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El silencio siempre fue algo que le gustó, había pasado décadas en el palacio de la luna, donde el único ruido que se apreciaba era el de las aves al piar, creció en un ambiente tranquilo, pacífico, así que cuando contrajo matrimonio con Inu no Taisho, esperaba tener el mismo ambiente, pero se topó con algo realmente fuera de su imaginación, ese youkai sonreía a diestra y siniestra, sus subordinados andaban en todos lados hablando y estaban cerca de aldea humana, así que incluso sus aborrecidas voces llegaban a ella.
–Este será nuestro hogar, te amaré y cuidaré siempre– decía Toga tomando las manos de Irazue y dejando un beso para después sonreirle– y a nuestros futuros cachorros les espera lo mismo.
Sus palabras habían hecho latir con emoción a su corazón, durante sus años allí él había cumplido su promesa de cuidarla y amarla, pero ahora que realmente lo necesitaba para cuidarla y protegerla del atentado que se estaba llevando a cabo en su palacio, él no estaba, los guardias la escoltan con cuidado de no hacerla caer, se afirma la barriga deseando protegerla, debe proteger a toda costa la vida de su cachorro.
A lo lejos se oyen los gritos de dolor y agonía por parte de los suyo, ¿quién atacaba, humanos, monjes? Quizá sacerdotisas, sino, ¿quién más podría herirlos? Se sientes los pasos más cerca con el pasar de los minutos, no saben si son enemigos o aliados ya que parecen haber rociado algún tipo de poción para que sus sentidos no funcionen.
–Por aquí es seguro– susurra una dama de compañía antes de hacerlos entrar en una habitación, donde las paredes se abren para entrar en los pasadizos– mi señora, debemos irnos.
–¿Donde está Toga?– todos se miran sin saber que decir, la angustia en la vos de Irazue les parte el corazón– ¿por qué no está cuidandonos como prometió?
Un soldado se muerde la lengua, se acerca a ella posando una mano sobre su hombro, eso estaba prohibido, ella era la esposa de su señor, pero desde que la dama había llegado, no pudo evitar fijar sus ojos en ella.
–Yo cuidaré y protegeré de su vida y la de su cachorro– habló con seguridad y todos se le quedan mirando– prometo que jamás me separare de usted, pero por favor, piense en su vida ahora y salgamos de aquí.
Irazue asintió, se dejó llevar tomada de la mano, fue sacada del palacio rápidamente para su seguridad, se comenzaron a ver llamas consumir todo lo que era su hogar, sin reprimir sus emociones lloró, quienes la acompañan se mantienen en silencio y a una respetuosa distancia.
Las horas pasan y al fin en el cielo se ve la silueta de InuNo Taisho, Irazue se levanta con cuidado, apenas topa el suelo aparece su forma humanoide y corre hasta su mujer, a quien abraza y revisa por todos lados.
