Noche sin Luna

463 55 20
                                    

Una noche sin luna, donde la oscuridad era quien reinaba el bosque, se escucha el crujir de las ramas por los pasos que avanzan sin prisa alguna, el individuo limpia su espada de acero, su mirada ve al frente como si tuviese un objetivo específico, como si su próxima víctima estuviera justo a unos pasos de él.

Escucha el respirar agitado de una persona, seguro por correr, el suave aroma de manzana llega a él, se aproxima a verificar que hace una mujer allí, cuando debía estar en la comodidad de su hogar, con algo de dificultad divisa el cuerpo, delgado y cubierto de tierra, parece haber caído más de una vez, así como ahora, se arrastra alejándose de algo o alguien, un fuerte rugido se escucha de entre los árboles, se queda mirando y ve un gran perro blanco emerger desde los árboles y se acerca a ella, rebela su presencia y trata de matarlo.

-¡No!- gritó la mujer levantándose y golpeando la mano que tiene la espada, se pone frente al perro y abre sus brazos- ¡vete, nada tienes que hacer aquí!

-Estoy tratando de ayudarte, ¿que haces mujer?- el perro ruge de ira, trata de ir a por él y ella se interpone abrazándose a su enorme nariz- es una bestia, debe morir.

-No lo escuches Sessh, debes mantener el control- susurra ella acariciando el pelaje blanco y brillante, pero un gruñido bajo le hace notar su enojo- esta bien, lo siento, Yako.

El hombre ve como aquella mujer logra hacer que el perro se recueste junto a ella mientras le deja acariciarlo, se sienta a una distancia prudente y comienza una charla con ella tratando de estar atento a cualquier ataque.

-Lo traje aquí para que no lastime a nadie, estas noches no logra controlar del todo a su bestia- decía Kagome mientras siente la mojada nariz en su mejilla-y esta más molesto de lo normal- susurra para si misma antes de voltear al cazador- ¿y tu, que haces aquí?

-Me encargo de proteger a las aldeas estos días, muchos demonios salen aprovechando que la oscuridad les da ventaja de no ser encontrados- dice mientras se quita su chaqueta y la usa de almohada- he oído de ti, la chica que enamoró a un demonio y es su mujer.

-Vaya, soy famosa- se burla acurrucandose a la enorme pata y cerrando sus ojos- pero no soy la única.

A la mañana siguiente, el cazador siente una mirada amenazante sobre su persona, despierta y mira a todos lados, un hombre yace junto a Kagome, cubriéndola con una especie de piel y a él le gruñe, ¿era aquel enorme perro?

-Es de día ya, lárgate y no vuelvas a cruzarte en el camino de mi mujer- sus ojos dorados se tornaron rojos mientras la tomaba y ella gustosa se acurruca al pecho masculino.

***

En su llegada al castillo, los guardias aún no están en su posición, Sesshomaru entiende el por qué, apresura un poco su paso y deja a Kagome bajo el cuidado de Yuumi y Kikyo.

Su cabeza duele mucho, sus sentidos aún sensibles por estar la noche completa bajo el control de Yako le hacen percibir incluso el aroma de las flores creciendo fuera de su palacio, llega al despacho de su madre, quien parece estar mejor que los demás.

-Has hecho que tu mujer se preocupe mucho, cachorro- dice mientras bebe té con aquella delicada fineza que la caracteriza- creí que podrías controlar mejor a Yako.

-Alguien usó una especie de poción para alterar a las bestias, no sólo fui yo, los guardias y algunos sirvientes también- informó aceptando el té que ofrecía su madre, olfateó un poco, era de jazmín, perfecto para la ocasión- podrían venir a atacarnos, muchos salieron y seguramente hicieron daño.

-Tu padre ayudaría bastante en estas situaciones- replicó dejando su taza en la mesa de caoba y poniendo una mano en su barbilla- ve por él, ha de estar en su cuarto bebiendo licor.

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora