Primera Sonrisa

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"Los niños pueden ser crueles"

Esa era la frase que su padre le decía siempre que ella deseaba salir.

Ella pensaba que estaba mintiendo, ya que creía que lo hacía solo para mantenerla junto a él y que nada le pasara, pero a su corta edad de trece años, supo que todo era verdad.

Los niños son muy crueles, sus comentarios y burlas constantes le hicieron entenderlo, fue difícil para ella acostumbrarse a todo eso, pero con lo terca y testaruda que era no se dejó intimidar y siguió llendo a la escuela.

Quienes más la molestaban eran Koga, Naraku y Sesshomaru, aquellos siempre le pedían una sonrisa, ellos sabían que no podía, aquello era lo que más anelaba, pero la extraña enfermedad que padecia se lo impedía.

Muchas veces pensaron que era autismo, pero eso no podía ser, ya que amaba los abrazos, besos en la frente y la compañía de su padre, siempre se lo repetía para asegurarse que él no lo olvidara, también había ganado dos amigas, eran las únicas que no les importaba que no mostrara una expresión, Sango y Kikyo la defendían siempre.

Aquellas eran las únicas personas fuera de su hogar que la aceptaban tal como era, Kagome quería más que nada demostrarles con una sonrisa lo feliz que era, quería dejar de explicar cada sensación en su corazón para que le dijeran como es que se sentía.

Muchos doctores le decían que podría ser debido a la muerte de su madre, pues la había perdido muy joven, a sus cortos cinco años la vio morir frente a ella, desde ese momento era que no recordaba haber mostrado una sonrisa, enojo, tristeza o alguna otra expresión.
•••
Los años para Kagome pasaron entre burlas, apodos y sus amigas defendiéndola, ahora que tenia dieciocho había aceptado la propuesta de su padre, operarce.

Habian visitado muchas clínicas, hospitales y distintas áreas medicas preguntando si era seguro, si podría no sufrir consecuencias y cada pregunta que en su mente se les pasará.

Kenta Higurashi debía asegurarse de no hacer algo que complicará o expusiera la vida de su hija, sabia que su difunta esposa no le perdonaría el perder a Kagome.
•••
En la sala del hospital Shikon estaba Kagome moviendo sus dedos mientras su padre hablaba con los cirujanos, director del hospital y abogados de ellos, todo sería legal, pero lo primero y primordial era asegurarle que la salud de su hija seguiria siendo buena, que no habría complicaciones.

-Señor Higurashi, le aseguro que nada le pasará a su hija- el director del hospital habló- el equipo médico de este hospital ha sido entrenado muy bien para manejar situaciones así
-¿A cuantas niñas han operado por la misma enfermedad?- su pregunta salió más fría de lo que quiso- no quiero perderla
-No lo hará, se lo aseguro- todos los presentes asintieron- es una operación muy simple, todo lo que quedará será una pequeña cicatriz en la mejilla.

Salió de la sala en donde estaba y se dirigió hasta su hija, bajo la atenta mirada de todos y cada uno.

-Kagome- su voz estaba cargada de emoción y preocupación- ellos aseguran poder operarte
-Entonces quiero intentarlo- bajó la mirada y llevó una mano a su corazón- yo realmente quiero hacerlo
-Bien, vamos- llevó a Kagome con los médicos, quienes le explicaron como era la operación, atenta escuchaba y asentía sin alguna respuesta- ¿y bien?
-No quiero- respondió y todos se miraron tratando de averiguar si era real o no- era broma, claro que quiero- aclaró y todos soltaron un suspiro- ¿lo ven? Nadie sabe cuando bromeo o hablo enserió
-Tranquila, eso cambiará luego de esta operación- le regalaron una sonrisa y la llevaron a una habitación del hospital.
•••
Totosai, el director del hospital Shikon, se encontraba hablando con el dueño de una empresa que debía darles el dinero para la operación, ya que se había enterado que a Kenta Higurashi se lo habían negado, ya que según ellos habían niños, mujeres u hombres que necesitaban ese dinero para algo más importante.

¿Es que para ellos una sonrisa no era importante? Tal parecia que no, Totosai se aseguró de chantajear con exponer casos concretos donde se le había negado ayuda a muchos otros, y tras aquello el empresario prometió pagar el 80% de la operación de Kagome.
•••
-¿Estas segura de esto cariño?- por decima vez preguntó Kenta- no quiero que te arrepientas
-Padre por favor- dentro de ella anelaba poder explicar esta necesidad, pero las palabras no salían- realmente lo quiero, necesito...mostrar mis expresiones
-Antes que Naomi muriera, me hizo prometer que te cuidaría- una triste sonrisa fue lo que mostró Kenta- debo asegurarme que no te arrepentirás y que yo no te perderé- tomó las manos de su hija y las acarició- todo lo que deseo es que seas feliz
-Si hago esto sabrás si lo soy- apretó las manos de su padre- te quiero
-Y yo más.
•••
Un mes después

-Kagome Higurashi- un profesor pasaba la lista y todos en el salón voltearon a ver el asiento de su compañera- ¿Higurashi ausente otra vez?
-Si profesor- Sango habló con tristeza, habían llamado a su amiga y no respondió, la fueron a ver y nadie salió- ¿crees que vuelva?
-Claro que sí- Kikyo trataba de convencerse ella misma con sus palabras- todo podría ser culpa del trio de idiotas
-¿Creo que al fin lo lograron no?- todos voltearon a ver al profesor Byakuya, quien miraba atento a Sesshomaru, Koga y Naraku- no crean que no me había dado cuenta que ustedes molestaban a Higurashi por su enfermedad- los tres no mostraron arrepentimiento alguno- quizás ella no vuelva, quizá ya estaba harta de los insultos y apodos...estúpidos- su vocabulario dejó atónitos a todos, era bien sabido que aquel profesor odiaba los insultos, pero parecía que ahora ya nada importaba- las únicas en aceptarla fueron Sango y Kikyo, ¿que es lo que les molestaba de ella? Responda señor Taisho
-No le incumbe- Sesshomaru odiaba la sensación de no saber lo que causaba en ella, los demás alumnos siempre mostraban respeto, miedo y admiración, pero en ella era difícil y eso le hacia molestarla.
-¿Y usted señor O'kami?- se dirigió a Koga esta vez- responda
-Para que diablos viene a la escuela si sabe que la molestarán- se cruzó de brazos y miró a otro lado- es obvio que si la molestaron en su otra escuela...
-Esta es la primera escuela a la que asisto- Kagome estaba en el marco de la puerta, con su impecable uniforme y su mochila- nunca le quise creer a mi padre cuando decía que los niños pueden ser crueles- miró al profesor ignorando a los demás- lamento la interrupción profesor, y por las faltas vendrá a hablar mi padre
-No hay problema- le regalo una sonrisa y miró a los tres chicos- siéntese Higurashi.

Había llegado cerca del receso, así que acomodó sus cosas y sonó la campana, el profesor salió y sus amigas rápidamente se acercaron a ella, junto a él trío de amigos.

-¡Donde demonios estabas y por que no respondiste mis llamadas!- Sango estaba histerica y golpeó la mesa-¿sabes cuantas veces te llamé?
-Lo siento, perdí el celular y...- ¿como se supone que les decía cuando estaban ellos?- y no me se sus números
-¿Sabes que por tu culpa nos regañaron, Kagome sin expresión?- Naraku había hablado y avanzó hasta quedar frente a ella- la vas a pagar caro, ¿oíste?
-¡Ya larguence idiotas!- Sango empujó a Naraku y este choco contra Koga- déjenla tranquila o los mataré
-Tu no les escuches- Kikyo tomó de la mano a Kagome y la sacó del salón- y será mejor salir de aquí antes que Sango los castre.

Tras ellas salió su otra amiga, quien a mitad del pasillo se detuvo y abrazó a Kagome y le dijo cuanto la quería y se alegraba por tenerla de vuelta, mientras que los tres chicos caminaban en su dirección con evidente enojo al dejarlos en vergüenza frente a los demás, tenían pensado molestarla, pero cuando las vieron con cara de impacto y ambas se miraron ellos se detuvieron.

-Yo también las extrañé demaciado- tras aquellas palabras todos lograron ver la radiante y primera sonrisa de Kagome.

Sus amigas felices comenzaron a preguntar el como, por que y cuando pasó, ella alegre les respondia, sin percatarse de como tres sonrojados muchachos daban media vuelta.

Sesshomaru Taisho en aquel momento sintió su corazón acelerarse, su primera sonrisa era todo lo que le mostraba su mente, ahora se sentía un verdadero estúpido al haberla molestado.

Koga y Naraku no se quedaban atrás, ellos creían haber presenciado el momento más hermoso de su vida.

-Creo que me enamoré- dijeron los tres al mismo tiempo, se miraron enojados y se cruzaron de brazos- ella será mía- tras aquellas palabras tomaron rumbos distintos, pero cada uno con la misma meta, conquistar a Kagome.

FIN

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora