One-shots Sesshome

Amor Prohibido

En muchas generaciones se habla de ellos, para muchos solo son mitos, leyendas, criaturas creadas para cuentos de niños, pero...nadie sabe la verdad, ellos existen, están en todas partes.

Ángeles y Demonios.
El bien y el mal en carne y huesos.

Seres totalmente opuestos, difícilmente se puede decir que un humano los haya visto en alguna ocasión, pero esta historia cuenta la verdad, de como una hermosa Ángel llamada Kagome, que amaba escaparse del cielo para visitar a los humano,y el demonio más temido, llamado Sesshomaru, quien la vigiló durante años para un día corromper su corazón, se enamoraron y...
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-¡Eso es mentira!- una pequeña niña hacía un puchero mientras se cruzaba de brazos- ¡quiero una historia real!
-Moroha, esto es real- Kikyo trataba de explicar a su hija- ¿crees que mentiría?
-¡Pero la tía Kagome no puede ser un Ángel!- explicó moviendo sus brazos y mirando a su madre- ¡ella es una hermosa demonio como nosotros! ¡además el tío Sesshomaru no da tanto miedo!
-¿Me dejas terminar?- alzó una ceja y cruzó sus brazos, Moroha no tuvo otra opción, se acostó nuevamente y asintió dando su aprobación- gracias.
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...y tuvieron un hijo.

Las reglas celestiales prohibían rotundamente visitar a humanos, estas habían sido escritas por el mismo Dios, todo aquel que rompía una regla era desterrado del cielo y obligado a vivir como ermitaño anhelando volver al paraíso.

Kagome, quien estudiaba para ascender a Arcángel, siempre había querido conocer el mundo humano, su actitud curiosa y determinada le pedían a gritos salir a visitar dicho lugar.

Se dedicó alrededor de tres años a estudiar una manera de salir de su "encierro", cuando encontró la manera fue a averiguar si dicha salida estaba siendo custodiada, casi grita de alegría al ver el lugar despejado.

Abrió sus alas y salió del cielo, su corazón latía apresurado de tanta emoción, lo primero que vio al descender un poco fue un bosque, bajó hasta tocar el pasto y comenzó a caminar cuidadosamente buscando alguna persona.

Luego de un tiempo buscando, una suave melodía y unas delicadas voces llegaron a sus oídos, siguió encantada en búsqueda de aquellos que cantaban, encontró un grupo de personas formando un círculo, hombres tocando instrumentos y mujeres cantando, también habían otras bailando al compás de la música.

Sin acercarse a ellos imitó cada paso, trató de memorizar la exquisita melodía y tarareando siguió con su baile.

Día tras día bajaba un par de horas para escuchar nuevas melodías y ver distintos bailes, el tiempo pasaba y con ello las canciones también, le encantaba, sabia de ante mano que estaba mal, pero de solo pensar en ser descubierta su emoción crecía por ir cada día.

Se había sentido sola, pues no podía hablar con ellos, era contra las reglas, aún se reía de ella misma al pensar en eso, ya había roto una, ¿que más daba si eran dos?, aún que el estar sola cambió cuatro años después cuando apareció un precioso perro de pelaje blanco, unos hermosos ojos dorados y parecía que siempre la miraba atentamente.
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Los demonios hacían lo que querían, al desterrar a Lucifer del cielo, este prometió jamás prohibirles nada, solo una cosa les pedía, no enamorarse, eso era lo peor según el.

Todos conocían la historia de Toga, aquel demonio que se enamoró de una humana y se fue dejando a sus hermanos, mujer e hijo.

Sesshomaru era el encargado de asignar las torturas a todo aquel que llegaba, también tenía permitido ir al mundo humano a corromper a las personas.

En uno de sus constantes viajes notó como un Ángel bajaba a la tierra, sigilosamente la siguió y observó durante cuatro años, hasta que lo decidió, se transformó en un perro blanco y fue hasta ella.
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Kagome bailaba hasta cansarse, se sentaba a acariciar a su nuevo acompañante, realmente amaba estar en compañía de aquel adorable cachorro.