Opposite Sex

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Nota: En el siguiente one-shot TODOS los personajes de Inuyasha cambiaran de sexo, conservando sus nombres para no crear confusión.

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El azabache salió del pozo y respiró hondo llenando sus pulmones del aire limpio del sengoku, sus ojos analizaron todo el lugar, seguro sus amigos estarían en casa de Kaede e Inuyasha debía saber que estaba allí, pero como estaba enojada y era orgullosa no iría por él.

Suspiró un poco nervioso, aun no entendía que es lo que había hecho para hacerla enojar y ella no decía nada, tomó su mochila y prefirió ir al río, estaría unos instantes allí y quizá en la noche iría de regreso a la aldea.

Dejó su mochila apoyada en un árbol, se quitó la chaqueta de su escuela y quedó solo en pantalones y camisa, se quitó los zapatos y calcetines antes de sentarse en la orilla y cerrar los ojos disfrutando la tranquilidad.

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No muy lejos de allí una youkai paseaba buscando algún animal para cazar y dar de comer a su protegido, a su olfato llegó el aroma de pino y café, reconocía el aroma, era del humano que acompañaba a su media hermana, se acercó un poco hasta verlo sentado moviendo sus pies como un niño.

–¿Sesshomaru?– la suave pero aguda voz del ojiazul llegó a sus oídos, ¿cuando se había acercado?– no te había sentido, ¿esta todo bien?

–Para ser quien cuida de la Shikon, tienes pésimo sentido del peligro– dijo despectiva como siempre, una gota de nerviosismo cayó por la frente de Kagome–.

–La verdad no te considero un peligro– respondió alzando sus hombros y yendo hasta su mochila, Sesshomaru se acercó pegandolo al árbol y quedando cerca del rostro– ¿que haces?

–¿Sigo sin parecerte peligrosa?– la largas uñas pintadas magenta pasaron por el cuello y bajaron lento, Kagome tragó saliva nervioso mientras la sentía llegar a su intimidad– ¿que diablos?

Kagome le tomó la mano, respiraba agitado y deseaba cubrir aquella parte de su anatomía que comenzaba a levantarse por tener a la youkai demasiado cerca.

Sesshomaru como nunca antes sintió curiosidad, así que lo hizo caer y afirmó sus manos con el látigo venenoso, Kagome le pedía soltarlo, pero no hizo caso alguno y comenzó a tocar allí, lo escuchaba jadear y vio como mordía sus labios para no gritar, su mente dijo que debía detenerse, pero su mano ya había roto el pantalón y liberado la ereccion, había visto a algunos demonios y también a humanos, pero él parecía un poco más grueso, lo tomó en su mano comenzando un movimiento lento, placentero para el joven que comenzó a gemir.

–Detente– pidió con voz grave, la ojidorada no hizo caso alguno y siguió moviendo la mano hasta que notó un poco del líquido preseminal– Sesshomaru...

Kagome uso un poco de su poder espiritual para liberarse y aun sabiendo que podia morir a manos de la youkai la tomó por la cintura haciendo que quedase bajo él, levantó el kimono blanco y comenzó a besar las piernas de la peliplata, quien trató de alejarlo pero solo sintió como sus manos eran puestas sobre su cabeza y sintió la húmeda lengua en las líneas rojizas de su rostro, una corriente se extendió por su cuerpo y antes de que pudiera pensar sintió dos dedos dentro, moviéndose lento y haciendo que llegara a disfrutar.

–Espero no morir después– le escucho susurrar antes de sentir como poco a poco entraba en ella y ambos gimieron, Kagome al no ver algún rastro de sangre o dolor en la mujer simplemente se movió, dejándose llevar por el placer y por la lujuria que ella había encendido.

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora