Despues del sufrimiento

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Nota: el siguiente one-shot trata temas de violencia doméstica y violacion, si es sensible al tema por favor no leer.
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Los bellos ojos azules opacados por la tristeza, su cuerpo tiembla al desear dejar de llorar, pero es que le era imposible, su corazón había sido dañado, no podía ser reparado.

Frente a ella, aquel que prometió amarla y respetarla le miraba con odio y aún su mano alzada, roja por el reciente golpe, ¿debía doler tanto su corazón, más que su mejilla? Si así era el amor no lo deseaba, no podía aceptarlo.

Trato inútilmente de huir, salir de aquella casa, pero todo lo que recibió fue un jalón de su cabello y otro golpe, pero sentía que las duras palabras que salían de quien un día la besó con amor dolían más.

-Detente- deseaba decir- Dijiste que me amabas- las palabras no salían.

Una hora más tarde estaba tirada sobre su cama, las lágrimas se habían secado y su cuerpo comenzó a sentir el dolor de todos los golpes, ¿había salida de aquel lugar?

-¿Crees que le importas a alguien?- la risa que él había soltado seguida de una patada dolió- a nadie le importas ya, solo eras una molestia.

Kagome se levantó, contra su voluntad debía prepararle de comer o los siguientes golpes serian peor, incluso la obligaría a tener relaciones y ya le daba asco tener que soportar sus besos, su sola presencia le causaba terror, pero jamás le diría.

Puso un suéter de mangas largas ya que Inuyasha decía que debía ocultar los moretones que ella misma se "provocaba", por que jamás era su culpa, por que en la mente retorcida del ojidorado él era un esposo modelo que amaba a su mujer y ella se infligia daño a propósito.

-Se que estas muy ocupado- comenzó a hablar cuando lo escuchó entrar en la cocina exigiendo comida- pero cuando tengas libre ¿podríamos ir por provisiones? Se están acabando.

-Yo comprare todo, ¿que creerá la gente al verte así?- ella asintió y miró la cena, siguió revolviendo hasta que estuvo listo y sirvió para ambos- anota en una hoja todo lo que necesitas y me la das.

Kagome llevó un trozo de carne a su boca, la sal le causaba un poco de dolor en sus labios aún hinchados pero no lo demostraría, asintió ante sus palabras y lo demás fue silencio, uno donde ella se permitía imaginar que era salvada o al menos lograba irse por su cuenta, donde corría lo más lejos de él y jamás la encontraba.

Cuando bebió lo último de su té suspiró de gusto, espero a que Inuyasha dejase de comer y recogió todo como siempre, limpio la cocina y fue a la habitación para ordenar la cama y arreglar el traje que él debía usar mañana.

•••

No sabía cuánto llevaba mirando el techo, aquello le ayudaba a calmar sus miedos por la cercana llegada del ojidorado, tenía todo en orden, la comida en el horno y se había dado un baño de agua caliente.

Cuando escuchó la cerradura se levantó y le recibió tal cual él la obligaba, con una sonrisa y aceptando la chaqueta y su maletín, pudo notar que hoy venía enojado, frustrado y se desquitaria con ella.

Inuyasha tomó de la muñeca a Kagome y la llevó al salón, la tiro contra el sillón sin alguna delicadeza y le quitó los pantalones, Kagome cerró los ojos como siempre, imaginando aquellos días donde él la trató con delicadeza, añoraba aún esos días, deseaba tanto volver allí y no cometer el error de casarse con él, irse y hacer su vida lejos donde jamás la volviera a ver.

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