Recuerdos

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Parte 2

Kagome y Bankotsu caminaban presurosos por el bosque, el resiente encuentro había dejado muy mal a la chica, si tuviera su corazón, estaría segura que dolería, y mucho.

Bankotsu tiró su alabarda con fuerza y corto un árbol al hacerlo, gritó de frustración, abrazo a Kagome y pidió perdón por no protegerla, por no ayudarla a ser feliz, ella lloró aferrada a su hermano,

–Te prometo, que antes de buscar a quien nos revivió, te ayudaré a resolver los problemas con Sesshomaru– prometió alzando su meñique, esa era su manera de hacer promesas irrompibles– no soporto verte así

–¿Y si vamos a buscar a...– se separaron del abrazo, se miraron asustados y miraron al mismo lugar– ¡Shippo!

Corrieron hasta el último lugar donde recordaban haberlo dejado, Kagome sentía la peor persona al haber olvidado a ese pequeño que fue en busca de su ayuda, aún recordaba su rostro magullado y lágrimas en los ojos.

Estuvieron cerca de una hora corriendo, el camino había cambiado un poco, pero seguía siendo el mismo, llegaron a lo que antes había sido un prado lleno de flores, ahora había una pequeña aldea, donde híbridos, kitsunes y humanos vivían tranquilos.

Kagome podría haber pasado años sin verlo, pero estaba segura que lo reconocería, muchos los miraron asustados, los híbridos tapaban su nariz por el hedor de barro y huesos, y los kitsunes, alejaban a los niños de Bankotsu.

–¿Quienes son, y que buscan aquí?– un híbrido de cabello y ojos azules se cruzó en su camino– ¡respondan!

–Le vuelves hablar así, y no ves la luz de otro día– amenazó Bankotsu con su alabarda– solo buscamos a un niño, si es que un es niño

–Considerando cientocincuenta años muertos...– lo miró alzando una ceja– me sorprendería que no tuviera familia

–¿Que sucede?– un chico, no aparentaba más de 15, apareció frente a ellos, Kagome lo miró bien, cabello castaño casi anaranjado, ojos verdes y vestimenta en tonos café y azul– ¿quienes son?

–¿Shippo?– dio un paso queriendo tocarlo, pero sintió la punta de una lanza en su cuello, usó energía espiritual para alejarlos, el jovencito asimilo eso, él recordaba haber sentido algo así de cálido– has crecido mucho

‐Y tu no has cambiado– la abrazó fuerte, soltando lágrimas– estas igual a cuando te perdimos

Bankotsu soltó su alabarda y fue a acariciar los cabellos del pequeño, Shippo lloró de alegría, parecía no querer soltarla, pero debían hacerlo, ya que aún quedaban asuntos pendiente.
•••

Inuyasha, Kikyo y Sesshomaru volvieron a las tierras del Oeste, donde la pequeña aldea aún estaba a los pies del castillo, 150 años y la aldea parecía crecer en habitantes, vio a sus soldados construyendo casas, todos morían y daban paso a una nueva generación, menos ella, una anciana bruja que dio su vida a los demonios para tener la juventud eterna.

Sesshomaru dio órdenes de no dejar entrar o salir a nadie, iría a hablar con Tsubaki, ella debería saber por qué Kagome y Bankotsu estaban con vida.

Llego donde la bruja, viendo como servía dos tazas de té, tal parecía que sabía de su visita, sin formalidades ni nada, solo entro y se sentó frente a ella.

–¿Que es lo que sabes?– dijo viéndola sonreír y beber té.

–Si le digo, ¿que me garantiza la vida?– le miró desafiante– todos estos años me ha tenido aquí, solo por que quería saber la verdad de Kago...

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora