Otra Manera

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"...y entonces, en medio de una noche estrellada, cuando la luna se alzaba en lo más alto, Hana decidió declararse al chico que amaba, sería un riesgo, pero el tenerlo cerca ya no era suficiente..."

Kagome cerró el libro un tanto enojada, le habían recomendado un libro romántico, aún sabiendo que sus favoritos eran de terror o suspenso, pero lo aceptó, y no le gustó para nada, todos eran igual de cliché, una chica nerd, molestada y con problemas en casa, enamorada del más popular y guapo de su escuela y/o universidad, él mismo que la molestaba y al final terminaba dándose cuenta que la amaba, pero siempre era la chica quien se declaraba, claro que después de ser molestada por la ex, los amigos, la familia y hasta podía asegurar que un perro quería prohibir la relación.

Tomó otro libro, ojeando desde el capítulo seis en adelante, "...se dio cuenta que estaba enamorada, pero sabía que no sería correspondida al no tener un gran cuerpo..." volvió a cerrar el libro, no podía ser que todos fueran igual, al menos es alguno debía ser el hombre quien se declarará ¿no?

Sin querer quedarse con las ganas, fue a darse un baño, haría una visita a la biblioteca municipal, ese lugar estaba repleto de libros, antiguos y nuevos, ficción, romance y sus favoritos, pero esta vez sólo iría por los de romance.

Caminó con el ceño fruncido, chocaba con una que otra persona y pedía disculpas, después de diez minutos llegó, no necesitaba preguntar donde se encontraba la sección de romance, ya que conocia la biblioteca como la palma de su mano.

Se sentó frente a una ventana, llevaba diez libros, abrió el primero y comenzó a leer desde el capítulo 3, le llevó cerca de dos horas leer todo, no le sorprendió que siempre era la mujer quien se declaraba y era rechazada.

Se levantó y para asegurar que no ocuparán su lugar, sacó su libreta y la dejó encima, guardó cada libro en su lugar, buscó uno de sus favoritos y fue a sentarse otra vez.
•••
Las horas pasaron con Kagome inmersa en su libro, anotaba de vez en cuando algunos datos importantes y después retomaba la lectura, comenzó a sentir que era observada, miró por sobre el libro y escaneo el lugar, habían niños leyendo, jóvenes buscando unos libros y en el fondo, una silueta de un hombre, sentado con libro en mano, la miraba atentamente sin disimular, prefirió volver a su lectura, no le tomaría importancia.

Pasó otra hora más, y aún la observaba, así que prefirió ir hasta él, se topó de frente con Sesshomaru, su compañero de clases, se miraban sin decir nada, Kagome no sabía que decir, él no era de hablar mucho, hasta juró en su momento que era mudo, pero el escucharlo hablar con su medio hermano, Naraku, descartó la idea.

-¿Necesitas algo?- se atrevió a preguntar, el daba miedo, mucho miedo, lo vio levantar una ceja elegantemente- me has estado mirando por una hora
-Estaba pegado- su voz salió neutra, sin algún tipo de emoción, él era todo un enigma- ¿algo más?
-No, adiós- se volteó y caminó hasta la salida, respiró hondo y volvió a su hogar, donde su madre ya estaba preparando la cena.

La cena fue tranquila, Naomí charlaba con su marido y de vez en cuando le consultaba sobre su día, Naraku se mantenía en silencio observando todo. Cuando terminó de comer, llevó su plato hasta la cocina y luego se despidió diciendo que tenía sueño.

En la puerta de su habitación Naraku la interceptó, pidiendo hablar con ella sobre su amigo, el corazón de Kagome se aceleró y sus mejillas se pintaron de un tierno rosa.

-Me dijo Sesshomaru que se encontraron en la biblioteca- comenzó hablando mientras se sentaba en la cama de ella- y que estabas molesta con él por creer que te miraba
-Estuvo una hora mirando en mi dirección- respondió cruzando sus brazos y sacandole una risa a su acompañante- ¿que persona se queda pegada tanto tiempo mirando un lugar?
-¿Puedo hacer otra pregunta?- su expresión se tornó seria, más de lo normal- pero necesito que seas sincera- Kagome asintió tomando asiento frente a Naraku- ¿te gusta Sesshomaru?
-¿Que?- sus mejillas estaban rojas, sus ojos miraban cualquier otro sitio de la habitación, menos a su medio hermano- ¿a que va la pregunta?
-Curiosidad- estiró sus brazos y se puso de pie- también para decirte, que no seas como las demás, eres especial, Kagome, así como vas estas bien.

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