía, sus ojos picaban por querer llorar y sus labios eran mordidos para evitar gritar, siguió cocinando, ya que era lo que más amaba, todos la observaban sin saber que decir, podían notar la tristeza en ella, pero prefirieron no decir nada.
Kagome dejó su último platillo en el gran mesón, pasó su brazo por su frente para secar el sudor, suspiró contenta y observó a todos.
-Han hecho un gran trabajo- comenzó a decir- espero el día de la boda, contar con ustedes
-Todo es gracias a usted- habló uno de los maestros que llevaba años junto a ella- siempre a creído en nosotros, nos da su apoyo y jamás ha dejado que nos rindamos- los murmullos comenzaron a escucharse y después el grito que confirmaba que todos estaban de acuerdo- ¡viva la señorita Kagome!Los gritos eran audibles solo dentro de la cocina, ya que las paredes estaban hechas para que ningún ruido saliera, y las personas afuera solo disfrutaban de la suave música junto a la charla con la "feliz pareja".
Kagome les agradeció a todos, luego de eso dijo que iría al baño, se quitó la chaqueta y su gorra, al salir, su mirada se topó con una dorada, una que alguna vez la miró solo a ella, diciéndole que la amaba, su pecho dolió, así que prefirió seguir su camino, siendo seguida por Sesshomaru.
Entró rápido y fue a mojar su rostro, las lágrimas bajaban rápido y su labio comenzó a temblar, lloró en silencio, queriendo sacar todo su dolor, se arrodilló y llevó una mano a su pecho, el rechinar de la puerta la alertó, así que se arrastró hasta la primera cabina y cuando iba a cerrar, la mano del peliplateado lo impidió, se miraron queriendo decir tantas cosas, pero Kagome solo lo miro con dolor.
-Vete de aquí- sollozo empujando un poco más la puerta- no quiero verte
-Debes escucharme- tembló ante el tono de su voz, él aún tenía el poder de hacerla enloquecer- solo cinco minutos
-¡Escuchar que!- se levantó y encaro aquellos ojos que tanto amaba- ¡¿como te casaras con Kikyo?! ¡¿como solo jugaste con mis sentimientos?!
-No es verdad, y lo sabes- reclamó apretando la puerta- todo lo que te dije fue verdad- limpió las lágrimas de su amada y acarició su mejilla- te amo
-No lo digas- pidió cerrando sus ojos- por favor
-Te amo- repitió entrado en la cabina y cerrando tras él- te amo tanto, que no dejare que me odies.Tomó el rostro de Kagome, besándola lenta y amorosamente, ella lloró más ante eso, deseaba alejarlo, pero la verdad era, que durante todo este mes había deseado besarlo, aún después de que Sesshomaru le dijera en la cama que se casaría, aún cuando Inuyasha llamó confirmando todo, y aún después de que vio a Kikyo, su media hermana, elegir vestido de novia, sentía que todo estaba en su contra, pero por hoy, solo por hoy, seguiría a su corazón.
Dejó que Sesshomaru la besara, que la abrazara y se permitió disfrutar de su compañía en la comodidad de su apartamento.
•••
Tres semanas habían pasado, donde se siguieron viendo, entregándose amor, pero hoy, un día antes de la boda, Kagome temblaba mientras organizaba su maleta, guardó cada prenda y cada cosa que fuera a necesitar, cuando tuvo todo listo, fue por su chaqueta de mezclilla y salió del apartamento, miró una última ves el que alguna vez fue su hogar y se fue, dejando todo atrás.Entregó la llave de su antiguo hogar y tomó un taxi al aeropuerto, si era sincera con ella misma, sabía que debió tomar esta decisión mucho antes, pero debía decir que disfruto, por un muy corto lapso, el amor y la felicidad que solo Sesshomaru podía brindarle, con su manera tan única de mostrarle amor, con su lujuria que, en momentos, pudo traerles problemas, sonrió tontamente al recordar la primera vez que él trató de cocinar para ella, pero ese no era su fuerte, literal, casi incendió la casa, aún que esos pequeños detalles eran los que más amaba de Sesshomaru.
Se bajó y arrastró su maleta hasta la puerta correspondiente a su viaje, había llegado justo a la hora, subió al avión y tomó asiento, miró su celular, tenía llamadas y mensajes de su madre, no respondió, solo apagó el aparato y espero que su viaje comenzará.
•••
Había llegado a Estados Unidos, apenas bajó, vio su nombre en un cartel, Inuyasha agitaba su mano dándole la bienvenida, se acercó rápido para un abrazo, ya que era lo que más necesitaba de él en ese momento.-Bienvenida Kag- dijo cariñoso abrazándola más fuerte- aquí estarás bien
-Más te vale soltarla, pulgoso- Sesshomaru se acercó a ellos y le arrebató a su mujer- ella sigue siendo mía
-¿Nos movemos? Estamos impidiendo el paso a los demás pasajeros- añadió Kikyo, quien tomó la mano de Inuyasha haciéndolo sonrojar- vamos.En esas tres semanas, habían hablado entre ellos el como impedir la boda, nadie sabía dónde se había ido Inuyasha, así que la única opción que encontraron, fue ir a vivir con él.
Ambas parejas salieron rumbo al departamento del Taisho menor, claro que Sesshomaru esperaba encontrar algo para ellos, odiaba la idea de compartir hogar con Inuyasha.
Lo sucedido no se volvió a mencionar, era un dolor que tardaría en sanar, pero al menos estarían con quien ambas siendo felices.
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One-shots Sesshome
Diversos•Ambientados en todo tipo de tiempo •Solo Sesshome •Algunos tendrán lemon