Antojos

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Caminaba lento y con una sonrisa, miraba las flores y al pequeño cachorro  que jugaba en medio de estas, llevó una mano a su barriga de cinco meses y se sentó en el césped mientras tarareaba una canción de cuna, cerró los ojos y comenzó a imaginar como seria su bebé.

Primero se imaginó un varón, de preciosos cabellos plateados con ojos dorados o azules, su piel blanca y suave, especial para llenar de mimos y besos.

Luego pensó en una niña, con cabello azabache ondulado y ojos dorados, o bien podría ser como su padre y tener cabello plateado y liso, su piel blanca y con aroma a jazmín, como la crema y perfume que ella usaba.

El ladrido de Yako le hizo abrir los ojos y ver como el pequeño cachorro corria hasta su amo, Sesshomaru simplemente acarició su pelaje y luego fue hasta ella.

Beso sus labios y se sentó junto a ella, tocó su pequeña pero notoria barriga, orgulloso de al fin poder ser padre.

-¿Has pensado en el nombre?
-Quiero que ambos lo decidamos
-Soy pésimo para los nombres
-Pero le elegiste nombre a Yako
-Ese nombre lo dijo Rin.

Kagome no aguantó la risa, su esposo podía ser muy tierno en ocasiones, luego de unos minutos decidieron entrar.

-Me daré un baño y luego haré la cena- Kagome le dio un fugaz beso en los labios- ¿que te apetece cenar?
-Hmp, nada en específico- le acarició la mejilla- yo estaré en mi despacho
-Bien.

Subió despacio, al llegar a su habitación se detuvo a admirar un cuadro, donde salia ella junto a Sesshomaru el día de su boda, pasó su mano por el rostro de su esposo, realmente amaba a ese hombre.
•••
Sesshomaru se dirigió a su despacho, debía terminar un informe y enviarlo a su padre.

Trató de hacerlo lo más rápido posible, deseaba pasar una velada con su mujer y no quería arruinarla con llamadas inesperadas de su padre o algo por el estilo.

Su plan no fue del todo perfecto, ya que, si había logrado terminar y enviar, pero demoró demasiado y lo notó al ver a su linda esposa entrar por la puerta con una bandeja, suspiró desanimado, ya que esperaba no comer en su despacho.

-Lamento la demora- se disculpó cuando la tuvo de frente- quise acabar antes
-No te preocupes, se que esto también es importante- una vez que dejó la bandeja en el escritorio, lo rodeó y se sentó en las piernas de Sesshomaru- y también se que lo haces para no atender llamados cuando estas junto a mí- le regaló una sonrisa de amor.

Sesshomaru acarició una pierna de Kagome mientras depositaba un beso en su hombro, y aquello bastó para que Kagome se sonrojara, le encantaba cuando él repartia suaves besos en su cuerpo.

-No sigas- pidió volteando un poco- yo...debemos comer
-Está bien- depósito un último beso es sus labios y le ayudó a bajar de su regazo- luego seguiré acariciandote.

Kagome se sentó frente a él y comenzó a servir café y leche para ella, le entregó un plato con salmón y un poco de ensalada, ella comería salmón nada más.

Al terminar de comer fueron a reposar a la sala mientras miraban televisión, estaban viendo un programa de cocina, estaban preparando waffles con chocolate y fresas, Kagome miraba con atención como derretía el chocolate y luego lo echaban sobre estos, las fresas eran cortadas en rodajas y puestas minuciosamente.

-Sessh...- lo miró con ilusión- tengo hambre
-¿De waffles?- la vio asentir, no dijo nada con respecto a haber terminado de comer recientemente, ya que la última vez que lo hizo terminó durmiendo con Yako por una semana entera- ¿quieres que los prepare o los compre?
-Preparalos- sus ojos brillaron al saber que cumpliría sus antojos- si quieres yo derrito el chocolate
-Está bien- se levantaron y fueron hasta la cocina, aún permanecía el olor del salmón sacado del horno, ignoró aquello y fue por los ingredientes.

Kagome buscaba una olla y un bol, al hacerlo calentó agua y fue a picar chocolate, amaba el chocolate blanco, pero en estos momentos el otro le tentaba de sobremanera.

Sesshomaru estaba terminando de hacer la mezcla así que fue por la wafflera, la enchufo y puso mantequilla para que no se pegara, vertió un poco de mezcla y cerró, esperado que acabara pronto por que conocia muy bien a Kagome, la miró esperando verla de brazos cruzados y ceño fruncido, pero la encontró comiendo fresas con chocolate blanco, había hecho un poco de ambos y ahora degustaba de aquella exquisita fruta.

Se acercó a ella para darle un beso, y aprovechó de pasar su lengua muy sensualmente por la comisura de sus labios.

-Tenias chocolate- fue lo único que dijo.

Al cabo de unos minutos estaba sirviendo tres waffles en un plato, les vertió chocolate negro ya que no quedaba blanco y cortó muchas fresas, Kagome recibió el plato completamente emocionada, comenzó a comer con una sonrisa en su rostro como una niña.

Sesshomaru se sentó junto a ella y acarició la mejilla suavemente mientras quitaba un poco de chocolate y lamia su dedo, luego llevó una mano a la barriga de Kagome y acarició suavemente.
•••
Los días pasaban rápido, Kagome y Sesshomaru miraban cada día un programa de cocina y siempre terminaban en la cocina cumpliendo los antojos de ella, habían incluso probado comida de otros países, Sesshomaru se había encargado de mantener siempre provisiones para no enojar o poner triste a Kagome.

Ahora mismo se encontraba preparando Panna cotta, un postre italiano y que había entrado en la lista de "antojos del mes" de Kagome, ya habían comido tartas de manzana, tiramisu, panna cotta, waffles y un sin fin de postres que nombrarlos le daría hambre.

Sesshomaru era consiente de que los doctores le regañarian por cumplir cada antojo, sabía que debía tener una alimentación adecuada por el bebé, pero esos mismos doctores no estaban aquí cuando ella se enojaba, lloraba o suplicaba por algo dulce, el siempre cumpliría todo lo que ella pidiera, por su bien y por el de su amor, ya que una Kagome enojada, con las hormonas a mil, no es algo que uno quiera ver.

FIN

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora