Cena

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Kagome se consideraba una chica muy simple, gustos básicos, nada costoso, todo lo que le dieras ella lo atesoraba, incluso algo tan pequeño como un lápiz, para ella, todo era especial, y ahora, que tenía novio desde hace seis meses, no creía que cambiaría, pero aquí estaba, en una de las tiendas más costosas de la ciudad, por que debían ir a una cena de gala en el salón "Casa de la Luna", lugar exclusivo de la familia Taisho, todo para anunciar la sucesión de Sesshomaru como heredero de las empresas Taisho's Company.

Entró suspirando, el precio de un vestido allí, era como vender un pulmón en el mercado negro, Sesshomaru la arrastró unos cuantos pasillos hasta llegar donde un encargado.

–¿En que los ayudo?– preguntó un hombre de su mismo porte, tenía unos extraños tatuajes bajo sus ojos, cabello castaño y ojos chocolate.

–Muéstranos vestidos para ella, por favor– Sesshomaru la tomó de los hombros y la puso frente al hombre, quien la miró de pies a cabeza, deteniéndose en sus pechos– cuidado donde miras.

–Tranquilo grandulon– alzó las manos y sonrió– no me gustan las mujeres, y además  solo veo que talla es.

Sesshomaru no se mostró contento, así que siguió afirmando a Kagome aún cuando él los llevó a donde habían vestidos de gala.

Kagome recibió unos cuantos por parte del hombre, quien aseguró irían muy bien con su figura y tono de piel, miró a Sesshomaru, quien la incitó a que fuera a los probadores, ella asintió y él se sentó en los sillones esperando a que saliera.

Dentro de los probadores, Kagome eligió uno al azar, fue un vestido rojo, pegado al cuerpo y tenía apertura desde mitad de la espalda hasta donde comenzaba su trasero, pero estas no se detenían completamente allí, pues por los lados seguían hasta más abajo de donde llegaban sus bragas, estaba segura, que debía usarse sin estas, eso la hizo sonrojar.

Salió para que Sesshomaru la viera, él la hizo voltear y al ver lo revelador que era, gruñó excitado, quizá, solo quizá, no había sido buena idea llevarla allí, se hizo hacia adelante y le dijo que fuera por otro.

El segundo fue uno de color negro, mangas negras transparentes y de hombros descubiertos, el tecero también fue negro, escote corazón y pegado al cuerpo y llegaba hasta abajo de las rodillas, se veía muy bien, él cuarto era de hombros caídos, apertura en la pierna derecha y con algo de volumen, tuvo que acomodar su pene por que comenzaba a molestar.

El quinto era bonito, verde oscuro, pegado desde el estómago hacia arriba y suelto para abajo, con el sexto su mente se fue al carajo, imaginando como seria quitarle ese exquisito vestido color crema, que dejaba apretados sus pechos, de mangas largas y un velo que cubría la fina tela hacia abajo.

Para el séptimo, Sesshomaru la imaginó el día de su boda, vestido blanco, con flores bordadas hasta abajo de su trasero y luego comenzaban a dispersarse dejando ver parte de sus exquisitas piernas.

–Voy a perder el maldito control aquí mismo– se había levantado y la esperó en la puerta, salió con un vestido que se amarraba tras su cuello dejando toda la espalda descubierta, tenía brillo en la parte superior y completamente negro para bajo, le dio media vuelta deleitándose al ver su trasero, metió las manos por la altura de sus pechos, tocó sus pezones y Kagome gimió– ¿Quieres que siga?

–Solo faltan dos...– susurró ella para alejarse y probar los otros, en penúltimo era de su gusto, pierna descubierta, largo y cubría su espalda, aún que podía verse el inicio de sus pechos– este es lindo.

Te verías mejor sin ellos

Quiso decirle, pero se contuvo, solo uno más, pagaba el que quisiera y se la llevaría a casa para hacerla suya, o esa era la idea, pero al verla salir con el vestido que solo se afirmaba de sus generosos pechos, una fina línea del costado izquierdo le permitía ver su piel, y esta se hacia más grande cada que iba bajando, hasta que su pierna quedaba al descubierto.

One-shots Sesshome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora