Después de la pelea con su madre, las cosas se habían puesto demasiado tensas entre ellos. Aún así, ella cumplió con no decirle nada a su padre sobre el tatuaje, pero sabía que tendría que contárselo tarde o temprano, porque el silencio de su madre no duraría eternamente.
Intentaba encontrar el momento adecuado, pero parecía que nunca llegaba. Su padre siempre estaba estresado o agobiado por una cosa u otra.
Hablaba en el chat grupal sobre la vuelta a las clases, cuando el teléfono comenzó a vibrarle en las manos, y el nombre de Yoongi apareció en la pantalla.
- ¡Hyung! - gritó emocionado al descolgar. La risa del mayor al otro lado lo hizo sonreír aún más.
- Te prometí que te llamaría en cuanto volviera.
- ¿Arreglaste el teléfono? - le preguntó con curiosidad.
- No, pero tenía uno viejo en casa y lo usaré hasta que pueda comprar otro. - le explicó el mayor.
- ¿Qué tal todo por Daegu?
- Eh... bien, ¿qué tal estás tú? - Taehyung suspiró.
- Mi madre me vio el tatuaje y tuvimos una conversación nada agradable, casi no me hablo con ella.
- ¿Tu padre lo sabe? - preguntó Yoongi preocupado.
- No, hyung, pero tengo que contárselo.
- Entonces hazlo. - lo animó. El menor se quedó en silencio unos segundos.
- No sé cómo va a reaccionar. - respondió asustado. Su padre tenía un fuerte temperamento cuando se enfadaba.
- Hazlo, Taehyungie, va a ser peor si te demoras más. - le volvió a pedir. - Si ocurre algo puedes llamarme y estaré allí en diez minutos.
- ¿Me lo prometes, hyung? - el mayor soltó una carcajada.
- Claro que sí.
...
Se pasó toda la tarde tratando de sacar el valor necesario para hablar con su padre, y por la noche, cuando terminaron de cenar, se decidió.
El señor Kim estaba sentando plácidamente en su sillón viendo la tele, cuando Taehyung entró al salón y se sentó a su lado. Estaban solos y eso le producía aún más temor.
- Papá, ¿puedo hablar contigo? - le preguntó con un hilo de voz. El señor Kim bajó el volumen de la televisión y lo miró.
- Claro.
- Es que el otro día hice algo... - su padre arqueó una ceja. - No es nada malo, pero sé que no te va a gustar.
- ¿Qué has hecho Taehyung? - el castaño suspiró, se levantó la manga de la camiseta y dejó ver su tatuaje.
No supo que le dolió más, si la mirada de decepción o el guantazo que le dio su padre. Pero sin duda lo peor vino después.
Su madre y su hermana entraron al salón al escuchar los gritos.
- ¡Te hemos dado todo, me he dejado la salud para que tuvieras lo mejor! ¿¡Y así me lo pagas!? - Taehyung se acariciaba con la mano la mejilla golpeada, aguantándose las lágrimas.
- Tengo veinte años, no puedes decirme qué hacer y qué no. - le respondió con un hilo de voz.
- ¡¡Me niego a ver cómo mi hijo se convierte en un maldito delincuente!! - le gritó. Su madre y su hermana estaban en silencio paradas en la puerta sin saber que hacer. - ¡Esto es cosa del amiguito ese nuevo que tienes!, ¿verdad? el maricón ese tatuado con pintas de drogadicto.
Eonjin se tapó la boca al escuchar como su padre había descrito a Yoongi frente a su hermano.
En ese momento, Taehyung no pudo sentir más odio por él, y notando como las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, salió corriendo a la calle dando un portazo tras de sí.
No dejó de correr hasta que los gritos y amenazas de su padre se quedaron atrás.
Paró cuando se había alejado lo suficiente de la casa y se dio cuenta de que era muy de noche. Por suerte, llevaba el teléfono encima, y lo primero que se le ocurrió fue llamar a Yoongi.
- ¿Taehyungie? - preguntó el mayor al descolgar.
- Hyung... - respondió él sollozando.
- ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? - Taehyung comenzó a llorar con más fuerza. - Tae, háblame por favor, dime dónde estás.
- No lo sé, he salido corriendo.
- Quédate donde estés, mándame la ubicación por chat y voy a buscarte. - el menor se secó las lágrimas, tratando de calmarse.
- Vale, no tardes por favor.
Cuando colgó la llamada, le envió la ubicación al chico y se sentó en una acera a esperarlo. Eran casi las doce de la noche y empezaba a tener mucho frío, ni siquiera había cogido una chaqueta con la que abrigarse.
Apenas diez minutos después el coche del mayor se paró frente a él y vio a Yoongi bajarse.
- Ten, ponte esto. - le dijo quitándose la sudadera para dársela a él.
Taehyung la cogió y se la puso, luego el mayor lo acompañó hasta el coche y le abrió la puerta del copiloto para que entrara. El castaño en silencio seguía temblando y sollozando.
- Si no quieres contarme nada, lo entiendo, pero dime por favor que estás bien. - el menor asintió con la cabeza, mientras sus lágrimas resbalaban por sus mejillas.
Yoongi se acercó para secárselas, pero al pasar la mano por su reciente golpe, el castaño por inercia se quejó del dolor.
- ¿Qué coño ha pasado, Taehyung? - le preguntó preocupado girandole la cara y observando su mejilla, que empezaba a amoratarse. - ¿Tu padre te ha hecho esto?
- Estoy bien, hyung... - respondió él tratando de calmarlo.
- ¡Y una mierda estás bien! ¡Mira como te ha puesto la cara! - gritó enfadado. - ¡Pedazo de hijo de puta!
Arrancó el coche con furia, ayudó a Taehyung a abrocharse el cinturón y luego se puso el suyo.
- ¿A dónde vamos, hyung?
- A mi casa, esta noche te quedas conmigo. - el castaño abrió los ojos sorprendido.
- ¿Qué? No, hyung, si no vuelvo a casa mi padre me va a matar. - Yoongi se echó a reír sin apartar la mirada de la carretera.
- Oh no, eso no va a pasar.
- Hyung, no conoces a mi padre. - le advirtió Taehyung asustado, lo que hizo que el mayor riera aún más fuerte.
- Y tu padre no me conoce a mí. - el menor se quedó en silencio, encogido en su asiento. Yoongi lo miró un par de segundos de reojo y puso su mano sobre su muslo, acariciándolo. - Te puedo asegurar que no te va a volver a hacer daño mientras yo esté contigo, Taehyungie.
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Mi mejor actuación [TAEGI]
FanficTaehyung es un estudiante de Arte Dramático al que un día la vida obliga a interpretar el papel más difícil de todos: fingir amistad donde hay amor. '¿Cuándo vas a darte cuenta de que la vida no es un escenario y vas a dejar de actuar? Estás tan ena...